Capitulo 22

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Ornela vio adecuado intervenir en la contienda con lo más seguro. Ella se apresuró a sostener a su hermanastro desde atrás, abrazando su torso y empujándolo con fuerza, retrocediendo. Solo de esa manera pudo apartar a Mario y prevenir que este vaya mas lejos en hostigar a Toni. Viendo que el muy cabreado insistía en darle al chico su no tan merecido golpe y no daba por vencido nada, ella se resolvió a interponerse en medio de los dos.

-¡Mario, ya basta! Ya pasaron años ¡Ponete las pilas ya! Si te interesa sacrificarlo a trompadas, primero lo haces conmigo-

Mario estaba nuevamente petrificado. Era de lo mas obvio que el optaría por amputarse los brazos antes de hacerle algún daño a Ornela. Por detrás de ella estaba Toni aferrándose a las barandas para no caerse luego del sacudón que le dio su antiguo compañero. Mario pasó de verla a ella a ver al desgraciado castaño.

-¿A qué viniste aca?- Su lenguaje corporal indicaba que quería seguir peleando, a lo que Ornela se seguía interponiendo firmemente. –Mira que yo no quiero gentuza como la tuya aca eh-

-Tranquilo, Aborigen, que no traje a nadie más. ¿Solo estoy yo, no ves? Toni el capo-

-¡Y un carajo!-

Ornela ya no estaba segura si seguir metiendo sus narices en un asunto escandaloso, pero luego pensaba en Mario afrontando consecuencias legales por violencia callejera y entonces su posición se reafirmó.

-Chicos, chicos, mejor resolvemos las cosas adentro antes de que algunos de los vecinos llamen a la poli o algo. Vamos adentro- Ornela intentaba ser la mas calmada en todo el jaleo. Y claro que era difícil.

-No no no, este gil no entra en mi departamento-

-Bueno, vamos al mío entonces. Veni Toni- Ornela saca las llaves de su bolsillo.

-¡No, para para!- Mario se puso rápidamente en frente de su hermana.

-¡Que, Mario!- Ya se encontraba fastidiada.

-¿Venis limpio?- Mario lo señalo con el dedo al mismo tiempo que le clavaba una mirada fija y eufórica –Si no estás limpio, no entras a ningún lado, te vas-

-Si si, loco, estoy limpio, tranquilo. No te recordaba tan agresivo antes, man, tranquilo-

-La gente crece y cambia- Mario parecía determinado.

-Bueno, yo también crecí y cambie si?. Ya deje la farlopa, deje de callejear, estoy en la nocturna ahora...-

Mario no estaba conforme y se le acercó para verlo a los ojos mas de cerca, estirarle la carne de las ojeras. No estaban rojizos. Pero el no se terminaba de convencer y procedió a revisarle los bolsillos de manera convulsiva, sin importarle como se vea a ocasión.

-Eh, loco, para. No tengo nada. ¿Qué haces?-

-Mira, me cuesta creerte todavía. Se que con algo te traes...-

-Que yo no traigo nada, negro de mier...-

Ornela ya estaba llegando al límite viéndolos a los dos desde el marco de la puerta con la peor de las miradas.

-Les digo que YA entren a mi departamento o llamare YO a la policía por ustedes dos, DALE!?-

Por fin los dos mamertos se detuvieron para responder a la rubia con ojos asustados, impactados y llenos de sumisión.

Ornela estaba cerca de arrepentirse al sentir un ambiente silencioso tan tenso dentro de su propio recinto. Al mismo tiempo que ella se encontraba preparando el café, los dos hombres de la zona se encontraban sentados frente a frente sin decir una palabra. Mario no apartaba en ningún momento su mirada de el, y Toni solo miraba al suelo, impidiendo darle a Mario el gusto de alguna repuesta hostil.

-¿Y como estuviste, Ornela? ¿Seguís cantando?- El castaño hacia lo posible para no hacer contacto visual con el morocho mala onda.

