Catorce.
No había nada más estúpido que un autobús repleto de estudiantes cargando bebés de plástico, entre ellos un tuerto.
— No puedo creer que a Ellie le guste Jonathan —murmuró Jane, a mi lado, con cara de asco.Nos encontrábamos en el autobús que nos llevaría al parque de diversiones, aunque éste seguía estacionado afuera de Yaxley. Nos tocó del lado izquierdo y yo me había apañado del lugar de la ventana. Del lado derecho, unos asientos más atrás, estaban Ellie y Clarisse. Y, aunque no quisiera saberlo, Keith estaba en el antepenúltimo par de asientos junto con Travis Schneider.
— Yo no puedo creer que sean novios —dije con el mismo tono de voz.
La noche anterior Ellie nos explicó que desde el miércoles eran novios ella y mi hermano. Si ella tan solo supiera que en la casa mi hermano se la pasaba tirado en el sillón rascándose sus partes y luego se olía las manos.
— ¿Me veo bien? —preguntó Jane señalando su ropa.
Observé cómo venía vestida. Ambas traíamos shorts de jean azul, ella eligió una blusa blanca sin mangas que tiene letras de muchas fuentes regadas por todo el frente y yo escogí una blusa, también sin mangas, color vino y con la Torre Eiffel en negro.
— Las dos nos vemos bien —le sonreí y ella asintió con la cabeza.
Antes de que avanzara el autobús, mi gemela se levantó para decirle algo a Clarisse y a Ellie. Pensé que se iba a sentar otra vez, pero en su lugar lo hizo Keith.
— ¿Qué haces aquí, Sanders? —le pregunté, con un tono un poco más duro del que quería utilizar. Seguía enojada por cómo me había hablado el día anterior en mi habitación—. ¿No estabas con Travis?
— Sí, pero Andrews se quería sentar con él —contestó—. Así que me cambió el lugar, pero como Preston me tiene miedo o algo por el estilo, Jane me dio su lugar.
Puse los ojos en blanco ante su respuesta. Ahora resulta que a Jane le gustaba complacer a todo el mundo.
En ese momento el autobús arrancó.
Llevábamos más o menos una media hora de camino con un silencio incómodo. Keith decidió cerrar los ojos y prácticamente ignorar todos mis intentos de sacar conversación.
Yo, para no aburrirme, me puse a ver el paisaje. Cuando también me aburrí de eso, observé a Sanders. Por mucho que estuviera enojada en ese momento, no le quitaba lo guapo. Sus cejas eran masculinamente perfectas y sus pestañas le rozaban la parte superior de los pómulos. A pesar de tener un ojo morado se veía guapo. Y ni hablar de su nariz recta
De pronto escuché mi tono de llamada pero como no encontraba el celular entre todas las cosas que traía en mi bolsa, la canción sonó por varios segundos.
Could you check my pulse for me to see if I'm alive?
Cause every time that I am near you is the only time I feel alright...Lo encontré y tomé la llamada sin ver de quién se trataba.
— Veo que me has evitado toda al semana —dijeron al otro lado de la línea.
— Sí, Adler. En efecto, te he estado evitando.
— ¿Por qué?
— Porque quiero y puedo. No quiero nada contigo y ya te lo he dicho de todas las maneras posibles.
— ¿Pero por qué, Jamie?
— Por el amor de Dios —puse los ojos en blanco—. Porque... —me callé cuando Keith me sacó el teléfono de la mano.
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Ni contigo ni sin ti. [Pausada]
RomanceKeith Sanders, el chico de los ojos rojos, es un libro cerrado, una persona intimidante que tiene un secreto que intriga a unos cuantos - o tal vez muchos - estudiantes de Yaxley. También es amable y caballeroso, pero solo con Jamie Quinn, la chica...