14. Aceptando y confesando.

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En una semana es mi cumpleaños y siento que nada está bien en este punto de mi vida.
Hace un poco menos de un mes que no veo a Thomas y no debería importarme, pero si me importa y mucho. Van casi dos meses desde que salgo con Alex, a decir verdad estamos bien pero no soy la que quiere y él no es Thomas. Si, lo dije, él no es Thomas. Eh llegado a la conclusión de que estúpidamente me eh dejado llevar por mis estúpidos sentimientos de mierda. Fue imposible evitarlo.

*Flashback*

¡Thomas, no! –dije yo al ver que Thomas intentaba empujarme hacia el lago– Ni se te ocurra. No des un paso más.

– Eres tan linda cuando te enojas –pasó su dedo índice por mi nariz en modo de juego y me cargó cómo bebé.

– Idiota –nos tiró al agua y mi ropa se mojó completamente, pero no me importaba sentir sus brazos envolviendo mi cuerpo.

Salí a la superficie y lo vi con una gran sonrisa. Inmediatamente sonreí al verlo feliz.

– Así que te parece divertido –enredé mis piernas en su cintura y mis brazos en su cuello, así no tendría que flotar, sus pies si llegaban al suelo.

– Me parece muy divertido –dijo él mientras me separaba para subir al muelle.

– Estás loco –dije yo y comenzamos a reír.

*Fin del Flashback*

Ese día y las siguientes semanas que nos habíamos conocido habían sido geniales, yo lo veía cómo un amigo y no me daba cuenta de lo que pasaba. Fue tarde cuando me di cuenta de que estaba enamorada.

– ¡Spencer! ¡Keyla está aquí! –gritó mi madre, sacándome de mi vacío personal, donde residía mi consciencia, mis pensamientos y yo.

– ¡Sube ya! –Keyla estaba en mi cama pocos minutos después.

– ¿Qué pasa, zorris? –preguntó ella con un tono preocupado– No fuiste a clases hoy.

– Sister –la miré a los ojos, pegué mi frente a la de ella y puse mis manos en sus relajados hombros– Siempre tuviste razón.

– ¿Somos hermanas separadas al nacer? –dijo ella, aún seria pero bromeando.

Me separé y piqué su nariz con mis dedos.

– ¡No, idiota! Creo que es imposible no enamorarse.

Sonrió macabramente con satisfacción.

– Te dije que no podías dejar de amar solo porque tu idiota ex te abandonó sin explicación. –me dijo mientras se recostaba en la cama, dejando caer sus pies por un extremo de ella.

– Me gusta alguien y no soy correspondida. –imité su anterior acción y ambas quedamos mirando el blanco techo.

– ¿Y él es Alex? Podría ser una chica, sabes que te apoyo en todas

– Sé que me apoyas y no es Alex, menos una chica –contesté a su pregunta–
Es-es, es Thomas.

El silencio reino la habitación por varios minutos.

De repente ella saltó de la cama y empezó a saltar sobre mi gran alfombra gris.

– ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! –gritó entusiasmada– ¡LO SABÍA!

– Estás loca y por eso te amo. ¿Está bien que lo quiera? –le pregunté– Estoy saliendo con Alex y debo hablar con él, John me chismorreo que sigue flechado por su ex y ella de él.

– Debes decirle y de paso lo ayudamos con la chica. Me gusta ser cupido, no me salió bien con Thomas y tú, pero presiento que esta vez estará bien.

– ¿No te salió bien, qué? –pregunté confundida y enfadada porque seguro era uno de sus planes raros.

– Nada, todo está genial. –se notaba que mentía. Sé cuando miente.

– ¿Qué hiciste?

– Bien, te diré. –Es tan fácil de convencer– Soy tan fácil de convencer.

Ambas reímos y comenzó a contarme.

Hace un año, meses después de la inesperada ida de Drake, ella le había dicho a Thomas que me llevara a fiestas y saliera conmigo. Él no hizo nada y ella dejó de insistir, pero hace 3 meses Luke le comentó que tenía un amigo interesado en mí y al poco tiempo Thomas se hizo nuestro amigo e intento llegar a mi tomando clases conmigo, Luke nunca le dijo que Thomas era el amigo interesado en mí, pero ella supuso que así era y no pudo confirmarlo hasta que supuestamente ella, vió cómo Thomas me miraba y hasta que yo le conté que me gustaba.

– Entonces comenzó cómo tu plan y terminó siendo el juego de Thomas, tú dices que el estaba enamorado de mí desde antes de que empezáramos a ser amigos. –dije un tanto confundida.

– Exacto, él te ama y tu a él –dijo mientras me daba un leve golpe en el hombro– Ve y dile.

– No es fácil, lo odio. Me prometí que no volvería a sentir nada por alguien y él arruinó mi plan. –dije mientras comenzaba a sollozar como idiota en su regazo– Lo odio, Lo odio tanto porque me hace sentir, me hace sentir y me prometí muchas veces que no iba a querer otra vez. Yo lo quiero tanto, lo amo y me siento una idiota por que me había prometido no sentir más y me fallé a mi misma. Y lo peor es que no me quiere cómo yo lo quiero, no le importo cómo me importa y no le gusto cómo me gusta.

– Sé que todo es una jodida mierda, pero él te quiere. Yo sé que te quiere, te mira con un hermoso brillo en sus ojos y su rostro se ilumina en una hermosa sonrisa al verte.

La miré con los ojos nublados debido a las lágrimas que habían salido de mí. Me sequé las mejillas con la palma de mi mano, sorbí por mi nariz y limpié las gotas de mis ojos con mi pulgar.

– ¿Tú crees? –pregunté esperanzada.

– ¡Obvio,zorris! Eres hermosa y de gran corazón, ¿recuerdas cuando lo vimos cuidar a su sobrina?

– Si, se veía tan sexy, cuando fuimos de pícnic y canté con él también fue un lindo momento. –dije recordando aquel día.

– Tienen bonitos recuerdos, bonitos recuerdos que hicieron que tu corazón encontrara dueño y tu caparazón se rompiera.

– Se lo diré, hablaré con Alex y con Thomas. Quiero que mi vida tome su rumbo, tengo buenas notas faltan dos meses para graduarnos y quiero a mi hombre.

– ¡Así es! –dijo entusiasmada– Aunque no necesitas un chico para ser feliz, existen formas de conseguir placer.

– Asco, Keykey.

– Zorris, vamos a su casa –me dijo mientras me ayudaba a levantarme del suelo– Cámbiate y dile lo que sientes.

– ¿Ahora? –pregunté con un poco de miedo.

– Si, quítate ese horroroso pijama de ositos y ponte tu mejor atuendo.

Se dirigió a mi armario y buscó ropa.
Yo me fui a dar una ducha para despejarme un poco.

•••

– Bien, ponte el cinturón de seguridad –me recordó Keyla mientras nos adentrábamos a su auto– Siguiente parada, casa de Thomas.

– Primero a lo de Alex, debo decirle lo que siento. No lo dejaré porque sí.

Se quedó callada mientras pensaba y dió la vuelta dirigiéndose al campus de la universidad de Alex.

– ¡Siguiente parada, apartamento de Alex! –dijo alegre.

– ¡Apartamento de Alex!






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Ahahahahhahahahah, que cosas...

Ya se viene lo bueno.

Xoxo💋

- Coni













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