9 de enero de 1997
Enfermería de Hogwarts.
¿Cuántos días llevaba mirando ese mismo techo? Ni siquiera lo sabía, ya había perdido la cuenta. Lo único que sabía era que las razones por las que estaba allí carecían de sentido por completo. Hubiese entendido más que la hubieran destinado a San Mungo ya que al fin y al cabo lo que había hecho tenía más bien que ver con la salud mental y no con la física. El cuello le dolía demasiado, el cuerpo le picaba por el roce de las sábanas y sentía los músculos entumecidos. Su "recuperación" junto a su "tratamiento" estaban siendo tan estrictos que se sentía incluso más débil que nunca, no moverse, no interactuar con el resto de mundo a su alrededor la estaban destrozando. No la habían dejado ni moverse, ni levantarse, ni siquiera ir al baño sola. Y lo que más la estaba sacando de quicio era el ver que cada día que pasaba continuaba allí, encerrada, sin motivo, sin explicación alguna. ¿Quién diablos llevaba el orden en aquel lugar? ¿Quién era la persona responsable? ¿Acaso esa persona tenía razones para continuar dejándola allí?
Razones o no, el tiempo pasaba, los días se iban tachando del calendario y su paciencia se iba agotando poco a poco, o al menos así fue los primeros días ya que cuando llegó el último día –y digo último porque fue el último día que Lestrange soportaba en aquel lugar-, pareció que su mente terminó por desquiciarse. Se quedó en silencio, más que cualquier otro día, cosa que a la enfermera que acababa de entrar la sorprendió bastante, ya que lo que normalmente sucedía era más bien lo contrario; ella entraba, Lestrange gritaba, pataleaba y a veces incluso amenazaba –la mayor parte del tiempo de hecho-, y en aquel momento todo era diferente. Estaba tan callada que la enfermera incluso se preocupó. Miró a ambos lados como si se tratase de una broma, como si se esperase que Rose de repente fuese a aparecer por su espalda porque lo que en realidad estaba en la cama era una trampa ideada por la alumna, su venganza. El vello se le puso de punta sólo de pensarlo, de imaginarlo. Pero por suerte para ella, Lestrange estaba aún atada a la cama.
—Srta. Lestrange... Le traigo la cena —dijo temerosa la enfermera, anunciando su llegada para no sobresaltar a la chica. Pero ésta no contestó, continuó en silencio, sin moverse, sin casi parpadear, de espaldas a ella. Conocía su voz, era la enfermera que la estaba tratando desde el primer día, esa tal Linsey—. Señorita..., tiene que comer algo, cuanto antes lo haga, antes podrá irse de aquí...
Aquellas palabras parecieron desatar una furia en la chica que no pudo controlar. Como si hubiese sido una mofa, un engaño. Como si estuviese insultando a su inteligencia. Tal vez el simple hecho de haber estado tanto tiempo encerrada estaba jugando con su mente, la había vuelto menos paciente, más..., demente.
—Está bien —dijo con un tono misteriosamente amable, algo que sorprendió a Linsey. De pronto se estaba comportando como una alumna normal.
—¿Está bien? —preguntó, sin creérselo.
—Sólo necesito que me ayude a levantarme...
Linsey no era estúpida, pero tampoco lo suficientemente rigurosa como para no aceptar su petición. Se acercó rápidamente, algo animada al creer que la chica estaba siendo sincera, y una vez la ayudó a reincorporarse en la cama la miró fijamente a los ojos, a pesar de que éstos estaban cerrados y no pudieron devolverle la mirada. Tragó saliva y frunció el entrecejo, observándola con detenimiento, poco después descendió la mirada hacia las cuerdas que aprisionaban sus manos, momento que Rose aprovechó para entreabrir los párpados y vigilar los movimientos de su contraria a fin de conocer cuáles eran sus propósitos en aquel momento. Linsey la volvió a mirar directamente, esta vez sí a sus ojos, ya abiertos.
—Finite Incantatem —musitó agitando suavemente la varita.
Rose abrió y cerró las manos que estaban algo amoratadas, pálidas por la fuerza que las cuerdas ejercían sobre su piel—. L-lo siento mucho, yo...
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Una canción de hielo y fuego | Lucius Malfoy, Severus Snape y tú
FanfictionRose, hermana menor de los Lestrange, lleva muchísimo tiempo sintiéndose atraída por Lucius Malfoy. Ella no está dispuesta a rendirse, y a pesar de sus rechazos y vejaciones luchará por conseguir lo que quiere. Lo que ella desconoce, es que al ser d...