6. ¿Gran fiesta, verdad?

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– Fondo, fondo, fondo, fondo– no se en que momento paso, pero me encuentro rodeada por el equipo de fútbol y estoy intentando terminar 10 vasos de vodka. Y aparte de que eso ya es malo, se le agrega que estoy compitiendo con thomas quien obviamente terminara antes que yo.-

– Ja, te gané– era obvio.

– Eres un bastardo arrogante, vete a la mierda.– casi me caigo cuando intento irme, pero Thomas me agarró de la cintura para que no me cayera.

– Okey creo que tu estas borracha, ven te llevaré a la habitación de Keyla.

– Tú no me llevaras a ningun lado Thomas– ¿quién se cree? No ire a ninguna parte, me estoy divirtiendo mucho.

– Spencer vamos, no puedes ni mantenerte parada– diablos, tiene razón.

– Está bien, pero aún así te odio –dije y fruncí la nariz mientras me reía sin razón.

– Eso me dolió, ¿sabes? –bromeó

– No me importa– me reía como idiota, nunca volveré a tomar.

– Okey, vamos– me agarro del brazo y me llevó por las escaleras hasta llegar al cuarto.

Entramos a la habitación de Keyla y me dejo en el baño. Luego de vomitar un buen rato, recuperé un poco de cordura, la vergüenza llegó a mi y también el dolor de cabeza.

–¿Gran fiesta, verdad?– lo fulmine con la mirada y rodé los ojos.

– ¡Acaso estás bromeando! –espete molesta.

– ¡Hey!, no te alteres, ¿si?, mejor me voy.

– No te vayas– no quería estar sola y en verdad no sabía muy bien porque se lo pedí.

– ¿Qué ocurre? –pregunta confundido.

No le conteste y le hice señas para que se sentara a mi lado en la cama.
Antes de que pudiera decir algo salté de la cama y me fui corriendo al baño, cerre la puerta para que él no viera, no quiero que me vea vomitar.

– ¿Estás bien?– se escuchaban sus pasos, estaba acercándose.

– ¿Y tu qué crees? –dije sarcástica.

– No era necesario el sarcasmo. ¿Necesitas algo más?

– ¿Puedes quedarte? –pregunté, no quería quedarme sola en una casa llena de borrachos.

– Está bien. –cedió finalmente.

Él sale del baño y yo me lavo la boca, salgo y se acuesta en la cama, a mi lado.

–¿Si tú también tomaste por qué no vomitas?– rompí el silencio, ambos estábamos acostados, mirando al techo.

– ¿Qué clase de pregunta es esa? –rió por lo bajo.

– Ya ni se lo que digo. –confesé

– Yo no tome tanto y a diferencia tuya, estoy más acostumbrado a tomar.

Nos quedamos en silencio un rato, él se enderezó y descanso su espalda contra el respaldo de la cama.
– Spen, ¿Puedo preguntarte algo? –preguntó

– Ya lo estás haciendo. –bromee

– Dime la verdad, ¿Por qué se separaron tú y Drake?

– Nunca nos separamos, él simplemente desapareció– me puse triste al recordar lo felices que creí que éramos, al recordar sus caricias, sus besos, sus abrazos y el amor que yo le tenía. – Lo de Drake fue muy duro para mí, deje de asistir a clases por dos meses, abandoné el equipo de porristas y mantuve a mi mente ocupada con los estudios para dejar de pensar en él.

– Wow, creí que era mentira lo que sus padres decían –así que no creía que se fue sin más– ¿Por qué lo cambiaste todo?

– Porque me sentía vacía sin él, aunque nuestra relación fuera tóxica yo lo quería y mi manera de olvidarlo fue cambiando todo.– sin darme cuenta unas lágrimas empezaban a mojar mis mejillas.

– Lo siento. –murmuró

– No tienes nada por lo que disculparte.

– Si, lo sé.

– ¿Y tú por qué eres así? –pregunté curiosa.

– ¿Así, cómo? –preguntó confundido.

– Ya sabes, Un maldito imbécil arrogante y mujeriego.– soltó una carcajada.

– Yo no soy un mujeriego, Spencer. –dijo obvio.

–¿Ah, no? –ahora yo estoy confundida.

– Algunas chicas rumoreaban que se acostaban conmigo, pero solo era eso, rumores, un día tres chicas se me acercaron pidiéndome que dijera que me había acostado con ellas y les dije que no había problema.

– ¿Por qué te pedirían eso? –pregunté

– Para ganar popularidad entre ellas, yo no tuve problema en decir que si cuando me preguntaban sobre ello, pero luego de un tiempo varias chicas comenzaron a decir que habían estado conmigo y como todos habían creído en lo de las primeras tres ya ni se molestaron en preguntar y decidieron asumir que era cierto. Y así creció mi popularidad como un mujeriego.– eso si que me había dejado boquiabierta.

¿Sería eso verdad?

¿Por qué me mentiría?

– ¿Y alguna vez te has acostado con alguien?– decidí creerle, si fuera mentira ya estaría con una de sus típicas sonrisas arrogantes, pero él estaba muy serio.

– Si, pero no fue alguien a quien quería, así que no valió nada para mi– eso fue algo cruel por la chica, pero triste por él.

– Es injusto para ti que te traten como un mujeriego, cuando en realidad solo eres un chico tierno.

– ¿Acabas de llamarme tierno?

– Fue lo primero que me salió.– me causo gracia su reacción, su cara era todo un poema. Se notaba que que lo había tomado por sorpresa.

– Aunque yo les dijera que es mentira, nadie me creería. –se encoje de hombros restándole importancia.

– Yo si te creo, Anderson– me levante y le di un abrazo, él se tensó un poco, no lo esperaba y a decir verdad yo tampoco esperaba esa acción de mi parte.

Él correspondió el abrazo y nos quedamos un rato así, sentados y abrazándonos. No sé porque pero me sentía segura en sus brazos.

– Spen – asentí en respuesta para que supiera que lo escuchaba.– ¿Podemos dormir ya? Me esta dando sueño.

Rompí el abrazo y le di un golpe en el hombro.
– Auch, ¿Y eso por qué fue?

– Por idiota.

– ¿Y ahora qué fue lo que hice? –pregunta.

– Ya duermete, Anderson– levante las sábanas y me acosté, él seguía sentado cuando me dormí.








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Revelando secretos....


Los quiero, bss💋💋
-coni

Alérgica a ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora