-vine a un casting,¿y tú?
-viajes de negocios - me hice la interesante, el rió.
-¡que agradable sorpresa!- dijo.
-lo mismo digo.
-Peter me contó que viajarias, pero no me dijo donde.
-que pequeño es el mundo.- reí.
-¿tienes algo que hacer? -preguntó.
-tengo la tarde libre - respondí.
-no sé tú, pero yo estoy hambriento, y no planeo dejarte aquí sola.- me tomó del brazo para obligarme a cruzar.
Dimos un paseo por el parque que estaba cerca de la propiedad del señor Iván, no recordaba lo agradable que era estar con Josh,¿que sería de nosotros si el jamás se hubiera ido a estudiar? vaya enigma, prefiero pensar que seguiriamos siendo buenos amigos, que desperdicio de tiempo haber perdido el contacto con él.
-¿que te apetece comer? -dijo el.
-uhm, una hamburguesa.- le sonreí.
-entonces... estamos en Londres.
-estamos en Londres- asentí.
-¿y quieres comer hamburguesa?- preguntó sin entender.
-exactamente.- le sonreí.
-no hay duda de que eres la misma.
-que halagador.- el rió.
Nos detuvimos frente a un gran restaurant rojo, pude notar que era frecuentado por personas de dinero. La verdad no me convencía, no es de mi estilo, tampoco me apreovecharía de Josh.
-la comida más rica de toda gran Bretaña.- comentó Josh.
-no me atrevería a dudarlo.
-bueno, ahora podrás confirmarlo.- abrió la puerta para mí.
-¿estás seguro de qué no quieres ir por unas hamburguesas? -pregunté.
-ya entra Sam.- jaló de mi mano y entré.
Escogimos una mesa para dos al lado de una ventana, como suponía, habían personas que creí importantes, que podrían permitirse una cena aquí cada día. Me sentía fuera de lugar, yo no frecuentaba estos sitios, menos para salir con amigos.
-¿Vienes muy seguido a lugares como éste?- le pregunté a Josh.
- si, cada vez que me junto con colegas o amigos del trabajo.- dijo ahora haciéndose él, el interesante.
-ya veo.-sonreí.
Escuché una voz familiar, y busqué entre las mesas de alrededor, divisé una cammisa que se me hacia conocida, ¿como confundir ese corte de cabello? cambié para mirar a quién lo acompañaba, claro.
Decidí fingir que no lo había visto y volví mi concentración a Josh.Comimos, bebimos y reimos, estaba todo realmente delicioso.
- Sam, no quiero que te asustes, mucho menos que mires, pero hay alguien que ha estado observándote hace un rato.- dijo con el ceño fruncido.
-por favor, no seas paranoico...
Ian.
-no te preocupes, lo conozco.
-¿en serio?- preguntó confundido.
-si, es mi jefe. - sentí que alguien se aproximaba.
-¿ya nos vamos? - preguntó con su particular voz.
-no, yo no...- volteé hacia él, estaba enojado.
-yo puedo ir a dejarla.- habló Josh.
-tiene quién la cuide, gracias.- Ian se tensó.
-Sam,¿qué prefieres?- me consideró Josh.
-yo no quiero causarte problemas Josh.- le sonreí.
-sabes que no lo haces.- me dijo.
-te llamaré si ocurre algo.- le prometí.-haré una bienvenida para ti junto a Peter y All.- le advertí.
-no me gustan.
-por lo mismo.-reí.
-¿ya podemos irnos?- intervino Ian, lo había olvidado.
-claro, adiós josh, nos vemos y gracias por todo.- dije besandolo en la mejilla.
Seguí a mi querido e idiota jefe hasta la puerta, estaba esperandome en la acera, sus cejas estaban fruncidas, y tenía una mano en el bolsillo del pantalón y otra en el móvil.
-ya estoy aquí.
-ya era hora.- me miró enojado.- estás en un viaje de negocios,¿se te olvida? - dijo al borde de gritarme.
- al parecer es a otro al que se le olvida que sus empleados son humanos que necesitan comer, no estaba haciendo nada indebido.- lo miré enojada y comencé a caminar.
Llegó hasta mi lado sin decir nada, caminamos unas cuantas cuadras para llegar al hotel. Estabamos llegando cuando Ian se quedó atrás, seguí mi camino, pero el me tomó del brazo obligandome a mirarlo.
-sé que mis empleados deben alimentarse, y se lo hubiera permitido a Clary, o cualquier otra, pero a ti no.- dijo acercándome hacia él.
-¿permitir qué?- le grité furiosa.
-que salgas a comer con otra persona.- dijo casi en el mismo tono, pero más amenazador.
Acortó más nuestra distancia, y me sujetó por la cintura, extendió una mano hasta mi pelo, me atrajo hacia si y me besó. Fue tan lindo como la primera vez que me había besado, incluso me arriesgaria a decir que sentí cosas más fuertes que la vez anterior, pero no quitaba que el me había dejado sola, en una ciudad que no conozco por otra mujer, que me gritara y encima me besara sin ningún derecho.
Como pude me safé de su agarre, y sin pensarlo dos veces, golpié su mejilla con la mano extendida, lágrimas comenzaron a caer. Demasiadas emociones para un sólo día.
-jamás en tu vida vuelvas a besarme.- dije.
Mi mano ardia, ignoré el dolor y camine lo que quedaba hasta el hotel, ésta vez el no me siguió, supe que no había llegado, pues jamás sentí la puerta, ni ningún otro ruido proveniente de su habitación.
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The practice
Romance-¿verdad o reto?- volvió a preguntar. Jamás me había sentido tan indesisa, menos cuando se trataba de él, no cuando solo estábamos jugando. -Verdad.- me decidí sin saber si realmente era lo que quería escoger.