Salvando al culpable (Terminada)

Patty

Para ser sincera no soy muy buena escribiendo pero me tenía que esforzar, mi prima pequeña cumplía años, y tenía el regalo perfecto para ella.
Ella ama leer, a su corta edad de 10 años le apasionan los cuentos, así que opté por escribir una breve historia, mandarla a una imprenta y enviársela de regalo.
Luego de escribir y borrar había quedado un cuento coherente al menos, así que por email contacté a una imprenta y envíe mi obra de arte, o intento de obra de arte... creo que si fuese una pintura sería seguramente arte abstracto.
Estaba ordenando unas cosas para luego irme a trabajar cuando tocan mi puerta, deje mi portafolio en la mesa y fui a abrir, cuando abro la puerta me llevo una grata sorpresa, la vecina sin nombre, además de amargada estaba delante mío, esta vez yo fui la que rompí el silencio.

—¿Se te ofrece algo?

—Solo vine para presentarme correctamente, se que no fui muy amable que digamos.
Así que opte por venir y presentarme de una manera más amistosa.
Me llamo Patty, un gusto.

Eso me había agarrado por sorpresa, pensé que era amargada, pero veo que no es así.

—El gusto es mío, mi nombre es Emma.
La invitaría a pasar pero tengo que ir al trabajo, quizá cuando vuelva podríamos tomar una taza de té si gusta.

—Me agrada la idea, la espero en mi casa si le parece bien.

—Bien, así será.

Luego de esa charla se marchó, aunque pude escuchar un inaudible "si es ella." Creo que esto del cambio de horario y madrugar me está jugando en contra.
Sin perder más tiempo me fui a buscar mis cosas para hacer lo mismo que Patty hizo hace unos instantes, irme.
Mi trabajo quedaba en el centro así que en una hora aproximadamente llegaría. Al no tener auto me tendría que ir en bus, me alegraba que mi padre tuviera influencias en todo eso de las empresas. Cabe recalcar que mi padre únicamente sólo le envío mi currículum a uno de sus amigos y le dijo que yo era su hija... además que me había graduado de la universidad de economía, por lo tanto el trabajo prácticamente era mío.
Que más puedo decir, los números me fascinan.

Al llegar a la parada pude ver a algunas personas esperando el bus eso significaba que no había llegado tarde, cuando llegó me monté en el y me senté en uno de los asientos del fondo para luego poder descender por la puerta trasera.
Cuando llegó el momento así lo hice, para luego adentrarme en las grandes calles de la ciudad, cuando llegué a la empresa saludé al recepcionista y me dirigí escaleras arriba, mi oficina quedaba en el tercer piso así que no necesitaba ir en ascensor, además que las escaleras me ayudaban a sustituir el gimnasio.

—Buenos días.

Hablé en general cuando llegué, sin esperar respuesta me adentré a mi cómodo lugar de trabajo.

Lo único que hacía era ver las ventas a nivel nacional de la empresa, para después subirla a la base de la compañía, así el jefe puede corroborar que todo esté en orden.
Me gusta lo que hago, aunque a veces se me hace sumamente tedioso y hasta abrumador pasar haciendo eso y revisando archivos anteriores para compararlos, pero la paga es muy buena y con este trabajo puedo vivir más que bien.
Siempre dependí del dinero de mis padres, yo estudiaba y trabajaba, si. Pero lo gastaba en mi y en mis viajes para ver en donde encontrar mi lugar en el mundo, cuando decidí que este sería mi lugar todo cambió y tuve que aprender a comprarme las cosas yo, ya sea la comida o la que ahora es mi casa, además de los gastos mensuales de esta. Siempre fui tacaña más con los demás, aunque no me preocupa ya que todos en Inglaterra son así, tienen hasta contadas las bolsas del té, sin exagerar.

Ya era la hora de almorzar así que me fui a un restaurante para nada formal cerca de la empresa, no sabía que pedir así que pedí una ensalada y un agua... no se crean, me pedí una hamburguesa doble y un agua, eso si, siempre hay que estar hidratada.
Las horas pasaban y yo anhelaba el momento de la salida para poder llegar a casa, cambiarme e ir a tomar el té con la ex señora sin nombre, alias Patty.
Cuando llegó la hora de marcharme tomé mis cosas y marché a mi hogar, cuando llegué lo primero que hice fue tomar una breve ducha y ponerme ropa cómoda, en este caso consistía en una camisa gris y unos leggings negras con unos calzados deportivos.
Deje mi celular en la mesa y me fui hacia la casa de mi vecina, no hizo falta ni siquiera tocar ya que al llegar ella abrió la puerta, me habrá visto por la ventana supongo, ¿tantas ansias tenía de que venga?
Me invitó a pasar y me hizo tomar asiento en un sillón verdaderamente cómodo, su casa era muy bonita a decir verdad, todo en tonos blancos con rosa.

—Ya puse el agua a calentar, en un momento el té estará listo. No eres de aquí, ¿qué te hizo venir a este pueblo?

Lancé un suspiro que estaba reteniendo, aunque no sabía el porqué.
Casi al instante coloqué una pierna arriba de la otra y con mis manos apoyadas en mi rodilla contesté.

—No, soy de Inglaterra, Londres específicamente. Trataba de buscar mi lugar en el mundo y casualmente algo me trajo hasta aquí, verdaderamente me agrada este lugar.

Ella se quedó mirándome como analizando lo que acababa de decir, simplemente no dijo nada y se excusó diciendo "el agua está lista". Había llegado con el té pronto, yo solo agradecí y contestaba alguna que otra pregunta de parte de ella, todo normal hasta que me preguntó algo que usualmente nadie te pregunta, o al menos a mi nadie me lo ha preguntado.

—Y dime Emma, ¿crees en el destino?, ¿crees en el propósito de algo más allá de lo que vemos?

No sabía que responder, es decir, no creo en esas cosas, yo si no lo veo no le creo.

—...Verdaderamente no suelo creer en cosas que no veo, además que las cosas pasan porque tienen que pasar no porque el destino o algo sobrenatural lo quiso. Usted... ¿cree en eso?

—Si y mucho, tanto como creo que tú puedes cambiar el destino de muchas otras personas.

           Hola queridos saltamontes 🦗

¿Cambiar el destino de alguien? No invente Patty.