18. Él te hace mal, déjalo ir.

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Luego de correr como una idiota, fui a comprar helado y lo comí en el parque.

Sé que estuvo mal lo que hice, pero fue lo primero que me salió, no tenía idea de que decir, tan solo comencé a correr.

Me dio miedo, ¿Tenía miedo de que me mandara a la mierda? Si. ¿Antes de conocerlo no habría corrido? Si.
Él me había echo blanda, cuando Drake literalmente se fue, estuve mal y me había prometido no volver a estar así, pero bueno, rompí mi promesa y me deje llevar por mis sentimientos.
Tristemente no se puede decidir de quien y cuándo enamorarse.

Yo creía ser feliz con Drake, pero en realidad no era así, no escuché a mi familia y menos a mi amiga. Yo lo amaba y estaba cegada, era una idiota niña, tenía 15 años y pensaba que sabía todo sobre el mundo, luego él me engañó, lo perdoné y simplemente decidí ignorar que no era sano, que era algo tóxico, no me di cuenta hasta que decaí, caí en cuenta de que todo era una mierda y me encerré, deje de comer, vivía llorando y él simplemente desapareció, se fue y su familia también quedó atónita, tuvieron que internarme por la falta de comido, yo quería morir, pensaba que no merecía vivir y mi psicóloga me ayudo a entender que el que había echo las cosas mal ahí ra el y decidí cambiar todo, dejé todo lo que era, ni siquiera me gustaba ser porrista y presidenta estudiantil, era todo eso porque a él le gustaba, me concentré en mi, cambie mi forma de ver las cosas y aún así otro chico logro invadir mis pensamientos, incluso intente estar con Alex para librarme de lo que siento por Thomas, pero aún así no funcionó.

Y respecto a Alex, somos amigos, está feliz con Marilyn, ella es una buena chica y le hace bien.

Tengo que hacer un trabajo para levantar mi nota, no soy mala estudiante, pero no fui al examen, Thomas estaría allí.

Debo concentrarme, yo puedo hacerlo.
No es muy difícil, pero la inteligencia no me está llegando bien.

•••

Resignada observo mi laptop, mínimo 5.000 palabras, no sé qué hacer, él examen era sobre un libro, pero el trabajo no tiene nada que ver.

Debo entregarlo en dos días, ya me encargaré mañana, no suelo ser así, pero debo ver algo que en verdad me interese para poder relatar algo extraordinario.

Busco mis llaves y voy a mi auto, debo disculparme con Keyla, la estuve ignorando, sé que no debía correr, pero fue lo que hice y ya está echo.

Me adentro en la residencia y aparco mi coche. Nunca me cansaré de decir que su casa es enorme, vive con su madre y ella nunca está, se ven una semana al mes, su madre tiene una agencia de ropa, pero se nota que la ama, su padre falleció cuando ella era muy pequeña, no piensa en ello, no tiene muchos recuerdos con él.

Subo las escaleras. Camino por el pasillo, paso de largo las cuatro habitaciones de invitados. Al final de todo hay una gran habitación con una gran puerta blanca con detalles dorados. Esa es su habitación. Siempre disfrutó de su vida de princesa, pero es buena, no presume su dinero.

Abro la puerta y el rosa invade mis ojos, río al recordar lo idiota que fui al correr.

– Keykey, perdóname, no quise correr... –mi sonrisa se borra completamente, me agacho y quedo a su altura, está echa una bolita en su sofá, diviso una botella de vodka, vacía– Tranquila, ¿Qué hizo ahora?

– Es un idiota, lo vi besándose con la idiota de Hannah.

– Es un maldito estúpido, ya se han peleado porque se pasa de borracho, pero nunca te había engañado.

Alérgica a ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora