Cap 2: "Retroceso"

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Sábado, 2 de noviembre de 2019.

-¡Mujer! Faltan tan solo unas semanas y ya tenemos nuestra fiesta de graduación...¿Puedes creerlo? Sin duda el año se me pasó volando y no se que carajo hice en todos estos meses.

-¡Ay Bet! Estamos igual. No recuerdo ni lo que comí está mañana, imagínate. -Ahogó una risa.

-¿Chicas ya van a ordenar?
-Pregunta el joven mesero acercándose a nuestra mesa.

-Mmm...-Betania se quedó pensando unos segundos-Un capuchino y unas tostadas -Dijo Ahora sin titubear.

-Perfecto. -Dijo el muchacho sacando una birome de su oscuro delantal y anotando el pedido en una fina hoja -¿Y tú?-Ahora fija su atención en mí. Sus ojos profundamente turquesa me intimidaban un poco.

-No quiero nada, gracias. -Le respondo negando con la cabeza,mostrando una leve sonrisa de cortesía. Al escuchar estás palabras, asintió y se fue.

-¡Wow amiga! De seguro ese hombre trabajo en la fábrica de Willy Wonka porque es todo un bombonazo...-Espeto cuando el joven ya se encontraba lo suficientemente lejos para no escucharla. Ella mordía su labio inferior mientras lo escrutaba con la mirada.

Betania es esa clase de amiga que va echándole el ojo a todo el mundo.
Ella es una hermosa chica. Más baja que yo. Con unos hipnóticos ojos verdes y un lacio cabello rojizo.
Es algo robusta pero no por eso pierde su encanto.

-¡Betania! -Le pegó en el hombro para que dejé de mirarlo. Me río para mis adentros, no sé si por la estupidez que acaba de decir o por sus miradas para nada disimuladas.

-¡Au! -Se lleva la mano al lugar del golpe- ¡Ay, por dios! ¿Acaso vas a negarme que no te parece atractivo? -Niego con la cabeza mordiéndome el labio y una sonrisa sarcástica se dibuja en ellos.-Bueno ya, ¿Al final irás conmigo al parque de diversiones mañana?-Inclino mí cabeza mirando hacia arriba en un intento por parecer pensativa mientras me rascó la barbilla.-¡Vamos no seas amargada!

-¡No soy amargada!-Salto poniéndome a la defensiva y le saco la lengua como una niña.

De pronto el atractivo mesero aparece junto a nosotras con una bandeja en sus delgadas manos.

-Su pedido.-Dice carraspeando para que notemos su presencia.

-Gracias.-Dijo Bet e hizo guiñar uno de sus ojos . Luego me miró a mí y no pude evitar rodar los míos. El muchacho se retiró llevándose sus mejillas ruborizadas consigo.

-¡Para ya de coquetear, Miss seductora!-Suspiró sonoramente pero muestro una leve sonrisa para no parecer molesta, aunque si lo estaba.-Tomate ese café que quiero irme de aquí. Y no me preguntes por qué, pero siento una punzada en el estómago y una ligera incomodidad al estar en este lugar.-Mire con recelo a medida que recorró con la mirada cada rincón de la cafetería.

-¿Bromeas, cierto?-Me dice al mismo tiempo en el que enarca una de sus finas cejas. Yo niego con la cabeza. Ella pone los ojos en blanco y acerca la taza a sus labios para poder soplarla, haciendo que el aroma a café caliente llegue a mí, inundando mis sentidos. Luego le da una crujiente mordida a la tostada y una miga cae sobre la taza.

Mientras tanto yo miro por la transparente ventana de aquel lugar, que da a la calle. Los autos iban y venían en un ritmo casi sincronizado.
No miraba a algo en concreto, más bien mí mente empezó a divagar.

Pensaba en la carrera que quiero seguir, en que tendré que conseguir un trabajo de medio tiempo para ganar algo de dinero. No es nada sencillo.

Debo admitir que extrañare el instituto. Es una etapa de mí vida que dejaré atrás. Tengo tantos recuerdos. Buenos y malos pero recuerdos.

Al salir de mis absortos pensamientos me percató del lugar, le prestó más atención a diferencia de cuando entré aquí.

La cafetería estaba bastante silenciosa. Solo había dos personas además de nosotras y lo que más se escuchaba era el chillido de la máquina al servir un espumoso café.

Luego de minutos largos, que para mí parecían horas, Bet termino su pedido y con paso firme se acercó al mostrador a pagar.

No me fijé si le siguió coqueteando al mesero, la verdad es que aún estaba muy sumida en mis pensamientos como para fijarme en ello. Está cafetería es bastante tranquila, pero no sé porque siento un mal augurio al estar aquí. Intento ignorar ese sentimiento.

-Bien,ya pagué.-Me dice Bet acercándose a mí-Te dejo en tu casa y alistate para mañana. Será un día inolvidable te lo aseguro.-Suelta cargando uno de sus brazos en mí hombro a medida que nos acercamos a la salida.

Llegamos a su coche y nos sentamos haciendo el mismo ruido seco al cerrar la puerta. El asiento era muy cómodo así que me removí en el al mismo tiempo en el que abrochaba mí cinturón de seguridad.

Al mirar por el espejo retrovisor, logró ver qué justo cuando habíamos abandonado aquel local, unos maleantes enmascarados entraron con agresividad rompiendo la cristalina puerta con un bate. Giramos nuestra cabeza, boquiabiertas,para mirarnos asombradas. La adrenalina se hizo presente en el ambiente de tensión. El sonido de un disparo logró erizarnos la piel.

Uno de los ladrones salió de la cafetería y se dirigía a nuestro carro a pasos rápidos,casi corriendo, mientras sostenía con firmeza el mismo bate con el que hizo añicos el cristal. Se me heló la sangre al ver qué este individuo se acercaba cada vez más, demostrando su malicia con la que nos atacaría sin piedad. Casi podía imaginarme su sonrisa despiadado bajo aquella cubierta.

Cuando parecíamos no tener escapatoria y este tipo se aproximaba con decisión a nosotras, Betania salió del shock y encendió el auto. El motor rugió con potencia,Bet aceleró pegando una brusca sacudida mientras dejaba atrás al ladrón, quién carraspeaba maldiciendo debido al humo que despidió el caño de escape.

Escalofríos recorren todo mí ser de solo pensar que si hubiésemos estado allí un minuto más, no solo la bala podría habernos matado sino también aquel desconocido.

𝐁𝐮𝐬𝐜𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐥 𝐩𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞  PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora