21. ¡Día de chicas!

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Cuando me enteré de lo de mi madre faltaban cuatro días para mi cumpleaños, no quise hacer nada, me ignoraron, me dieron mucho helado, también regalos y Keyla no me dejó en todo el día, pero aunque ya han pasado casi dos semanas desde mi cumpleaños dieciocho, mi amiga sigue insistiendo en hacer algo.
Ella dice que ya tiene todo listo para hoy, le dije que podía hacer algo muy reducido, pero nunca hace lo que le pido, así que tengo miedo de lo que vaya a pasar.

En este momento me están vendando los ojos, vinieron mis dos primas, bueno tengo varias primas, pero las que están conmigo son las más cercanas a mi edad, obviamente Keyla es la que me está vendando y también está Sam, la novia de mi hermano, en verdad es una buena chica y me cae muy bien, hasta llegamos a ser buenas amigas y Keyla está de acuerdo en que es buena para Ben.

– ¡Lista! –chilla Keyla entusiasmada.

– Hasta vendada te ves hermosa –comenta Emma, una de mis primas.

De parte de mi padre tengo cuatro primas y tres primos, Corinne y Emma tienen diecisiete, luego está Lia de diez, Kate de tres, Matt de veinticuatro, Steve de trece y el mellizo de Emma, Tyler.
Y de parte de mi madre no tengo nada, ella es hija única, su mejor amiga es la madre de Keyla, pero ya casi ni se ven y en el trabajo no tiene amigas.

– Tenemos varias aventuras para hoy –dice Corinne emocionada– Cuatro, para ser exacta.

– Debo admitir que tengo miedo –les digo divertida y escucho como ríen.

– Bien, ya vamos –esa es la voz de Keyla.

Me agarran de los brazos y al escuchar la puerta cerrarse, deduzco que estamos yendo a la escalera.

– Primer escalón –susurra alguna de ellas.

– Escalón –me avisan y a cada paso tengo más miedo de acabar rodando hasta el piso– Escalón...

Admito que aunque es buena su intención, esto me está cansando. No hace falta que me avisen de cada escalón, sé que tengo la cara, pero no soy tan estúpida.

– Ahora nos iremos al auto –continúan relatando cada paso.

– ¿No era más fácil vendarme una vez dentro del auto? –pregunto irritada por su idiotez.

– Creo que si, pero ya estamos en esto y no haremos todo de nuevo. –habla una de ellas y creo que es Emma.

– Bien, acabemos con esto. –termino aceptando.

•••

– ¿Dejarás que haga de mi magia? –pregunta la chica del salón de belleza.

La primer sorpresa es salón de belleza, debí suponerlo, alguna de las otras sorpresas, o "aventuras" como ellas le llaman, deben ser compras, estoy casi segura de eso.

– Bien, ¿Tu magia no incluye tintura, verdad? –nunca hice nada en mi cabello, es preciado y no quiero arruinarlo.

– Si tú quieres... –dejó de hablar cuando notó que mi cara era un rotundo no– Bien, pero al menos deja que te corte un poco.

Okey, creo que las chicas están más entusiasmadas que yo, me miran con una gran sonrisa y aplauden sin necesidad.

– Bien, pero no muy corto –acepto y vuelven a dar pequeños saltos de felicidad, pueden ser tan raras.

Finalmente, mi cabello pasa de estar por mi cintura a estar por la mitad de mi espalda, no quedó mal, ya quería un cambio.

– ¿Dónde están las chicas? –pregunté a la mujer que estaba recogiendo los restos de cabello.

Alérgica a ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora