¿Qué harías si un día simplemente te encuentras años atrás en un horrible desastre, el cual puedes impedir?
Cualquier persona haría lo necesario para detenerlo, pero Emma no tiene en sus planes viajar al pasado para arreglar un desastre que no ocasi...
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No lo pensé demasiado para ir corriendo a la que supuse sería su casa, espero no haberme equivocado, mis llamados alertaron a un par de vecinos que estaban ya despiertos, lo supe porque miraban expectantes por sus ventanas, tratando de descifrar de donde provenía el sonido. Nadie salía de dicha casa y yo cada vez me desesperaba más. Estaba en otro año y quizá esta no es su maldita casa, eso no lo había pensado. No fue después de dar unos últimos golpes a la puerta que salió una niña con rulos de unos 10 años.
—Hola, necesito hablar con Patty es urgente, soy una amiga.
Me miraba mientras pensaba que contestarme, creo que yo a su edad hubiera cerrado la puerta y llamado a la policía porque una loca está golpeando mi puerta a estas horas.
—Ella salió. — Contestó al fin.
Simplemente bufé y me giré para irme, sabía que era mentira, porque si sólo estuviera con su padre no hubiera sido ella la que me abriría la puerta. Así que o estaba sola o Patty estaba por ahí, muy lista niña. Cuando va a cerrar la puerta noto que alguien dice "quién era cariño", me doy la vuelta y entro a la casa invadiendo si es así la privacidad de aquel que aquí habita, si es que no es Patty por supuesto, porque si es así no sería violación de privacidad. Cuando entro me topo con una mujer ya bastante conocida para mi, aunque con unos cuantos años menos.
—Tú... ¿Qué haces aquí?
Me miraba totalmente asombrada, la entiendo ni siquiera yo sé cómo carajos llegué a este lugar. Aunque ella debería estar menos sorprendida que yo, esta siempre fue su idea. ¿Ahora resulta que no se lo esperaba?
—No me mires así, bien que sabes cómo llegué. ¡Estaba durmiendo cuando un terremoto invadió mi casa! ¿comprendes eso? ¡Casi muero!, peor que eso, ya que ahora estoy aquí y la única que me puede ayudar eres tú. Al menos tengo algo de ropa en mi mochila. Gracias por poseerme en la noche para así tomarla, muy solidario de tu parte. — Dije ya cabreada y llena de ironía.—
—Si, se qué haces aquí. Pero no creía que llegarías tan temprano, si viniste es porque algo dentro tuyo estaba curioso y deseoso porque todo esto de "un joven científico loco" como tú lo llamaste sea verdadero, pues aquí estás, bienvenida al 2004 chica, bienvenida a tu misión. — Lanzó una risa que estaba llena de ironía junto con diversión, en este momento me sentía como un payaso a la vista de ella.—
—¿Es en serio? Estoy realmente lejos de casa, 15 años antes y tú... ¿te ríes?, podrías no se, ¡ayudarme a volver! Quizá si muero o tú conjuras algún hechizo podrías devolverme a mi dimensión. Esto parece la serie que estaba mirando hace días, quizá solo estoy soñando.
—Mira Emma, en este tiempo que tú estés aquí podremos ser amigas, mírame tengo solo 35 años, no nos llevamos tantos años ahora eh.
—Claro, en esta dimensión. Porque en la otra eres ya casi una anciana y con un muy mal humor.
—Bien, primero: esto no es una dimensión, es el pasado nada más, segundo: ¿qué parte de que soy psíquica no entendiste?, los conjuros son para las brujas, por último pero más importante... no te puedes ir, tendrás que cumplir con lo que viniste a hacer y después volverá todo a la normalidad ya verás. Prometo que luego de esto ya no volveré a ser la anciana amargada, aunque eso fue muy grosero de tu parte. Pequeña mocosa.
Ni siquiera me moleste en contestar algo, aunque me doliese ella tenía razón, sin embargo no sabía que vine a hacer exactamente. Pero aún así no diría nada al respecto. Ya que tengo la sensación de lo que digo ella lo tomará como chiste o lo usará en mi contra, como si fuese un tribunal. ¿Por qué esto tuvo que pasarme a mi? ¿Será este un castigo de Dios todo poderoso? Suspiré pesadamente y me dejé caer en un sillón que cerca de mi había, serían unos muy largos y oscuros días. Estaba en un transe, en el cual pensaba cada una de las formas para acabar con mi vida en ese instante, cuando la voz de Patty me hizo pegar un salto del susto.
—Bien, antes de que te mueras de depresión o algo peor en mi sillón, pondré las reglas.
Yo la miraba mientras maldecía por mis adentros, si a los 50 estaba loca ahora está peor. Además porque pondría reglas, ni trabajo tengo como para ayudarla en algo. Solo esperaba pacientemente para escuchar con que saldría ahora.
—Con tu silencio basta para pensar en que cosas serán, bien. Primero tendrás que ayudarme con cosas de la casa, tales como; limpiar, cocinar, planchar. Segundo no tengo marido por lo que seremos nosotras dos y mi hija, así que no es todo tan malo. Tercero, dentro de una semana o unas cuantas semanas cuando estés más preparada emocionalmente y te adaptes, además de que aceptes que no volverás en un largo tiempo, irás a ver a John Adams. El vive pasando el bosque Jood, cerca del laboratorio, tendrás que acercarte a él y convertirte en su aliada, o mejor amiga más fiel. ¿Oíste?
—Si señora. — Dije mientras hacía un saludo militar.
—Bien, ahora... ¿me acompañas a llevar a mi hija a la escuela? Así conoces tu nuevo vecindario por segunda vez.
—Si, está bien.
No tenía ganas pero bueno, ella me daría un techo y comida. Además que lo que pide no es demasiado, sólo ayudarla y luego irme a ver a Adams para que no mate a nadie, fantástico. Solo faltaría que el tal Adams sea un antipático o que me use como proyecto principal, si fue capaz de matar a sus compañeros de trabajo... ¡a mi me verá como un simple insecto!, solo con pensarlo me acobardaba, así que preferí dejar de suponer tantas incoherencias.
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