Detengo mi auto en la casa de Thomas.
Sé que lo amo y el me ama. No desperdiciaré un minuto más. Sé que me arrepentiré si no se lo digo.Pongo el seguro y corro hasta la entrada de su casa, estoy tan impaciente. Mi puño golpea la puerta varias veces.
Una muy maquillada mujer de unos 70 años abre la puerta y me mira confundida.– ¿Buscas a alguien? –pregunta con una ceja enarcada y me mira expectante.
– Si, Thomas. ¿Thomas se encuentra en casa? –le pregunto rápidamente.
– Se fue hace unos diez minutos –sigue mirándome y sonríe– Eres Spencer ¿verdad?
– Si... –no sé cómo sabe mi nombre, pero lo único que me importa en este momento es Thomas– ¿Sabe a dónde se fue?
– Se fue a entrenar, ve por él, linda –me guiña el ojo pícaramente y hace señas para que me vaya– Ojalá llegues a tiempo.
– Si seré idiota, este es su horario de entrenamiento. –con mi palma golpeo mi frente exageradamente– Muchas gracias.
Le doy un abrazo y me despido
– ¡Suerte! –me grita mientras me subo al auto.
Voy lo más rápido que puedo hasta el instituto. Si comenzó el entrenamiento, no me dejarán entrar hasta que termine y entrenan durante tres horas.
Aparco mi auto y comienzo a correr desesperadamente, estoy agitada un poco agitada, estoy acostumbrada a correr, pero cuándo entreno no corro por algo tan importante.
Logro ver a alguien que está por llegar a la puerta del instituto, reconozco esa espalda y ese bonito cabello castaño.
– ¡Detente! ¡Para ya! –veo que apura su paso– ¡Vamos, Thomas!
Comienzo a cansarme y él no se detiene. Cuando estoy lo suficientemente cerca, salto sobre él, ambos caemos en el pasto, ¡Auch! Eso dolió. Quedo a horcajadas sobre él.
– Perdóname, por ser una idiota, tenía miedo y-y... –¡Genial! Ahora estoy tartamudeando– Y... te amo, te amo Thomas. Te quiero mucho y entiendo si tú ya no quieres salir conmigo, sé que soy una idio...
Me veo interrumpida ya que él se acerca y une nuestros labios. Tardo en responder porque no me esperaba eso, luego de unos segundos, nuestros labios comienzan a moverse al mismo ritmo, no me había dado cuenta de cuanto lo extrañaba, enredo mis dedos en su pelo y nos acerco más, si es que es posible estar más cerca.
Estaba tan concentrada en él, que no me cuenta de que se ya no estábamos tirados, ahora Thomas estaba sentado y yo encima de él.
Nos separamos y pego mi frente a la suya, ambos estamos respirando agitadamente.
– ¿Cómo sabías que estaba aquí? –¿en verdad es lo primero que se le ocurre decir?
– Una mujer en tu casa me lo dijo –y yo como idiota también le contesto.
– Mi abuela –así que su abuela. Delicadamente acomoda un mechón de mi pelo detrás de mi oreja y se levanta del suelo.
– Es una mujer muy coqueta. –le digo divertida y me da la mano para ayudarme a que me levante del suelo. Cuando finalmente estamos parados, le digo lo que quería decir desde un principio– Thomas... yo lo siento, tenía miedo de que no me amaras realmente y me dejaras rota en muchos pedacitos, tenía miedo de darte el poder de destruirme, pero me di cuenta que en verdad te amo y como puse en mi reporte, hay que arriesgarse por las personas que amas y si no funciona aprender que nada es justo.
– Te amo Spencer, nunca te haría daño, al menos no intencionalmente –pone su mano en mi mejilla y me mira con una sincera sonrisa– No tengas miedo de sentir.
– Yo me enamoré de ti desde el día en que comenzaste a molestarte y todos los días siguentes de risas y diversiones, solo hicieron más fuerte ese sentimiento, pero no quería aceptarlo.
– Yo también me enamoré de ti desde el primer momento en que te vi, fue cuando volviste al instituto, después de ya sabes –sonreí con "ya sabes" se refiere a Drake– Yo te vi pasar y en ese momento supe que te amaba y que haría cualquier cosa porque me hablaras.
– No tenía idea –en verdad no lo sabía.
– ¿Por qué me llamaste para decir que no podías salir conmigo y porque corriste después? –pregunta.
– Cuando me dejaste en casa, después de la cita, me enteré de que los estudios de mi madre salieron positivos para cáncer. –No puedo evitar derramar una lágrima al decir eso en voz alta.
– Yo... no tenía idea, lo siento mucho, Spencer. –me abraza y yo le devuelvo el abrazo. Necesitaba decir eso, se siente más real escucharlo de mí– Te apoyaré y estaré contigo, solo si quieres.
– Obvio que quiero, estaba esperando a que lo digas –ambos sonreímos como un par de felices idiotas.
– ¿Quieres ir a tomar algo? –propone y me ofrece su mano.
– Si, vamos –acepto su mano y comenzamos a caminar sin saber a dónde vamos.
Caminamos sin rumbo, a medida que nos alejamos del instituto, mi mente empieza a funcionar y salgo de mi modo boba enamorada.
– ¡Nuestros autos! –grito desesperada, no puedo dejarlo y ya.
– Mañana tenemos que volver, vendremos caminando juntos y luego cuando terminamos nuestras clases, los llevamos. –dice completamente relajado.
– ¿Y ya? ¿No estás ni un poquito preocupado? –me detengo en seco y lo miro con los ojos abiertos como platos.
– Relájate, nada pasará. –me mira divertido y ambos empezamos a reír a carcajadas mientras yo niego con la cabeza.
Me agarra de la espalda y me da vueltas, cuando se detiene, coloco mis manos en sus mejillas y junto nuestros labios, esto es todo lo que quería.
– Te amo –dice finalmente cuando nos separamos. Le doy un corto beso.
– Yo te amo a ti. –sonreímos y me deja en el suelo– ¿Quieres soportarme?
– ¿Eh? –me observa confundido.
– Si quieres soportarme –sigue sin entender– ¿Quieres ser mi novio?
Me da una sonrisa de oreja a oreja.
– Obvio que quiero –rueda los ojos divertido– Y tú, ¿Quieres soportarme?
– Si quiero –entrelazo nuestros dedos y continuamos caminando mientras vemos el atardecer.
•••
Keyla me llamó y dijo que estaba en mi casa, cuando llegué me contó que terminó todo con Luke.
Ahora yo le estoy contando sobre lo que pasó con Thomas.– Y luego me dijo que si –termino de contarle.
– Son tan adorables –dice entusiasmada y aplaude varias veces.
– Lo sé –reímos fuertemente.
Nos tomamos de las manos y saltamos emocionadas.
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Alérgica a ti
Teen FictionTodo comienza cuando Thomas Anderson la vió por primera vez, él no creía en el amor a primera vista, pero cuando la vió sintió un extraño cosquilleo en el estómago. No muchos tienen la suerte de encontrar a esa persona que te pone nervioso y loco a...