Bad News || Derek Hale [Teen Wolf] (1)

Cap. 40

—¿Entonces...? ¿Esa cena de la que me hablaste?

—¿Estás seguro? Digo, después de lo que pasó con Jenniffer, Deucalion, los sacrificios. Es mucho estrés.

—Es solo una cena con tu familia. No puede ser tan malo.

Hizo un gesto con las cejas, torciendo los labios, poniendo en duda sus palabras. Derek sonrió.

—Estamos hablando de mi familia—, recordó.

Él se encogió de hombros.

—De Stiles—, puntuó, como si no fuera obvio.

—Ya. Lo sé—, asintió restándole importancia. No lo se lo diría a ella en voz alta -como un simple instinto de supervivencia- pero Valeska y Stiles eran casi clones; desde el sentido del humor, el sarcasmo, hasta los gestos, e incluso la apariencia. La diferencia era que la pecosa tenía un carácter un poco más explosivo.

Quien no conociera a los Stilinski diría que son gemelos, mellizos incluso. Derek, que los conocía, a veces se lo cuestionaba.

Así que, para Derek, lidiar con Stiles no era un problema. Casi podría decir que sería como tratar con una versión más hiperactiva de Valeska.

—En ese caso—, giró su cuerpo, quedando acostada sobre su estómago—, te espero en casa en dos horas...-

—¿No era una cena?

—Supongo que un almuerzo funcionará del mismo modo—, jugueteó con el borde de la sábana que cubría sus cuerpos del frío—. Te veo al rato.

Sonrió. Besó con rapidez la nariz de Derek y se levantó de un salto de la enorme cama. Se calzó sus zapatos, tomó sus cosas de la mesa de noche de la cual se había apropiado hacía un tiempo; sintiendo en todo momento la mirada de Derek sobre su espalda, siguiendo cada movimiento que realizaba, embelesado

—Espera—, él la llamó, viendo que se dirigía a las escaleras de caracol, lista para irse.

Regresó sobre sus pasos, esta vez caminando hacia el lado de la cama de Derek. Se sentó en el borde de esta, de inmediato sintiendo los brazos del beta alrededor de su cintura de manera posesiva.

—Dime...

—¿Mejor?

Juntó los labios en una línea recta, no queriendo hablar del tema. Asintió delicadamente con la cabeza.

La semana entera había estado durmiendo poco, sino es que nada. Y cuando lograba conciliar el sueño: tenía pesadillas.

Y, la noche anterior, particularmente, por lo que Derek le había contado, ella lo había llamado.

Le pregunto "¿cómo?", evidentemente, él se limitó a responder con "no fue una llamada, no con un teléfono, fue tu omega, lo sentí, y te escuché. Tuve que ir".

Cuando llegó a la casa Stilinski, la residencia estaba sumida en oscuridad casi completamente, de no ser por una habitación que se hallaba con las luces encendidas; a Derek no le importó que fuera la casa del jefe de policía, entró a la vivienda por la puerta trasera -sabiendo que ella siempre la dejaba abierta para que él ingresara sin problema en caso de alguna emergencia- subió las escaleras hasta la habitación de Valeska, allí notó que la luz venía del cuarto de baño. Entró y se encontró a su dulce omega aovillada en una esquina de la ducha, con grandes lágrimas bajando por su rostro, respirando con dificultad, temblando, pequeños lloriqueos saliendo de sus labios. Esos lloriqueos lo habían llamado, los lloriqueos de su omega asustada, de su omega necesitando a su alfa.