Bad News || Derek Hale [Teen Wolf] (1)

Cap. 45

—Bien. ¿Qué le pasa a una persona que tiene una experiencia cercana a la muerte e imagina que ve cosas?

—Y no puede distinguir lo que es real y lo que no.

—Puedo agregar... que lo que no es real le hace daño en la realidad—, dijo jugueteando con el vaso repleto de café caliente que estaba tomando. Paseando su mirada por los rostros de sus amigos -todos con el mismo semblante intrigado.

Isaac, Allison y Lydia se hallaban sentados a su derecha respectivamente, mientras que Stiles y Scott se hallaban a su izquierda. Ella en la cabeza de la mesa.

—Y esa cosa da visiones demoníacas de parientes muertos—, agregó igualmente Allison.

—Y la lista sigue—, susurró, limpiando con un pañuelo que le había tendido Isaac, su cuello y oídos de los restos de sangre seca, mirando su reflejo en la pantalla de su celular para no dejarse ningún punto sin limpiar.

—Los encierran porque están dementes—, resolvió Isaac.

—Dulce. Se aprecian tus comentarios. Pero más aún tu silencio.

—Ja, ja. Puedes intentar ayudar, por favor—, escupió Stiles.

—Pasé la mitad de mi infancia encerrado en un congelador, así que ayudar es algo completamente nuevo para mí.

—¿Sigues explotando esa historia?

—Sí, sigo explotando esa historia—, alegó el chico de rizos dorados.

—Hola.

Y el silencio reinó en la mesa abruptamente, miró sobre su hombro: era Kira; le sonrió amablemente a la chica. Y cinco pares de ojos se clavaron sobre la pequeña, tímida Kira -quien parecía no saber exactamente cómo seguir hablando.

—Yo... no pude evitar escuchar lo que estaban hablando.

Pareció que un balde retórico de agua helada cayó sobre todos en la mesa, pues tanto Isaac como Scott se removieron incómodos en sus asientos, Allison no pudo ocultar su mueca aterrada, y en Stiles y Lydia la confusión se acentuó en sus facciones. Valeska se mantuvo serena, concentrada en no dejar rastros de sangre en su piel.

—Y... puede que yo sepa algo de ese tema—, Kira dudó unos segundos, consumida por los nervios de los cinco pares de ojos sobre ella, continuó—. Hay una palabra tibetana para eso. Se llama Bardo. Literalmente significa el estado en medio. Entre la vida y la muerte.

—¿Y a ti cómo te llaman?

—Por el nombre.

El tono de Lydia, sumado a su actitud altanera, fue como una alarma encendiéndose en el interior de Valeska. Y si Lydia estaba fastidiada y cansada con el asunto de sus amigos viéndose afectados; la pecosa lo estaba el doble.

Al igual que su altanería. Por los malditos cielos.

—Kira—, intervino Scott, no queriendo que sus amigas empezaran una pelea sin sentido.

Ahora todos miraron a Scott.

—Está en nuestra clase—, aclaró por él, viéndolo tragar saliva con fuerza.

—Entonces hablas del Bardo hinduista o tibetano—, cuestionó la pelirroja.

—De las dos. Pero todas las cosas que estaban diciendo, todo pasa en el Bardo. Hay diferentes etapas en las que puedes tener alucinaciones, algunas las ves y las oyes, y puede que te visiten deidades pacíficas e iracundas—, narró Kira, ahora con un poco más de confianza, tomando el asiento libre a la izquierda de Valeska. Entre Stiles y la pecosa.