Fingolfin había olvidado esta parte de ser rey. Había olvidado que una parte de su trabajo era sentarse durante horas escuchando a otros explayarse acerca de asuntos que ellos consideraban de vital importancia solo porque les concernían personalmente. Como tantas otras cosas no placenteras de su vida en Beleriand, Fingolfin había bloqueado el recuerdo de las audiencias públicas. Aunque, pensándolo bien, esto no era para nada como en Beleriand.
Para empezar, en Hithlum había pocos Valaduri, en especial luego de que la mayoría se escabullera con Turgon en mitad de la noche. En segundo lugar, los Kemendili que viajaran a la Tierra Media tenían una concepción diferente de su relación con la naturaleza. Los Ingolmor, por su parte, estaban más interesados en desarrollar obras ingenieras y apoyar la producción armamentista que en responder preguntas existenciales.
Fingolfin nunca había pertenecido a un partido específico – a diferencia de sus hermanos. Fëanor, por ejemplo, había empezado siendo de los Aulendili, la rama más... racional de los Valaduri; pero cuando su disensión con casi todo lo que los Valar consideraban 'adecuado' se hizo demasiado evidente, fue el iniciador de los Ingolmor para terminar fundando su propio partido: i Fëanáryalion. Finarfin, durante su juventud, había estado más inclinado a los Ingolmor y luego se vio influenciado por la política Telerin; pero luego de la muerte de Finwë, el menor de los hermanos se había vuelto completamente hacia los Valar. Las hijas de Finwë e Indis no se habían inclinado hacia ninguna corriente política tampoco; pero igual no se esperaba de ellas: a diferencia de otras hembras, que ocupaban cargos prominentes en sus partidos, las hijas del rey solo eran 'princesas' y nadie esperaba que se ocuparan de algo más que joyas y bailes. Fingolfin se habría echado a reír si alguien les dijera a sus hermanas que su obligación era simplemente adornar; mas, recordaba que él mismo no había aprendido el valor de Lalwen hasta que se enfrentaron al Helcaraxë. Findis, por su parte, era mucho más que una de las más dedicadas Cantoras de los Noldor: su comprensión de las necesidades reales de la gente era mayor a la que Finwë mismo jamás mostrara.
Fingolfin frunció el ceño: con total justicia, la corona de los Noldor remanentes en Valinor debió ser para Findis, hija mayor de Finwë. Sin embargo, la ley noldorin establecía que la corona pasara al pariente sanguíneo masculino más cercano, obviando a las hembras – motivo por el cual, Galadriel no había podido reclamar la corona luego de la caída de Gil-galad y con la reticencia de Elrond a reclamar la monarquía para sí, los Noldor exiliados quedaron sin un gobernante central. Ahora, lo más preocupante era por qué nadie había propuesto que la ley fuera modificada para incluir a las herederas hembras en la línea de sucesión: con toda certeza, Galadriel habría estado encantada.
El Alto Rey notó que su secretario torcía ligeramente la boca y recordó que esa era la señal para cuando se abstraía de los Concilios. Con un esfuerzo, volvió a concentrarse en el discurso del joven frente a él.
El muchacho era uno de los miembros más jóvenes del claustro de los Lambegolmor y en ese momento, solicitaba del monarca que se revocara la ley que prohibía el uso y estudio de los dialectos avarin. Durante media hora, el joven elfo – cuyas mejillas amenazaban con estallar de tan rojas – había expuesto las razones de que los Maestros de Lengua se sintieran ofendidos porque se les impedía ejercer aquello para lo que existían: la comprensión de la palabra.
Finalmente, el joven guardó silencio y esperó con la vista en el suelo a que el rey hablara. Fingolfin lo estudió, con interés: era un típico noldo – almendrados ojos grises, cabellos como ala de cuervo, anchos hombros, rasgos aguileños... e, incluso en su timidez, un aire orgulloso iluminaba su expresión. El rey recordó que una vez – en otra vida – él había estado en una situación similar, exponiendo ante el Consejo la necesidad de construir una red hidrosanitaria que abarcara los distritos más periféricos de la ciudad. Fëanor le había ayudado a preparar su exposición y durante tres semanas habían practicado hasta que Fingolfin no tartamudeó como un becerro.
![](https://img.wattpad.com/cover/208602923-288-k334386.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Las dos orillas del lago (Námo tiene planes... y Vairë, tapices 1)
FanfictionDespués de la reencarnación, las familias de Fëanor y Fingolfin se encuentran viviendo una vez más separadas por un lago. Miles de años en Mandos han servido para que Fëanor y Fingolfin recuperen la relación que una vez tuvieron; pero en esta nueva...