-Si, todavía canto- Ornela contesto luego de un suspiro.

-Que bueno...- Toni buscaba continuar la conversación como sea –Los vi en la tele. Me impresiona que llegaran tan lejos...-

-Gracias- Ornela quiso seguir la corriente de igual forma.

-Y... emm... ¿Como fueron contratados?-

-Nos encontró un representante en la calle- Mario hablo finalmente por Ornela.

-Ah... bien. Y Ornela, ¿estás haciendo algo mas ademásde cantar?- Toni también quiso evitar conversar envolver a Mario en la conversación.

-Si... termino la secundaria. Antes era en una escuela normal, pero ahora es por homeschooling... y también estudio música... guitarra mas que nada- Ornela venia repartiendo una taza de café cada uno. Mario se veía con el ceño fruncido.

-Y mejor hablemos ahora de vos y tu vida, en lugar de estar insinuandote tanto a mi...-

-¿Tu que?- Mario fue interrumpido por Toni.

Ornela vio a su hermano entrecortado de una manera desentendida.

-Mi... mi hermana... es mi hermana, ¿no?- Mario evito toda mirada posible e intento disimular su nerviosismo con un sorbo de la taza.

-Bueno, es cierto, tendrías que contarnos un poco de vos, Toni. ¿Que estuviste haciendo?- Ornela miro al invitado curiosa.

-Yo...- Toni miro su café sin sorber -...no se si quisiera contarlo todo ahora. Pero dicho en pocas palabras, nos sucedió algo muy jodido a mí y a los pibes cuando yo tenía veinte. Yo quise cambiar, tener una vida en que yo pueda contar sin ninguna vergüenza... y entonces deje a todos esos esperpentos y quise dejar de fumar porros y empezar a estudiar. Fue difícil, asi que quise someterme a un centro de rehabilitación... y ahora creo que estoy mucho mejor que antes... Mario, vine para disculparme-

Mario solo miro con cierta desconfianza pero a la vez pena.

-Sé que te metí en bardos y... me arrepiento completamente... no te merecías nada de eso...- Toni comenzó a aguar por los ojos.

Mario se levantó del sillón de un salto para acercarse lentamente a él. Ornela hizo lo mismo creyendo que se trataba de otro intento de agresión. Pero su hermano realmente no hizo mas que detenerse a verlo a los ojos con un poco de furor y decir:

-Me parece que no es conmigo con quien te tenes que disculpar...- Señalo luego a Ornela -...discúlpate con ella-

Ornela solo se encontraba parada, viendo la escena con un poco de impacto en sus ojos. Toni se le acerco.

-Perdón, Ornela... fui un bastardo... perdóname...- Acabo llorando instantáneamente -...por droga fui capaz de hacer cualquier depravación y... perdóname- Empezó a gimotear y largar más lágrimas de sus ojos.

-Tranquilo...- Ornela negó la cabeza con mucha compasióny lo abrazo, permitiendo que llorara en su hombro. Mario echo una mirada dedisgusto a lo que ella respondió con una mirada repelente...

<<Yo abrazo a quien yo quiera, imbécil>>

Minutos después, Toni quiso despedirse, prometiendo volver de visita en el futuro. Mario fue mas accesible con la propuesta y fue apaciguando su mirada furiosa de repente.

Ornela creyó encontrar el alivio al ver a su hermanastro tratarlo de manera mas calmada. Pero al escuchar su teléfono vibrar y ver quien era, su corazón se agito en estado de alerta. Antes de atender, suspiro con cierto estrés.

-Hola, Priscila. ¿Pasa algo?-

Si, que estuve llamando a Mario y no me contesta! ¿Qué están haciendo ustedes dos?-

-¿Nosotros dos? ¿Qué? Mira, tuvimos visita y su celu quedo en su departamento. Le diré que te llame y hablara el con vos-

-¡Pero dale que estuve hace rato aca llamando!-

Colgo.

-"Pero dale", estúpida- Refunfuño entreregañadientes

Despojos de ArañasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora