Epílogo: Cuando la vida sucede.

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El tiempo pasó. Casi en un parpadeo pasaron tres años.

Los pequeños Cassidy y Denis estaban completamente sanos y eran muy felices en el entorno en el que estaban. De sus poderes aún no había luces, pero aparecerían tarde o temprano. Cassidy era una pequeñita con el cabello rubio y tenía los mismos ojos azules de su padre. Denis también tenía los ojos azules. Pero realmente parecía ser un vivo retrato de su madre mezclado con pequeñas facciones de su padre.

Castiel y Victoria nunca se plantearon la idea de un tercer hijo.

Hasta que pasó.

Vic resultó embarazada una segunda vez. Pero ni ella ni Cas se atrevieron a saltar de felicidad ni de decirles a sus hijos, no sin antes pedirle a Mistik que les dijera si era seguro el segundo embarazo.

-No, lo siento –le dijo la bruja a la pareja después de hacerle una ecografía a Tori -. No será seguro.

Eso fue como una apuñalada tanto para el ángel como para su amada. Ambos se miraron en aquel momento. Realmente, les dolía. Sobre todo a Victoria; dirigió su mirada hacia Misty.

-Tiene que haber algo que se pueda hacer... No sé... ¿Algún hechizo? –sugirió la castaña.

La bruja suspiró.

-Vic, escucha –dijo cediéndole una toalla para que se limpiara el gel del vientre -: tu cuerpo no sería capaz de soportar otro parto de un nefilim, ni siquiera sobrevivirías a todo el proceso del embarazo aunque hiciera más hechizos que cuando estuviste embarazada de Cassidy y Denis. Te costaría la vida.

-¿Entonces qué procede? –cuestionó Castiel

-Para salvarle la vida a Victoria, hacer un legrado –dijo Mistk.

Tori se quedó callada y bajó la mirada. Un legrado. No le fascinaba la idea porque, bueno, tenía sus riesgos el practicarse un aborto, claro. Pero su vida estaba casi pendiendo de un hilo.

-¿No hay otra opción, cierto? –interrogó la castaña.

-No –objetó Misty, sabía que a su amiga le dolía el tener que someterse al legrado -. Vic...

-Entonces hazlo si no hay más –exclamó Victoria, una lágrima corrió por su mejilla y se la secó enseguida.

-De... de acuerdo... Iré por las cosas a mi auto –dijo la bruja y, acto seguido, salió de la habitación.

Cas y su amada se quedaron en la alcoba en silencio. El ángel miraba a Vic, la castaña tenía la mirada perdida. Y comprendía el cómo seguramente se sentiría. Acercó su mano a la de ella y le acarició los nudillos.

-Todo estará bien, ¿de acuerdo?

Tori negó con la cabeza sin mirarlo. Entonces, Castiel siguió hablando:

-Sé que es difícil, a mí tampoco me agrada la idea. Pero no soportaría perderte –la tomó del mentón haciendo que lo mirara -. Además, Cassidy y Denis te necesitan...

Victoria, con su silencio, le dio la razón. Era cierto, no se atrevería a dejar a los mellizos sin figura materna. Aunque, bueno, eso no quitaba el hecho de que el tener que abortar le doliera.

El ojiazul se acercó a ella y la besó acariciándole la mejilla. La castaña correspondió el gesto, hasta que Cas se separó.

-Saldré con los niños un rato. Volveremos para cuando todo haya terminado ¿de acuerdo? –dijo el ángel.

-De acuerdo –murmuró Vic.

Castiel le dio un corto beso.

-Te amo...

-Yo también te amo...

Cas abandonó la habitación y, como lo dijo, salió con Cassidy y Denis. Irían un rato a la ciudad.

-Oye, papá –dijo Cassidy con su voz chillona e infantil.

-Dime, pequeña –le dijo el ángel mientras la sostenía a ella y a Denis de la mano mientras caminaban por las calles del centro de Denver.

-¿Por qué mamá se quedó en casa? –interrogó la menor.

Eran niños, claro que Cassidy y Denis siempre preguntaban el porqué de las cosas.

-Está enferma, Misty se quedará con ella para cuidarla –mintió el ángel, más que nada porque los niños no entenderían la razón real.

-¿Y si le compramos flores para animarla? –propuso Denis sonriendo.

-Me parece una idea estupenda –dijo Castiel con una leve sonrisa dibujada en el rostro.

Mientras tanto, Vic miraba a Mistik preparar y sacar varios instrumentos quirúrgicos de una maleta. Tori estaba nerviosa, preocupada. Pero era necesario el que se hiciera el legrado, no podía dejar a sus hijos sin ella.

-Te anestesiaré de manera general, ¿vale? –dijo la bruja acercándose a la castaña con una máscara facial conectada a un tanque a través de un tubo transparente.

Victoria asintió mientras Misty le ponía la mascarilla y abría la llave del tanque.

-No me agrada tener que abortar –comentó Vic.

-Me imagino –dijo Mistik arreglándole el cabello -. Pero tienes a Cassidy y a Denis, y son un encanto. Te quieren mucho.

-Sí –la vista comenzaba a ponérsele borrosa -. Lo sé... Pero esto... me aterra...

-Tranquila, Victoria. Todo estará bien, pasará pronto –sonrió Misty para darle algo de calma -. Ahora, cierra los ojos y piensa en algo bonito...

Supernatural: Un Amor Angelical.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora