-Este...Wuo, Rose me has dejado perpleja la verdad. -Asenti mientras en mis labios se dibujo una leve sonrisa irónica.Le conté a Bet sobre los pantallazos, esta vez con lujo de detalles. -Y...¿desde cuándo tienes estos intensos pantallazos?
No sabía bien que respondele ya que ni yo creo poder respondermela a mí misma. Al igual que el hecho de que haya encontrado esas pastillas antidepresivas en la mesa de noche de mí padre. Debo hablar con él, solo que...Es un tanto difícil ya que mí relación con el no tiene tanta afinidad, poco hablamos y es más lo que trabaja que otra cosa. Pero lo averiguaré cueste lo que cueste...
Luego de unos segundos de vagar en mis pensamientos, volví a la realidad y le respondí:
-No se exactamente cuando iniciaron pero si puedo confirmarte que siento que cada vez tienen más y más fuerza.
- ¿Y por qué nunca me hablaste de ellos con total detalle? Solo me describiste uno una vez e intentaste aparentar que le restabas importancia. -Me dice sobando mí espalda-Puedes hablarlo conmigo, boba. Y...Aún sigo pensando ¿Por qué no vas a un terapeuta, Ro?
- Ya te lo dije...¡Los terapeutas me intimidan! Y si, lo sé. Sé que puedo confiar en ti pero es que temía que pensaras que era una lunática y que te alejarias de mí, como a veces siento que todos hacen...
- ¡Ashh!-Dice soltando un sonoro suspiro. - Rose nadie se está alejando de ti, eres tú la que pone las barreras, hazme caso yo quiero ayudarte.-Pose mí cabeza en su hombro y la abracé mientras me decía para mis adentros "¿Que hice yo para merecerte Bet?" - Bueno...conste que solo me dejo abrazar porque te sientes mal...- Espeta intentando levantar mí ánimo. Yo solté un risita. - ¿Te puedo admitir algo? Jamás he oído de algo parecido a tu situación pero... yo tampoco estoy tan cuerda, ya te habrás dado cuenta de ello.Yo... también tengo sombras que me atan y a veces me anclan al dolor. Y sabes bien que parte de mí rebeldía se debe a la situación de mis padres y sus infidelidades descaradas. Pero volviendo a lo tuyo...estoy contigo y lo sabes.-Le regale una sonrisa de lado. Realmente aprecio mucho su compañía en estos momentos.
Luego de decir esto, el silencio se hace presente entre nosotras y nos quedamos observando la inmensidad del lago.
Nos encontramos en mi lugar preferido, el Muelle. Vinimos a pasar una tarde de picnic y aquí estamos, sentadas sobre una gran manta marrón depositada sobre un cuadrito de césped, ya que el Muelle en casi su totalidad, es tierra.
El día está algo inestable y por momentos el viento logra despeinar nuestros cabellos. De pronto mí móvil suena, rompiendo con aquel silencio que, por lo menos para mí, no era incómodo. Lo tomó con total tranquilidad, creyendo que podría ser una notificación cualquiera. Pero no fue así. Era otro mensaje de aquel número desconocido.
- ¿Paso algo?-Me pregunta Betania al voltearse a verme y notar que me quedé mirando al móvil más de la cuenta. - ¿Hay algún problema?
- Emm...No. Bueno...Si. Si lo hay. Es difícil de explicar... ¡Ashh!- Bet enarca una ceja, dándome a entender que la deje algo confundida.- Mira, hace pocos días recibí un extraño mensaje de un número que no está agendado en mis contactos ¿Okey? Hasta ahí todo normal. Pero lo extraño es que no es un mensaje como cualquiera. Estos estan en un idioma raro o algo así.
--A ver, déjame ver. -Espeta sacándome el teléfono de las manos- Que extraño...Parece ser un mensaje hecho en...códigos.
-¿"Códigos"? ¿Cómo que "Códigos"?-Espete sobresaltada.
-Morse. Código morse, Rose. Espera deja busco en Google que representa cada punto...
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