Desde que entramos al vecindario quede alucinada con casas enormes y muy elegantes, pero cuando llegamos al portón de nuestra nueva casa fue aún más alucinante. Era la casa más grande del vecindario, me quede con la boca abierta.
-Bienvenidos a su nuevo hogar, espero que les guste.-nos dijo Richard con entusiasmo, mientras los que parecían sus mayordomos agarraban nuestras cosas y las metían a la enorme casa color hueso.
-Alfred les mostrara sus habitaciones y el resto de la casa si es que así lo desean, nos veremos en la cena para que puedan conocer a mi hijo.
Mamá me había comentado que el chico era estudioso pero un tanto rebelde, veamos que tan cierto es eso.
Le pedí al mayordomo que primero fuéramos a la habitación de mis hermanos y así fue. Primero fuimos a la de Noah, era una habilitación alucinante, una puerta de madera enorme, pintada de café oscuro y al entrar la habitación era coló blanco con usas tiras color azul las cuales tenían balones deportivos; la cama era matrimonial y tenía unas persianas que daban una vista espectacular hacia la ciudad. Continuamos con la habitación de Mia, fue un menos decorada, el fondo color blanco, una cama matrimonial con unas cortinas al rededor y un ventanal enorme. Ante esto Alfred le dijo: -El señor Dickens dijo que si usted gusta alguna decoración nuevas para su recamara me lo hiciese saber, yo estaré a sus órdenes para traer a los profesionales.
-Obvio que hará falta, claro que los quiero, por favor Alfred- respondió Mia muy emocionada
-Bien, iré a mostrarle a la señorita Jones su recámara y en seguida estoy con usted para saber a qué personal tendremos que traer.
-Sí, me parece perfecto, gracias Alfred
Continuamos con mi habitación y era un tanto más grande que la de mis hermanos, la cama esta vez era king size, tenía techo y cortinas color dorado enrolladas a los lados; no se si Richard quería ganarme a base de regalos pero por lo menos si me sorprendía. Di las gracias a Alfred y me dijo lo mismo que a mi hermana, asentí y agradecí una vez más y me adentré en mi habitación a observar que mas había. Mis maletas estaban sobre la cama y decidí abrirlas para escombrar pero me gano más la curiosidad y primero fui a recorrer la enorme habitación. Tenía mi jacuzzi que estaba pegado a la ventana fuera del baño, esto me parece un poco incómodo, alguien podría verme a través de la ventana, entre en el baño y era muy elegante, el lavabo era de cristal trasparente, tenía un espejo blanco con un foco arriba y la regadera estaba dividida por cristal transparente con unas cuantas figuras abajo, era como un difuminado conforme iba subiendo las figuras iban desapareciendo. En el baño había otra puerta que al parecer conectaba al closet, el closed era enorme, del tamaño de mi vieja habitación y estaba vacío, había una pequeña nota con un sobre en el espejo de cuerpo completo que tenía focos al rededor "Puedes llenar este armario como te plazca" abrí el sobre y era una tarjeta de crédito. ¡¿QUE?! Este hombre se volvió loco ¿no sabe que a un adolescente jamás se le da una tarjeta de crédito?. Metí la tarjeta en el sobre y seguí observando el closet, tenía alfombras blancas y eso me encantaba. Al salir, pegado a la pared de closed, se encontraba un tocado blanco, hermoso, el espejo cuadrado enorme, con focos al rededor, una silla movible y mucho pero muchos cajones. Había una nota en el espejo "Se que te encanta el maquillaje, aquí puedes maquillarte a la perfección".
Decidí acomodar mis cosas en los lugares apropiados, tome una ducha y me puse la pijama, hacía un poco de frío y opté por ponerme la que era suave y tenía peluche para calentar, me puse mis pantuflas de unicornio, tome la tarjeta y baje.
Ya todos estaban en la mesa y me sorprendió que era la única que iba en pijama a cenar. ¡Diablos! creo que tenía que usar un vestido.
Estaba toda mi familia, Richard y un chico de unos aproximadamente 18 o 19 años. Cabello oscuro, ojos azul grisáceo y era guapo.
Me senté y Richard abrió la conversación en la mesa.
-Me alegra ver que ya te pusiste cómoda. Él es mi hijo Erick.-No se si lo dijo en tono de burla o en serio, pero a su hijo le pareció gracioso y no pudo contener la carcajada. Richard lo volteo a ver cómo diciéndole que se comportara.
-Mucho gusto Erick, soy Olivia. Y lo siento mucho, pero es que no sabía que cenaban con ropa formal, ahora lo sé.-dije un tanto avergonzada
-No te preocupes cariño, esta bien, así Richard ya conoce otra parte de ti-dijo a modo de consuelo.
Saque la tarjeta de mi bolsillo y se la entregue a la nueva pareja de mamá
-Muchas gracias por las notas y la tarjeta, pero creo que estoy bien, tengo suficiente ropa y maquillaje. Y no creo que sea buena idea que la tenga.
-Oh no, acéptala, es mi regalo de bienvenida.
-Lo siento, pero no puedo.-y baje la mirada, mamá le toco el brazo haciéndole saber que por el momento lo dejara estar y estaba bien, tal vez mamá no se lo había comentado, pero en un tiempo fui una compradora compulsiva y quería estar al último grito de la moda, así es como obtuve mi iPhone 7, pero desde que mamá cayó en crisis económica decidí rehabilitarme y aún que parezca extraño, la verdad es que existen grupos de ayuda para los compradores compulsivos y hasta el momento ya tenia 2 años que solo compraba solo lo necesario y así sería.
Terminamos la cena y acompañe a Noah a su habitación, sabía que le tenía miedo a la oscuridad y quería acompañarlo hasta que se quedara dormido. Luego de que se quedara dormido fui a ver qué Mia ya estuviera descansado y así era. Fui a mi habitación, me lave los dientes y dormí.
Desperté a las 3 am, alguien tocó mi brazo, vi la misma sombra de mi casa pero esta vez más cerca y parecía una silueta. Me senté y me aclaré los ojos y ahí lo vi, parado a lado de mi nueva cama, quería gritar, pero no pude. He de admitir que era un chico guapo, alto, con un porte imponente, el cabello era negro y lacio.
Decidí pararme y acercarme a él y mientras lo hacía le preguntaba "¿quien eres?". Antes de llegar más cerca a él y poder ver su rostro, se marcho, solo parpadee y ya no estaba.
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El secreto de Olivia.
Teen FictionOlivia es una chica de 17 años y sus únicas preocupaciones son su familia, graduarse y entrar a la universidad. Pero todo cambia cuando rascando en el pasado de su madre encuentra un secreto y su verdadero origen, ella no creía en los seres divinos...