—¿Qué?
La voz de Ian salió más aguda de lo que realmente era. Fue una sorpresa, claro que sí. Tanto así, que este se levantó del sillón y miró a su hermano de frente con los ojos bien abiertos.
—¡¿Qué?!
En este segundo intentó su voz había salido como era normalmente, mas grave y claramente molestosa.
—No seas dramático, vamos... —respondió Dave; su hermano.
—Es que en serio no entiendo, creí que estabas bien enseñando. —alegó Ian.
Dave estaba sentado de forma despreocupada en el sillón frente a Ian, sosteniendo una cerveza en su mano y tratando de pasar los canales del televisor que estaba detrás de su hermano. Dave, el hermano mayor de Ian tenía treinta y cinco años. Era un chico delgado y alto, de cabello corto y negro, y en su rostro, la sombra de la barba que había rasurado hace dos días se hacía presente sutilmente. Era profesor de química en la Universidad de la Reina de Belfast y si, era, porque hoy había sido despedido de su trabajo, tomando dicha oportunidad para por fin cumplir uno de sus sueños: abrir una tienda.
—No hay mucho que entender, sabes muy bien que quería abrir una tienda, te lo comenté hace unos años, además...
—¿Además que? —preguntó Ian sabiendo que lo que vendría no sería nada bueno.
—Me despidieron de la universidad.
—¿Estas de broma? Estas de broma, si, tal y como solías de molestarme de niños, es una broma... —dijo Ian riéndose algo nervioso. —Dime que es una puta broma.
—Ya párale con el escándalo, ya esta y es lo que hay.
—Dios... —volvió a susurrar Ian molesto.
—Vaya si que estas alterado, parece que tu nivel de pesimismo aumentó drásticamente hoy.
Ian seguía moviéndose frente a él sin dejarlo cambiar de canal. Tenía veinticinco años, era solo un poco más bajo que Dave, tenía el cabello algo largo, desordenado y oscuro. Sus ojos era azules como los de su hermano y los de su difunta madre, pero al contrario de Dave, Ian estaba bronceado por trabajar al sol en el taller de trenes en la periferia de la ciudad.
Entre ambos tenían suficiente para subsistir, ninguno ganaba mucho, pero se las arreglaban. Sin embargo, eso ahora se veía amenazado por la decisión de Dave.
—Bueno, hazte a la idea, con algunos ahorros que he estado guardando y un posible préstamo del banco podré abrir la tienda...
—Lo que faltaba. —agregó Ian.
—Vamos no seas tan aburrido. Saldrá bien.
—¡Ni siquiera es una tienda de electrodomésticos! ¡Ni siquiera de ropa! Mierda, siento que me va a dar algo...
Dave se rio de su hermano.
—Si lo se... —respondió el hermano mayor.
Dave sabía que la decisión que estaba tomando era arriesgada, pero detrás de dicha decisión existía una motivación mucho más fuerte que el miedo al fracaso.
—Dave... ¡Es una puta florería!
—¡Es una puta florería! —vociferó el mayor con una sonrisa brillante y optimista, algo muy de él, mientras Ian lo miraba completamente desconcertado.
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El Florista.
Teen Fiction「Terminada」La verdadera motivación detrás de esta historia es incierta. Quizás este justificado por el despido de Dave de la universidad, o de las ganas de hacer algo más que solo enseñarles a mocosos sin respeto en las aulas. Pero una cosa esta cla...