Capítulo 28: ¡Boom!

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CAPÍTULO FINAL.

El equinoccio de otoño había sido hacía unos cuatro días, y el bosque en donde estaba la casa de Cas y Tori había teñido las hojas de los árboles de un bello color naranja brillante.

Todo marchaba a la perfección. El tiempo había volado, Victoria ya había entrado a las semanas críticas en las que era probable que diera a luz.

Estaba en la habitación de los mellizos, ponía un poco de orden en las cosas que había en el cuarto al menos hasta donde su muy abultado vientre se lo permitía. La llamada "preparación del nido". Estaba emocionada por la llegada de sus bebés al mundo.

No era un secreto que se cansaba más, dio un pesado suspiro y se sentó en una pequeña mecedora que había en la alcoba.

-¿Ya estás en la preparación del nido? –interrogó Castiel viéndola desde el marco de la puerta.

-Cas, estoy ahí desde hace una semana. Un poco más y desarrollo TOC –mencionó Vic dando una leve risita.

Se puso de pie con cuidado y fue con el ángel. Él la besó acariciándole el vientre, Tori le correspondió el beso.

La verdad es que Victoria se veía guapísima embarazada, con aquel brillo en la mirada por la ilusión de ser madre, lucía una piel radiante y, además, su vientre redondo y bien formado revelaba una belleza escondida que la castaña tenía. Estar encinta le sentaba bien.

Cuando rompieron el beso, se sonrieron.

-¿Estás bien? –le preguntó el ojiazul a su amada.

-Sí –dijo ella poniendo una de sus manos sobre la que Castiel había puesto en su vientre, uno de los bebés dio una patadita algo fuerte.

-Cada vez patean más fuerte –sonrió Cas.

-¿Por qué crees que estoy despierta a las siete de la mañana? Pero, independientemente de aquello..., estoy emocionada –dijo Vic sonriendo.

El ángel le besó la frente.

-Yo también lo estoy.

Pronto serían padres, Cassidy y Denis llegarían al mundo en poco tiempo. Y, la verdad, es que Castiel y Tori estaban emocionados por tener a sus hijos en brazos.

Y, literalmente, los mellizos llegarían al mundo en poco tiempo.

Muy poco tiempo.

Unas horas después, mientras Victoria estaba en el piso de arriba aun arreglando unas cuantas cosas en la alcoba de los bebés, Cas estaba en la sala leyendo un rato.

Todo estaba en completa calma.

Hasta que el cielo se oscureció de un momento a otro, aquel mismo día. Y eran alrededor de las diez de la mañana.

Cuando el ojiazul se percató de aquello, se levantó inmediatamente del sillón y se dirigió hacia la planta superior rápidamente.

-¿Tori? –la llamó subiendo las escaleras.

-Sí, se me acaba de romper la fuente –dijo la aludida.

El ángel entró a la habitación donde estaba su amada. Vic estaba recargada contra la pared, apretaba los ojos y los labios por el dolor de las contracciones, a sus pies yacía un pequeño charco de líquido amniótico.

Castiel se acercó a ella y le dio la mano.

-¿Estás bien?

-¡No, Cas! ¡Voy a parir y duele como no tienes idea! –tomó aire y sacó su celular para poder llamar a Mistik.

Supernatural: Un Amor Angelical.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora