Era temprano, muy temprano, el sol estaba recién saliendo y Dave sintió pasos en el departamento, no se hubiera levantado de no haber sentido sed.
—¿Vas al trabajo? —preguntó a Ian, quien estaba sirviéndose una taza de té.
—No, pero debo salir.
—¿A dónde? —preguntó Dave acercándose al fregadero para tomarse un vaso de agua.
—Nada importante.
La evasión evidente afirmó que era completamente lo contrario, era algo importante, tan importante que Ian no se lo diría ni a Dave.
El mayor lo observó de pies a cabeza. No iba arreglado para una cita, así que eso no era, además, Ian no se levantaría temprano para ir a una cita. Vestía una chaqueta delgada; un cortaviento, jeans azules y zapatillas deportivas. A donde sea que fuera, Ian no iba a algún lugar dentro de la ciudad.
—Bueno ya me voy, se me hará tarde...
—¿Ian? —el tono en que Dave lo dijo hizo que el menor se detuviera en el acto. —No hagas idioteces.
Ian retomó su camino y salió del departamento.
Dave se restregó la cara con ambas manos ante la frustración de no saber que hacer con el actuar con su hermano, necesitaba algún consejo, alguien con quien hablar, y entonces su celular sonó.
—¿Dime?
—Estoy con Fló en el hospital, se cayó en el colegio, necesito que vengas por ella, debo irme a trabajar en media hora. —dijo Leonora.
—¿Cómo que se cayó? ¿Esta bien?
—Está bien, tranquilo, solo fue un esquince en la muñeca, ya la vendaron y todo ¿puedes venir o no?
—Llego en diez minutos.
Dave se apresuró en vestirse y de la misma forma salió del departamento.
—¡Hey! Tranquilo baquero. —dijo Connie topándose de frente con Dave. —Siempre quise decir eso... —agregó riéndose. —¿A dónde vas con esa prisa?
—Fló está en el hospital.
—¡¿Qué?! —preguntó de sobresalto.
El rio.
—Solo se esquinzo la muñeca, nada más, pero Leo debe volver al trabajo así que iré por ella. —respondió bajando las escaleras, deteniéndose en medio de estas. —¿Tu estas bien?
—Si, ¿Por qué no debería estarlo? —preguntó la chica.
—Lo siento, es la costumbre...
—¿Ian? —preguntó ella.
Dave solo asintió.
—No se que tiene en la cabeza, pareciera que perdió rumbo...
—Ian nunca ha tenido un rumbo Dave, eso es lo primero que deberías saber.
—¿Porque lo dices? —la respuesta de Connie lo descolocó.
—Porque solo basta con mirar en sus ojos.
—Todos creen que en sus ojos solo hay caos, pero hay más que eso. —respondió Dave.
—Lastima que no nos deje ver que mas hay ¿no? —agregó la chica y Dave retomó su rumbo.
Al llegar a la sala de urgencias inmediatamente vio a Fló y Leonora dejando el pabellón médico, iban camino hacia él. La niña tenia ambos ojos algo rojos y su brazo derecho descansaba en un cabestrillo. Dave la abrazó y prontamente la pequeña volvió a llorar abrazando a su padre.

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El Florista.
Roman pour Adolescents「Terminada」La verdadera motivación detrás de esta historia es incierta. Quizás este justificado por el despido de Dave de la universidad, o de las ganas de hacer algo más que solo enseñarles a mocosos sin respeto en las aulas. Pero una cosa esta cla...