—Llévame al acuario, por favor —pidió Stuart, sin titubear, en cuanto Murdoc llegó a su habitación para despertarlo—. Llévame al acuario, Murdoc.
Era una mañana nueva, el día apenas comenzaba, y Stuart parecía firme en su petición. A Murdoc le sorprendió esa iniciativa, y esa extraña petición de Stuart. Estaba confundido.
¿Por qué tanta insistencia en ir allá?—¿El acuario? ¿Para qué quieres ir al acuario, Stuart?
—Eso no importa, llévame —soltó Stuart, apresurado. Pero pareció arrepentirse por la prisa en su voz, y carraspeó antes de explicar—: Y-yo... Escuché en la radio que los boletos están al 2x1...
Murdoc ladeó la cabeza mientras Stuart volteaba la suya. Aún si le extrañaba que Stuart pidiera eso tan de repente, no dudaba en que había una gran razón para que lo solicitara.
Así que, para poder averiguar aquella razón, tuvo que aceptar la petición, con una risita.—Je, de acuerdo. Iremos al acuario —declaró Murdoc, y el rostro de Stuart se iluminó—. Pero primero, desayunemos. Tomemos un poco de energía para el viaje.
—¡Me parece bien! —Exclamó Stuart, y se levantó de la cama, emocionado.
A Murdoc le divertía ver a Stuart tan feliz. Le extendió el brazo para que pudiera guiarse, y el peliazul aceptó su ayuda, gustoso.
Ambos se dirigieron a la cocina, dispuestos a desayunar.Y mientras comían, Murdoc se preguntaba qué era aquello que había motivado a Stuart a elegir la actividad de hoy.
Alguna razón especial, sin duda...👓
—... Como pueden apreciar, nuestro acuario cuenta con más de 500 especies de animales marinos, convirtiéndolo así, en uno de los más grandes del mundo... —Decía, como disco rayado, el megáfono colocado en la entrada del lugar—. ¡Disfruten de su estadía!
Stuart parecía maravillado de estar ahí, y no podía dejar de sonreír. Murdoc lo observaba de vez en cuando, tan emocionado como un niño pequeño.
Hasta eso, no había mentido del todo. Los boletos sí estaban al 2x1.
Pero eso no le quitaba la intriga a Murdoc del porqué estaban allí.Una vez dentro del lugar, y decididos a comenzar su travesía por los espacios marinos, Stuart y Murdoc se detenían momentáneamente frente a los tanques para apreciar los peces que en ellos habitaban.
O bueno, al menos en parte, si hablamos de Stuart.Pero para el peliazul, parecía no haber problema alguno que le impidiera disfrutar del lugar, incluso con su ceguera.
—Me alegra mucho que el lugar tenga guía auditiva —dijo Stuart, como si sintiera que debía darle una explicación a Murdoc sobre su extraño comportamiento—. ¡No tengo problema alguno si me imagino a los peces! Y si no puedo recordarlos, tal vez puedas describirlos para mí después...
Murdoc asintió, un tanto extrañado, pero aceptando que Stuart tenía razón. La guía auditiva que también era repetitiva describía el hábitat de los peces payaso, y algunas características propias de éstos. Stuart parecía complacido con imaginarse a los peces anaranjados con una enorme nariz roja de payaso. Reía.
—A veces ver te impide divertirte a costa de tu imaginación... —Susurró, antes de tomar el brazo de Murdoc, y continuar su recorrido—. Vamos al siguiente tanque, Murdoc.
—Está bien. —Dijo Murdoc, llevando a Stuart unos pasos más adelante. Ahora se hallaban frente a los peces escorpión, grandes y rayados. Stuart escuchó con atención la descripción de aquellos, con normalidad.
Otra vez reía después de imaginarlos diferente, y pidió a Murdoc seguir con los demás tanques.
Parecía un tanto apurado.
Y por supuesto, eso extrañó bastante al azabache.
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2Doc AU : Blinded
FanfictionUn inesperado accidente automovilístico deja al joven Stuart Pot ciego. Murdoc Niccals ha sido condenado a cuidar de él como parte de su servicio comunitario. ¿El amor realmente es ciego?