XXVI - Lobos Acurrucados

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—No sé qué hacer. No me dejes, por favor...

—Sabes que tienes que hacer, pero estás triste—Lo toma del rostro con ambas manos, limpiando el rastro salino que iba cayendo—. Te sientes derrotado y no está mal aceptarlo e incluso sentirte orgulloso por hacerlo. Sabes que hacer, vas a triunfar en cualquier cosa que te propongas de ahora en más.

—Pero soy-

—Sé que lo harás porque eres mi hijo y como te dije antes... Enorgullécete de ser un Beta.

Matthew ayuda a Jimin a subirse a su caballo y este sube a otro. Hoseok los ve irse sin más. Su hermano menor mencionó que se le hacía imposible alejarse de Jimin. Se siente demasiado contrariado y confundido, sin mencionar que está totalmente ahogado por la ausencia de Namjoon. Dejarlo solo sería condenarlo a que se vuelva un simple lobo, pues las emociones humanas lo abrumarían. Incluso Mon los acompaña.

Hoseok vuelve al gran salón, aceptando las propuestas que tienen sus hombres de atacar y demás actos que llevarían a una venganza contra Youngjae. Estar en la habitación que Namjoon y Jimin ocupaban principalmente fue... extraño. En teoría ahora es suya y de Taehyung, no obstante, el ocupar la cama es nostálgico en diferentes niveles.

Recuerda demasiados inviernos ahí acurrucados hasta el punto de confundirse todos.

— ¿Cómo te sientes? — Taehyung entra directo a revisar los vendajes de Hoseok. La hinchazón en su rostro ya no es evidente y los morados van disminuyendo su coloración oscura—. Estás sanando bien.

—Como... ¿Cómo puedes estar tan bien? No lo entiendo. —admite en un suave suspiro por las atenciones del Omega.

—Quisiera estar más feliz. Más pleno. Papá fue al Valhalla, ahora bebe junto a los dioses—Una sonrisa genuina adorno los labios de Taehyung—. Incluso... Está con Jin, finalmente están juntos de nuevo—Su gesto flaquea, quedando una sonrisa torcida —. Aunque... ni siquiera soy capaz de saber si Namjoon está feliz con eso; que será cuando Jimin muera ¿Realmente irá al Valhalla? ¿Se verán otra vez? Fue él quien me crió y quisiera creer que será feliz de alguna manera.

—Lo dudo.

—También quiero que seas feliz. Quiero que me vuelvas a sonreír—Se acuclilla frente a él y apoya los brazos en las piernas de Hoseok—. Eres mi sol y ya perdí suficiente como para que tu sonrisa entre en esa lista.

— Tae, no me siento capaz de hacer lo que Namjoon quería. No me siento capaz de nada en este momento... No pude evitar que lo mataran, tampoco puedo evitar que abusen de quién me trajo la vida... E-estoy bloqueado.

Admitirlo le trae nuevas ganas de llorar. Francamente quisiera quedarse bajo las pieles y mantas por una semana entera para pasar esta impresión tan gigante. Taehyung acaricia su rostro, ladeando la cabeza para sonreír tan particular como solo él.

—Estaremos bien, sé que estarás bien.

—Perdí...

—Y a la próxima vez ganaremos ¿No?

—No lo sé. Solo... No quiero pensar en nada ahora.

A Taehyung no lo sorprende que Hoseok se durmiera toda la maldita tarde abrazándolo como sus brazos moreteados se lo permiten. Ni siquiera tuvo ganas de mimarlo sexualmente hablando, no siente que sea un buen momento para eso. De hecho, considera que Hoseok se lo está tomando de la misma manera en que su padre lo haría: Una total impresión que lo congela. Solo necesita que la flama de la rabia se encienda para que todo pueda tomar el curso que Hoseok quiere, pero no es capaz de notar:

La destrucción de quién les hizo y hace tanto daño.

— ¿Qué tal el cabello? —Se lo toca por inercia. Al emparejarlo apenas le llega a los hombros y es decepcionante.

—Volverá a crecer, aunque es muy molesto tener que recordar lo poco que podía hacer con el cabello así. Me acostumbre demasiado a todas las trenzas que podía. —explica lánguido y extendido. Sabe que Hoseok quiere saber de él y la mejor manera de hacerlo es a través de preguntas banales que llenaran sus expectativas.

