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- ¡Esto es una violación de nuestras leyes! ¡El comportamiento del príncipe Nolofinwë no debe ser tolerado!


La voz del Consejero Súrion resonó por encima del murmullo que llenaba la Cámara del Consejo.

Erestor se masajeó la sien y siseó entre dientes, mientras echaba una mirada furiosa al líder de los Valaduri. Ese viejo reprimido siempre había sacado lo peor de él: Erestor se preguntaba cómo era posible que una criatura tan maravillosa como Anairë fuera hija de semejante víbora.


- El Gran Príncipe Fingolfin es el legítimo heredero de la Corona de Finwë - proclamó un joven elfo ataviado con la librea gris y azul de los Ingolmor.

- Findárato Arafinwion es el Príncipe Heredero - replicó uno de los seguidores de Súrion, blandiendo el puño cual si empuñara un arma.

- Finarfin solo recibió el trono porque sus hermanos mayores marcharon al Exilio! – vociferó alguien entre la multitud que se agolpaba en los escaños más bajos del estrado.

- ¡Fingolfin también participó en la Matanza de Alqualondë! ¿Queremos enemistarnos con los Teleri una vez más?


Los rumores se avivaron ante el cuestionamiento del elfo junto al Consejero Súrion.


- ¡Tal vez deberías de preocuparte menos por los Teleri y más por tu pueblo, Arciryas! – señaló una elfa de cabellos plateados trenzados con los característicos listones rojos de los Kemendili.


Un grupo de voces se elevó a favor de la hembra, obligando al valadur a retroceder hasta casi ocultarse detrás del Consejero.


- ¡Suficiente!


El silencio se hizo de inmediato. Fingolfin – sentado en un sillón a la izquierda del trono – alzó la vista para pasearla por los presentes. La asamblea se hallaba dividida según las afiliaciones morales y éticas de los tres principales grupos políticos entre los Noldor; pero dentro de cada grupo se observaban divisiones. Fingolfin contuvo el mohín que amenazaba curvar sus labios: esto era como volver a Beleriand y tratar de convencer a todos de unirse para luchar contra Morgoth. ¿Quién dijo que lo echaba de menos?


- Cualquiera que nos viera ahora, respetables Consejeros, dudaría de la tan cacareada sabiduría noldorin -, comentó, con desdén.

- El Gran Príncipe toma a la ligera nuestra actual situación - señaló Súrion, entrecerrando los ojos grises.

- El Gran Príncipe toma a la ligera cualquier situación que no envuelva a Morgoth y sus ejércitos, Arandur Súrion - mediosonrió el aludido, con marcado sarcasmo –. Sin embargo, el hecho de que todos se hallen aquí reunidos desmiente tus propias palabras: fue este... despreocupado Gran Príncipe quien convocó al Consejo para tratar este asunto.


Un murmullo de aprobación acogió la declaración de Fingolfin, quien esperó pacientemente a que los ujieres ordenaran silencio para continuar.


- Primero, ministro, las leyes no han sido violadas en ningún momento. Hasta ahora, Arafinwë Finwion sigue siendo el Noldóran...

Las dos orillas del lago (Námo tiene planes... y Vairë, tapices 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora