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𝐍𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐉𝐮𝐳𝐠𝐮𝐞𝐬
𝐔𝐧 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐨 𝐏𝐨𝐫 𝐒𝐮 𝐏𝐨𝐫𝐭𝐚𝐝𝐚
・・・・・・・・・・・・𝑵𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆: 𝑅𝑜𝑥𝑎𝑛𝑎 𝐿𝑒𝑖𝑙𝑎𝑛𝑦 𝑅𝑎𝑦𝑣𝑒𝑛
𝑺𝒆𝒙𝒐: 𝐹𝑒𝑚𝑒𝑛𝑖𝑛𝑜
𝑬𝒅𝒂𝒅: 26
𝑭. 𝑵𝒂𝒄𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐: 6 𝐷𝑒 𝐹𝑒𝑏𝑟𝑒𝑟𝑜 𝐷𝑒𝑙 1917・・・
No sabía por dónde empezar. Mi vida parecía una mezcla de aventuras, desafíos y un par de errores inevitables. Siempre me consideraron una chica complicada. Mis dos únicos amigos de toda la vida eran Steve y Bucky, desde la secundaria. Bueno, en realidad, eran los únicos amigos que había tenido. Mi madre, una mujer con una paciencia infinita y una actitud tranquila, siempre insistió en que tomara clases de gimnasia, mientras yo me inclinaba hacia la lucha. A escondidas de ella, me sumergí en el mundo de los combates. Aunque tenía talento, no llegué muy lejos; sin una guía adecuada, siempre tropezaba con el mismo obstáculo: la gente insistía en decirme que una jovencita como yo no debía pelear. Pero ese "no necesita pelear" no aplicaba para mí. Adoraba la aventura y la acción, y a menudo me encontraba en problemas, especialmente cuando escapaba de casa. Volver a casa y encontrar a mi hermana mayor esperándome frente a la puerta era aterrador. Mi madre era un amor, tranquila y pacífica, pero mi hermana mayor... era todo lo contrario. Las escapadas y los problemas parecieron desvanecerse cuando conocí a Steve y Bucky. Recuerdo vívidamente el día en que conocí a Steve, el inicio de una amistad que cambiaría mi vida.
Era un día cualquiera y me había quedado dormida. Desperté con un sobresalto, con la sensación de que el tiempo se me escapaba entre los dedos. Desperté tarde y, en un apuro, me lancé a la calle con una tostada en la boca. El frío aire matutino me azotaba la cara mientras corría hacia la escuela. En un intento desesperado por llegar a tiempo, pasé por un callejón oscuro y escuché un quejido. Me detuve bruscamente y, con curiosidad retrocedí para investigar.
En el callejón, un chico alto, pelirrojo, estaba golpeando a otro chico rubio, flaco y visiblemente frágil. La escena me descompuso. No podía simplemente mirar y no hacer nada. Con una determinación que ni yo misma entendía, me acerqué y grité:
–¡Hey! ¡Déjalo en paz! – El chico pelirrojo se volvió hacia mí, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa e irritación. Su rostro, inicialmente en una mueca de enojo, se transformó en una sonrisa que me resultaba curiosamente familiar.
—¡Hola, Roxana, ¿no? —dijo, pasando una mano por la parte trasera de su cabello con una actitud despreocupada. Su sonrisa coqueta no me impresionó. En cambio, me mantuve seria, lo que pareció influir en su expresión.
—na vez más porque creo que estás sordo ¡Déjalo en paz! —repetí, acercándome con firmeza.
—¿Y si no quiero? ¿Qué vas a hacer, lindura? ¿Me vas a...? — No terminó la frase. Un golpe rápido y bien dirigido lo hizo caer al suelo, sujetándose la barbilla. No es que tuviera una fuerza descomunal; solo sabía lo básico sobre pelea. Pero claramente, él no se esperaba ese golpe.
Ayudé al chico rubio a levantarse y salir del callejón. La cercanía de la escuela fue un alivio; estaba exhausta y no tenía fuerzas para regresar corriendo. Caminamos en silencio un breve lapso que pronto se volvió incómodo.
—¿Estás bien? —pregunté, observando el moretón en su ojo. Él asintió en silencio, y el silencio se hizo aún más palpable —Soy Roxana, por cierto. Roxana Rayven.
—Soy Steve, Steve Rogers —respondió, aún con timidez, sin levantar la vista — Seguramente no me conoces. No soy tan popular como tú o Bucky.
–Vaya quien lo diría, si hablas –Logré sacarle una pequeña sonrisa –Y claro que te conozco... O bueno solo de vista, te he visto en el mismo árbol con un cuaderno y un lápiz. ¿Qué escribes por cierto?
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Una Agente Diferente || Marvel [EN EDICION]
Fanfiction─=≡ ----------------ェ☬ェ-------------- ⊰⊹✧ » Las Batallas Más Importantes En La Vida Son Las Que Peleamos Diariamente En El Silencio De Nuestra Alma « Cumplió su objetivo en ser una chica del ejército, peleaba a lado del Capitán América defendiendo...