Cap. 10

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—¿A dónde vamos?

—Con el jefe de Scott.

—¿Por qué siento que siempre omiten partes importantes cuando hablan de cosas sobrenaturales?—, respondió algo indignada, empezó a relajarse al ver por la ventana del auto de Derek y ver las casas pasar.

Seguía algo afectada. Aún sentía su corazón latir desbocado, aunque el temblor en sus manos había cesado poco a poco. Abría y cerraba sus puños en un intento por disolver el nudo de ansiedad en su sistema. Pero le resultaba imposible calmarse, menos aún con Derek a su lado.

Y sí, era verdad, le parecía atractivo, no lo había dicho solo para hacer enojar a su hermano.

—Relájate. Me pones nervioso—, dijo el hombre paseando su vista del camino hacia ella y nuevamente al frente.

—Es que...- yo... no lo sé. No pude...- maldición, no pude tomar mi pastilla y siento que...- —, su voz tembló, dejándose perder el control de sus emociones.

Se sentía como un maldito ataque de pánico. ¿Era eso? ¿Un ataque de pánico?

—Espero que Deaton sea de ayuda—, dijo sin más, y tras fruncir el ceño, aceleró más.

Sin embargo él no podía dejar de pensar en el particular olor que emanaba ella. Generalmente era dulce, similar a la vainilla, casi rozando el del helado. A su parecer era agradable... sí, le gustaba el olor.

La diferencia era que esta vez casi podía oler su miedo y nerviosismo, como si la ansiedad tuviera un olor en concreto y era éste el que inundaba el auto. Pero no dejaba de rondar por su cabeza lo extraño que le resultaba.

( . . . )

—Derek.

El ojiverde saludó con un asentimiento de cabeza, siendo seguido de cerca por la pequeña Stilinski.

—Necesito ayuda con algo.

El hombre moreno no se negó pero tampoco respondió con una afirmativa. Parecía evasivo.

Ella caminó por la pequeña estancia, al acercarse a una puerta, pudo ver por el otro lado varios animales. Se emocionó al instante.

Mucho más calmada que antes.

"—¿Puedo tocarlo?

Seguro—, la amable mujer que llevaba la correa del bulldog respondió.

—¿Cómo se llama?—, dijo emocionada, sentándose en el césped. 

Spike—, dijo bastante extrañada por la actitud del perro—. Y ese que viene allá es Ringo—, la mujer señaló a las espaldas de la niña donde se divisaba a un pastor alemán correr con una pelota roja en su hocico.

Ambos perros se veían agusto junto a la pequeña Valeska, lamían su rostro y dejaban que ella rascara detrás de sus orejas. La mujer explicó que estaban entrenados para ser poco amistosos y que era esa la razón por la cual aún no se hacía a la idea de los perros dejándose acariciar de una completa extraña."

—¿Puedo tocarlos?—, miró hacia los hombres que hablaban.

Deaton hizo una expresión hacia ella en afirmativa, pero al instante le pidió que se acercara. Le preguntó sobre las pastillas que tomaba.

—No lo sé. Digo, el empaque no tiene nombre. Y mi madre jamás me lo dijo, siempre las compraba ella así que nunca lo he sabido. Y cuando vine ella me compró suficientes como para no comprar por dos años.

Bad News || Derek Hale [Teen Wolf] (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora