-¿dónde está?- preguntó Ian, junto al carrito de los hot dog.-Calculo que a unas dos horas de aquí.- conté con los dedos.
Me entregó el hot dog y nos encaminamos a la plaza cercana de nuestra casa, corría un viento suave, agradable, que hacía danzar a los cabellos con sutileza, sin llegar a despeinarme en un dos por tres. Ian me miró de pronto, la luz del sol perfilaba su rostro, sus ojos se achicaban conforme a la luz de la bola de fuego y con su pelo, más largo de lo común se veía perfecto.
Hace tiempo no me sentaba a detallar lo perfecto que era Ian, lo maravilloso de estar con él y lo fantástico que se sentía, por primera vez en mucho tiempo me sentía como enamorándome otra vez.
-¿en qué piensas?- se echó el último bocado a la boca.
-En que hace un rato que nuestra relación gira en torno a los problemas de los demás.
-¿Te refieres a Allison?- lo miré mal y pidió disculpas con una sonrisa.
-Siempre estamos hablando de ella y de Peter, hasta las peleas son a causa de ellos.- el asintió lentamente.
Como si el lo hubiera sabido y yo estuviese confirmándoselo.
-Te extraño.- le sonreí a medias.
Recorrió la mirada por mi rostro, se detuvo en mis ojos y sonrío, continúo hasta detenerse en mis labios, pasó la mano por detrás de la oreja derecha, abrió los dedos capturando un poco de mi cabello, con un leve empujoncito me acercó hasta quedar casi entre sus labios. Él sonreía de oreja a oreja y yo sólo quería besarlo.
-¿vas a besarme para hoy Salvatore?- pregunté a la misma distancia.
-Depende, ¿ya estás sufriendo?- preguntó malicioso.
-Como no tienes una idea.- me impulsé para capturar sus labios.
La siguiente hora y media fue soñada, igual que lo había sido siempre, cada uno se fue en la dirección en la que tenía que ir, el a buscar a Peter y yo para vigilar a Allison.
Abrí la puerta y sentí la carcajada característica de Allison, sonreí al sentirme en el departamento que ambas compartíamos.
¿es que hoy voy a acordarme de todo lo que ha pasado hace unos cuatro meses?
La pillé mirando "Tom y Jerry" en la televisión, tenía una mano en el bote de palomitas y la otra en su panza.
Solté la bolsa a un lado del sillón y me tiré junta a ella en el sofá, me miró extrañada, y al ver que sacaba palomitas sonrío.
-No es por nada, pero ya va siendo la hora en que comienza bob esponja.- solté.
Se levantó por más comida y pude verla bien, al parecer, las condiciones del día eran favorables pues andaba con una camiseta ajustada y un bombacho que marcaba completamente a su crecida cosita de la panza.
Cambié la televisión y alcanzamos a ver dos capítulos antes de que sonara la puerta.
-La puerta.- gritamos al mismo tiempo.
-¿piedra, papel o tijera?- propuse yo.
Inmediatamente jugamos una partida, ella lanzó papel y yo piedra.
-He ganado.- anunció orgullosa, la puerta volvió a sonar.
-Si, eso bueno, ahora puedes ir a abrir la puerta, tú ganaste.- me miró mal y abrió la puerta entre risitas.
-¿quién es, Allison?- doblé la esquinita de la sala para mirar la entrada.
Se me cayó el alma a los pies cuando vi delante de Allison la expresión de Peter, el no la miraba a ella, el miraba su panza.
Allison se giró como en una película de terror para verme, tenía los ojos llorosos y su mirada estaba reprochándole.-Creí que no me odiabas.- dijo apenas audible para mí que estaba lejos.
Me acerqué a ellos y le sonreí a Peter cuando su esposa no estaba mirando. El auto de Ian se estacionó en el lugar de siempre y bajó con cautela, puso cara de no comprender nada, igual a como lo habíamos planeado, el muy maldito era buen actor.
-¡Peter! entra por favor.- ella me miró y parecía que Allison estaba planeando de qué manera iba a matarme.
Peter llegó a la sala y se sentó, estaba guardando el impulso de abrazarlo, se veía que no lo había pasado muy bien, estaba a punto de parecer demacrado, mucho más delgado, con los rasgos más marcados y la sonrisa parecía haber aparecido después de mucho tiempo.
Allison mantenía su cara de trastornada, estaba apunto de caer en una crisis, miré a Ian buscando alguna especie de paz, pero el estaba en las mismas que yo.
-¿qué haces aquí?- soltó Allison ¿furiosa?
-nosotros hacemos la retirada justo ahora.- Ian me tomó del brazo para empujarme.
-Claro que no, ustedes parcito, se quedan ahí.- cuando lo dijo nos desplomamos en el sillón buscando uno la seguridad en el otro.
-Allison, creo que el que debería estar así de enfadoso debería ser yo.
-Te pedí que te alejaras.- le refregó.
-No creerás que era una tarea fácil.- espero un segundo.- ¿es mi hijo?
-tú cosa querrás decir, porque aún no tiene forma.- me metí y los tres me miraron mal.
-Será mejor que los dejemos solos.- anunció Ian y nadie dijo nada.
Nos encerramos en la habitación, Ian puso bob esponja y le subió el volumen a todo lo que pudo. Gritos iban, gritos venían, se apreciaba a Peter llorando y All no se quedaba atrás. Me rompía el corazón saber lo que pasaba, pero de algún modo u otra ponía las manos al fuego porque esto terminaría bien.
Me acostó abrir los ojos con la luz que entraba en la venta, miré la hora, nueve de la mañana.
¿en qué segundo me había quedado dormida?
-Ian.- lo zamarree con cautela.
-¿qué sucede?
-Ya no hay ruidos.- mencioné y abrió de par en par los ojos.
-quizás ya corrió sangre.- no pude evitar reír y lo besé.
Lo ayudé a levantarse de la cama y como si de espías se tratara caminamos hasta la sala sin hacer ningún ruido, los divisé abrazados en el sillón, al parecer dormidos, Allison parecía la misma de siempre y ambos tenían paz en el rostro.
-Ian, mira esto.- susurré.
Ian se giró y dio un mal paso, hizo caer la encimera de las llaves provocando un escandaloso y sonajero ruido. Los chicos despertaron de inmediato, algo asustados, se miraron entre ellos y volvieron a sonreír.
-Hola chicos.- saludó Ian.
-Hola.- dijeron al unísono.
-¿han pasado buena noche?- quisé comenzar una conversación.
-Algo movida.- habló Pet y puse cara de asco.- Santa, siempre tan mal pensada.
-Sam, yo... quisiera hablar contigo.- se rascó detrás de las orejas Allison.
-¿a sí?- me hice la misteriosa y mi novio me pegó un codazo.
-Ella está encantada All.- habló Ian por mí.
xxxxxxxx
No confirmaré ninguna especie de predicción sobre el secreto lindas dlfndk
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The practice
Romance-¿verdad o reto?- volvió a preguntar. Jamás me había sentido tan indesisa, menos cuando se trataba de él, no cuando solo estábamos jugando. -Verdad.- me decidí sin saber si realmente era lo que quería escoger.