Ni contigo ni sin ti. [Pausada]

12 - El lugar secreto de Keith.

Doce.

— ¿Ya salió la basura de tu ojo? —fue lo único que se me ocurrió preguntarle a Keith para disimular—. Oh, hola Jane.

— ¿Quieren hablar más bajito? —sus ojos ni siquiera se abrieron—. Hay gente tratando de dormir.

Bostezó y se metió de nuevo a la habitación. Con suerte estaría lo suficientemente dormida para que al siguiente día no se acordara de lo sucedido.

— Me voy —anuncié.

— ¿Así como si nada? ¿No me vas a desear las buenas noches o a darme un beso?

— No —le guiñé el ojo y me metí. Alcancé a oír que murmuró algo, pero no supe exactamente qué.

***

Al siguiente día, o más bien, horas después, despertamos todas menos Jane. Fue sorprendente, pues la alarma sonaba tan fuerte que una mañana nos reclamaron las chicas de la habitación contigua.

— Sshhh —indiqué—. Vean esto —cargué a Sirius y lo acerqué a la cara de mi hermana para que la lamiera.

— Oh... Nick —Jane gimió y Clarisse se tapó la boca para no reírse— ... Sígueme besando.

Ellie y yo nos reímos a carcajadas haciéndola despertar.

— ¿Qué me hicieron? —preguntó mientras se levantaba de golpe.

— No te hicimos nada, tú solo besaste a Sirius pensando que era Nick Jonas —explicó Clarisse entre risas.

Después de vestirnos, cada quien se fue a su respectiva clase. Como la profesora de álgebra no había llegado, me dediqué a revisar si no tenía llamadas de mi papá.

— ¿Tú eres Jamie Quinn?

Alguien se sentó en la banca que estaba frente a la mía. Levanté la cabeza para ver al que me hablaba y me encontré con un chico moreno de cabello café oscuro, sonrisa radiante y cejas de Zac Efron.

— Sí, soy yo —le dediqué una sonrisa—... ¿Por qué?

— Me dijo la profesora que podrías ayudarme con álgebra. Es que honestamente no entiendo una mierda —se rascó la nuca mientras ladeaba la cabeza de una manera tierna—. ¿No te molesta que te haya elegido?

— No, para nada. Me gusta ayudar, aunque debo decir que a veces tampoco entiendo.

Guardé mi celular para darle toda la atención al chico nuevo.

— Me dijo la señora que tus calificaciones, o al menos lo que ha visto en la semana pasada es bueno. ¿Entonces sí me ayudarás?

— Sí, claro. ¿Cómo te llamas?

— Steve Salvatori —me tendió una mano y se la estreché.

— Bueno, ya conoces mi nombre.

Dos horas más tarde revisé mi horario y me di cuenta que tenía que ir a Leeds a clase artes, pero gracias a que Keith y yo habíamos hecho nuestro Picasso en el salón, la profesora Grace nos dijo que podríamos faltar a su clase todo el trimestre, que porque como ya estábamos exentos, no tenía caso que fuéramos a sus clases. Al principio le pregunté si hablaba en serio, pero Keith me dijo que me callara y que obedeciera a la profesora.

Me dirigí a mi habitación, ya que en la mañana con las prisas me puse el primer brasier que vi, y casualmente tenía la varilla salida; un infierno. La puerta de mi habitación y las demás tenían pegadas una hoja.

Como todos ustedes, alumnos, saben, en cada mes tenemos excursiones. Este viernes será la primera del año, al parque de diversiones pasando Mavericks. Háganme saber si irán y su método de pago.
Atentamente: Kun Lee.