—Es bueno que no tengas ninguna cicatriz. Qué envidia.

—En la cara querrás decir, aun así, tengo algunas en la espalda.

—Oh, claro ¿Cómo llegaste ahí para empezar?

—Amenazaron a un cachorro para que me llevara ahí. Pobre niño, a decir verdad, apenas sabe que es Omega y no lo culpo por lo que hizo. —Hoseok ríe cantarín. Nada extraño eso de un Omega sintiendo debilidad y perdón por un cachorro aun si este le causó un mal.

—Sobre eso...

—Estoy bien. Si me asusté demasiado de que pasara, pero al final me ayudaste. Así con eso todo está bien. —afirma en un ronroneo, restregando su mejilla contra la coronilla de Hoseok en gesto afectuoso. El Beta suspira.

—En serio creíste que podría ser un lobo común.

—Con suerte uno como Mon.

— ¿Me tendrías de mascota para abusar de mis hormonas? Que ruin. —Bromea, Taehyung hizo un suave mohín.

—No estaría tan mal en todo caso —Hoseok alza la mirada, con expresión sorprendida y divertida en partes casi iguales—. Quiero recostarme de ti, pero eso posiblemente te acabe rompiendo más y no es la idea precisamente.

—Espérame un par de días.

—Vale vale... Hey ¿Qué harás cuando Solar, Hwasa, Kai y Vernon vengan? Sabes que te apoyaré sin importar lo que sea que tengas en-

—Solo confía en mí y a que ese momento se dé como pienso y no como otro enfrentamiento.

—No serían capaces.

—También creímos que estarían aquí para apoyarnos y viste que no fue el caso.

No dijo nada más al respecto.

Estuvieron dos días en ese estado de reposo y letargo donde la mayor parte del tiempo fue de acurrucarse uno en el otro para descansar. Es un total milagro que nadie se quejara del estado inmóvil del nuevo rey.

. . .

—Creo que quién debería estar llorando soy yo, no tú.

—Suena cruel, pero quién puede verte soy yo.

Yoongi bufa malhumorado. Sí, es un maldito fastidio la oscuridad perpetua y no es el mejor mentalmente hablando para que lo pongan a estas alturas en semejante situación, pero... Sigue vivo y los dioses riéndose de él. Más importante aún, sigue con Jungkook que a diferencia suya está perfectamente bien para su alivio. Tantea hasta llegar a la cabeza de Jungkook y acariciarle el cabello como si fuese un cachorro.

—No hagas eso, ya no soy un niño.

Su réplica con voz pastosa y llorosa no ayuda a que Yoongi pueda olvidar la primera vez que vio a Jungkook quién era, efectivamente, un niño. A su juicio, sigue siéndolo. Por su parte Jungkook no puede sentirse bien con Yoongi tratando de actuar como si no ocurre nada. Como si no tuviera cicatrices horribles por lo mucho que debió costar cegarlo; los parpados dañados ya algo hundidos pues el globo ocular está sin nada de líquido. Bien pueden salirse en algún momento y nada cambiaría.

No hay oportunidad para que sea vidente de nuevo y... Lo hace sentir tan triste.

Tantos planes con Namjoon lo llenaron de ilusión de ver el mediterráneo, aunque Yoongi lo negara a él también y ahora si no quiere que lo maten debe permanecer siempre en Kattegatt. Cuando se volvieron "mensajeros divinos" creyó que esto no podría ocurrir y... Quién sabe, quizá pecó de confiado en ese sentido.

—Los niñatos ya deben haber llegado. Es mejor que estés presente tú para saber que pasa y puedas contarme después. Espero que Hoseok lo haga bien.

— ¿No lo sabes?

—Puedo oír todo lo que los dioses me digan, pero verlo es otra cosa y ya que últimamente no ha sido exacto... Necesito que seas mis ojos.

Asiente antes de darle un suave beso en la mejilla y dejarlo solo. Yoongi suspira, hundiéndose en su cama a esperar.

Lo único que puede hacer ahora. Esperar acurrucado.

Beta | Vhope || BOOK 2#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora