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Desde que el Sr. Han había llamado la anterior noche, Seungwoo se encontraba un poco deprimido a los ojos de Son Dongpyo. El pequeño Pyo sabía la razón por la cual su mayor se encontraba de aquella manera tan melancolía al verlos, sus padres estaban volviendo, les quedaba poco tiempo en la casa de Han Seungwoo y luego todo volvía a ser como era antes.

Ya no tendrían los ricos desayunos de pura azúcar por los cereales siendo Dohyun y Minhee los que repetirán tazón, los almuerzo donde Hangyul y Yohan evitarían los vegetales y Wooseok los regañaría por dárselo al perrito. La hora de la siesta cuando los únicos que cumplían con ello eran Dongpyo y Hyeongjun.

Seungwoo extrañaría aquella gran algarabía, Han extrañaría en demasía a los pequeños que habían logrado entrar a su corazón.

— Hyung despierte. — Lee mayor golpeaba insistentemente el brazo de Han, quien no se había levantado del sofá después de llegar del mercado. — Hyung, Wooseok tiene fiebre. Creo que Junho le contagió.

— Gyul, ve y juega con los demás, yo iré a ver como esta Woo. — Respondió levantándose de su lugar y revolviendo los cabellos del menor.

Cuando el mayor dejo la habitación Dohyun y Eunsang abandonaron su escondite detrás de las cortinas, y Dongpyo dejo su lugar en el suelo, donde se encontraba dibujando, para comenzar con su plan de alegrar la tarde de su hyung Seungwoo.

Antes de realmente comenzar llamaron a Yohan y Hyeongjun que jugaban en el patio con sus peluches, también fueron a buscar a Seungyoun que no quería alejarse del enfermito Woo.

— ¿Y? ¿Que haremos? — pregunto algo enfadado el mayor de los menores, estar atado de pies y manos no era para nada divertido.

— ¡Una fiesta! — grito Minhee estirado sus bracitos al cielo.

— ¿Un pastel? Dongpyo aprendió a hacer galletas con hyung. — comento Eunsang levantando su manito para hablar y así ser escuchado.

— Hacer galletas es una cosa muy distinta Sang. — recalco el maknae.

Como nadie estaba de acuerdo en las ideas que daban, Yohan fue el salvador y el que dio una gran idea. Con los pequeños ocupados en sus tareas, Seungyoun (ya libre de cuerdas) se tomo el tiempo de ver como se encontraban Chacha y Woo. Subió las escaleras dando saltitos y cuando llego a la puerta de la habitación de Seungwoo la abrió y corrió hasta donde los pequeños se encontraban acostados.

— ¿Cómo están? ¿Están mejor? — Youn se mantuvo acariciando la cabecita de Junho con mucho cariño, el menor se encontraba durmiendo.

— La fiebre de Junho por suerte a bajado. — afirmó Seungwoo mirando al pequeño mayor con una diminuta sonrisa. — Wooseok aun tiene fiebre alta, esto puede ser por qué recién se haya engripado.

Cho asintió con su cabeza mientras ahora acariciaba la mano de Kim. La tenía pequeña, suavecita y calentita, Seung menor no dudo en depositar un besito en la mano de su Woo antes de saltarla y mirar a Han.

— iré a cuidar de los chicos. Soldado cuide de mis niños ¿entendido?

— ¡Si señor! — y con el típico saludo militar los dos Seung se despidieron sonriendo ampliamente.

Abandonando la habitación mas tranquilo Seungyoun volvió a correr por las escaleras, para llegar a la sala y encontrarse con el desorden de hojas y colores que era la sala de estar.

¿Niñero? || X1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora