Cap. 56

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—Supongo que no tienes idea de por qué Stiles nos inculparía por el homicidio.

¿Homicidio? ¿Stiles, inculpar? ¿Qué?

—No pensé que Stiles fuera tan listo como para inculparnos por un homicidio.

—No estoy totalmente seguro de que estamos aquí por eso... En cualquier momento vendrá McCall con abogados—, los tres miraron hacia la derecha, donde quedaba la oficina que usaba el agente McCall—. Dile que dejarás que mi abogado te represente.

El beta frunció el ceño. Qué tenía en mente Chris Argent.

—¿Y por qué él dejaría que tu abogado lo represente?—, se apresuró a preguntar, antes de que Derek siquiera pudiera abrir la boca. 

—Porque no voy a llamar a mi abogado todavía. Solo quiero más tiempo—, dijo Chris, mirándola primero y luego a Derek; como si fuera obvio.

—¿Tiempo para hacer qué?

—Para descubrir qué hacemos aquí.

( . . . )

—Scott, mira esto.

Los gemelos miraban a Scott y el papel de regalo en las manos de uno de ellos. Era el mismo papel que ellos tres -Scott, Stiles y Valeska- habían usado para envolver el regalo del entrenador el día de las bromas. También había clavos.

Una bomba.

—¿En dónde William Barrow hizo explotar la bomba?

—En un autobús.

( . . . )

Vio movimiento en la estación. Varios policías, entre ellos Parrish, salieron prácticamente corriendo del recinto.

Algo estaba pasando. Algo grande.

—Sabes, podría soltarme fácilmente—, notó que Derek estaba mirando las esposas que lo mantenían detenido.

—Yo también, pero no me interesa ser un fugitivo de la ley.

—Bueno, a mi no me interesa ser una víctima de un chico de diecisiete poseído por un zorro psicótico.

Le dio a Derek una mirada de advertencia, sabiendo bien lo que planeaba.

—Solo unos minutos más.

—Derek...

—Bien. Pero si algo pasa, no voy a arriesgar mi vida para salvar la tuya. Tengo mis prioridades claras—, el ojiverde miró a Argent y luego a Valeska.

La pecosa le sonrió tímidamente.

Se levantó de la silla, estirando su cuerpo. Quería un cigarrillo y algo de comer.

Todo estaba en su bolso, en la oficina de su padre.

( . . . )

No es una bomba, jefe. Pero sí hay algo en la caja.

Parrish le comunicó a Noah por el radio. Miró hacia el autobús, donde vio al muchacho caminar hacia la parte frontal con algo en sus manos. Parrish dejó el objeto en el cristal panorámico. Era el gafete de su oficina, Sheriff Stilinski, rezaba en una preciosa letra cursiva dorada.

Había una bomba. Pero en dónde.

Firmó aquellos documentos. Parrish le había explicado que eran baterías, bombillos de repuesto, en caso de algún apagón. Dos cajas.

Bad News || Derek Hale [Teen Wolf] (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora