capítulo #46 "¿dónde está?"

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-¿vas a cenar?- me acerqué a la puerta de su habitación.

-no tengo hambre, gracias.- respondió ella.

Mis conversaciones con Allison se habían reducido a eso, no habían más cambios de opiniones, pero la verdad, es que ni siquiera había opinión. La extrañaba, claro que sí, pero era mi manera de hacerla sentir que algo hacía mal. Por otro lado, Ian estaba bastante divido, pero más para el lado de ella, según él "no quería hacer sentir mal a la embarazada" pero se le salía por los poros la felicidad de estar junto a alguien con panza, a tal grado, que me estaba poniendo celosa de mi mejor amiga y aún más, de el o la mini Allison.

-¿qué haces?- le pregunté a Ian, cuando lo vi con plátanos y una juguera.

-Allison quería...

-¿es broma?- me molesté.

-Es un pequeño antojo Sam, es para el bebé, ya sabes.

¿que si sabía? ya era como el décimo antojo de la semana. Allison no parecía notarlo, ella seguía pidiendo sus malditos antojos, a ella le correspondía tener esas atenciones de parte de su esposo, no de mi novio.

Me acosté irremediablemente enfadada, apagué las luces y me dispuse a dormir. Sentí la luz que dejaba pasar la puerta, pero la ignoré.

-¿Sam?¿estás dormida?- no contesté. Un suspiro largo dejó salir y volvió a cerrar la puerta.

La mañana dio inició no de la mejor manera, hoy era el Santo de Peter y Allison lamentaba no estar con él. Para cuando me di cuenta de todo Ian ya estaba consolandola. En cinco minutos tenía que irme si quería llegar a la hora a la reunión con el señor Iván, pero quien me llevaba no parecía darse cuenta.

-Me voy.- dije cuando llegué hasta él.

-Creí que te irías conmigo, aún es temprano para el trabajo Sam.

-Si, pero la reunión es a las...

-¿tenías una reunión?- preguntó demasiado cerio como para que fuera chiste.

El lo había olvidado.

-No importa.- me volteé con lágrimas en los ojos.

-Amor, perdón, en cinco minutos estoy listo.- me miró arrepentido, pero eso ya no importaba demasiado.

-No, tranquilo, ya no quiero irme contigo.- me miró dolido, pero yo también lo estaba.

Sí, Allison estaba embarazada, pero apenas y tenía un poco de panza, no es como si no pudiera caminar ni mover los ojos, si, Ian es un maldito preocupón, pero el ya no estaba preocupado por mí, quizás eran cosas tontas, porque para mí lo eran, pero no porque lo fueran dejaba de doler, yo ya no estaba ni en primer ni en segundo plano, hasta al perro que alimentaba de la calle le daba más atención, por Dios.

-Buenos días Sam.- sonrió Ivan.

¿para quién son buenos? quise responder.

-Muy buenos días.- alojé una sonrisa en el rostro.

-Chequea esto.- deslizó una carpeta por el largo de la mesa.

-¿qué son?- pregunté antes de abrirla.

-Estadísticas querida, tus estadísticas.

Habían al menos cien gráficos allí, y no exagero, todos ellos tenían alzas.

-Por Dios.- se me arrancó.

-Exacto.- sonrió como un vil hombre de negocios.- Eres la mejor inversión Sam.

-Esto es, simplemente fantástico señor, eso, esto es tan emocionante.- aguanté gritar.

-Necesito que sigas así.

-Y así será señor.- le asentí sin dejar de ver la carpeta.

Aguardé a Ian en su oficina, quería que gritara conmigo los resultados de la estadística. Se desconcertó bastante al verme, y sin mentir, me sentí mal, ¿quien pone esa cara cuando ve a su pareja?

-¿Sam? yo...

-Antes de que digas nada, mira esto.- puse por sobre mi cara los papeles.- una sonrisa floja se le formó en los labios.

-No sabes cuanto orgullo estoy sintiendo linda.

-¿salimos a celebrar? a dos cuadras de aquí hay un súper restaurante, cocinan exquisito, los mejores almuerzos.- le invité, me miró bien.

-Sí, me parece perfecto.

-¿a la hora de almuerzo?- pregunté. Se tensó.

-No puedo en ese horario.- hizo un puchero.

-¿por qué?- quise saber, él estaba incomodo, y yo no dejaría de preguntar.

-All me pidió acompañarla a la ecografía del bebé.- se mordió el labio.

-ah.

Fue todo lo que pude decir, sentir celos por esto es tonto, sentirme de lado por esto es idiota, simplemente estúpido, es tú mejor amiga, es un bebé.

-Pero si quieres, podemos ir a cenar.- me miró bien, ¿es que no se daba cuenta de nada?

-hace tus cosas tranquilo y pásalo bien.- le dije y me fui.

¿Dónde estaba mi maldito Ian?

The practiceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora