Nueve.
Lo primero que noté al despertar fue que no sabía dónde estaba. Luego me di cuenta que la cabeza me explotaría y que traía una playera de hombre. Mi vestido estaba tirado en el suelo junto con unos jeans y una camisa de hombre. Y encima de todo eso había un gato gris durmiendo.
A decir verdad, me asusté un poco. Podría estar secuestrada. Algo a mi derecha, que reconocí como el celular de Keith, comenzó a sonar, así que deseché la idea de haber sido raptada.
Aaron: ¿Dónde está cada uno? ¡Repórtense!
Ellie: Yo no me acuerdo de nada. Solo sé que desperté en el patio de Travis.
Jason: Pues yo amanecí en mi coche.
Yo: ¡No tengo ni idea de dónde mierda estoy!
Jane: Tranquila, no creo que estés secuestrada.
Yo: Pensé lo mismo c: Lo único que sé es que estoy en casa de un hombre.
Clarisse: Yo sí me acuerdo de qué pasó ayer. ¡Me acosté con Travis! Y lo primero que dijo al verme fue "Princesa" :D
Aaron: ¿Tienes idea de quién es, Jamie? Respecto a lo tuyo Clarisse, serás princesa Fiona...
Jason: Wow, ya pasaron de la segunda base!
Ellie: ¿Se cuidaron?
Clarisse: Eres un imbécil, Black.
Jason: ¡Claro que se cuidaron! ¿Verdad, Clarisse?
Clarisse: Sí. Sí nos cuidamos.
El olor a Play de la playera que usaba y de las sábanas me dijo en dónde estaba. ¡Santa mierda! ¡Me acosté con Keith Sanders! ¡Fui la cuarta!
Yo: Ya sé donde estoy...
Ellie: ¿Dónde?
Jane: ¿Está guapo?
Yo: Tú dime. Estoy en la habitación de Keith Sanders.
Aaron: ÖÖÖÖÖ
Jason: ¡Fuiste la cuarta!
Clarisse: Gané la apuesta, Black.
Aaron: Mierda... Al rato te pago.
Ellie: ¿Se protegieron?
Jane: ¿O tendré sobrino?
Yo: ¿Apuesta? No me jodan. No me acosté con él.
Jason: ¿Cómo sabes?
Yo: Me dolería... Y no me duele :')
Salí del nido de cobijas y me acerqué a una puerta. Al abrirla y ver el baño, me metí a lavarme la cara y arreglarme el cabello.
Afortunadamente la playera de Keith me quedaba muy grande y me tapaba hasta la mitad del muslo, de modo que me la dejé.
Salí de la habitación sin despertar al gato, bajé las escaleras y encontré en la cocina a una mujer cuarentona y delgada usando bata azul y pantuflas de conejo.
— Hola, señora... Sanders.
Dios mío, ya me podía imaginar la impresión que le estaba dando. Levantó la vista de su crucigrama y me sonrió.
— Hola, querida. Jamie, ¿verdad? —asentí con la cabeza mientras se acercaba a mí—. Siéntate —señaló una silla en frente de ella y la obedecí—. ¿Ya te sientes mejor?
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Ni contigo ni sin ti. [Pausada]
RomanceKeith Sanders, el chico de los ojos rojos, es un libro cerrado, una persona intimidante que tiene un secreto que intriga a unos cuantos - o tal vez muchos - estudiantes de Yaxley. También es amable y caballeroso, pero solo con Jamie Quinn, la chica...