Capítulo 33

11.4K 462 61
                                    


La puerta blanca se abrió tan solo unos segundos después de haber tocado el timbre, dejándonos ver la figura femenina de mi madre la cual llevaba un vestido negro ajustado.

El camino a casa no había sido tan incomodo como yo había pensado que sería. Al principio, él permaneció en total silencio y seriedad hasta que, como no, me puse a cantar canciones navideñas. Eso fue lo que hizo que se relajara y pudiera disfrutar del momento.


- ¡Hola! - mi madre me abrazo con efusividad para después hacer lo mismo con Dan, cosa que me pareció divertido al verle un poco rígido y sorprendido. - Pasar, han venido todos.


El olor ha velas perfumadas enseguida nos inundó, el salón se encontraba repleto de gente y de una comida que probablemente esté deliciosa.


Me paré al ver la expresión de incomodidad que Dan tenía. Quizás sea porque no está acostumbrado o porque no le gusta tener a tanta gente a su alrededor, sea lo que sea tenía que saber que yo estaba allí con él, así que me acerqué más a su lado agarrándole la mano con fuerza haciendo que me mirase.


- Va ha estar todo bien. - sonreí.


Él tan solo asintió sin dejar de tensar sus hombros. Con mi dedo pulgar comencé a hacerle pequeños círculos sobre su piel.

Me levante sobre las puntas de mis pies hasta conseguir alcanzar la mayor altura que estos me permitían, acerque mis labios a los suyos y los presioné en un casto pero suave beso.



Las presentaciones fueron rápidas ya que todos estaban demasiado intrigados en saber quién era el que sostenía mi mano firmemente sin soltarme en ningún momento.




- Espero que no la hagas llorar y que la trates bien, chico - la voz de mi padre era dura sin despegar los ojos de mi novio. - Porque sino me veré en la obligación de destrozarte.


La relación que tenía con mi padre no era muy afectiva la verdad, no llegábamos a comunicarnos casi ni a pasar mucho tiempo juntos, pero sabía que a pesar de todo eso, él me quería y yo a él.


- Jamas la dañaría, estoy enamorado de ella. - No era la primera vez que le oía decir eso, pero aún así, mi corazón dio un vuelco de alegría.


- Bien, pues vamos a comer. - pasó el brazo por encima de los hombros de Dan dándole un par de palmadas en su espalda en forma de aceptación.


Enseguida solté el aire que no me había dado cuenta que había estado reteniendo durante su breve pero intensa conversación.

Guíe a Dan hasta la mesa dejando que se acomodase en la silla, viendo como mis primas se lo comían con la mirada.


Si señoritas, es solo mío.



El primer plato fue tranquilo, alguna que otra pregunta dirigida hacia nosotros que fácilmente pudimos responder, ahora bien, el maldito segundo plato fue un "me quiero levantar e irme" completamente.

Bueno, por mi parte, porque Dan parecía estárselo pasando en grande viéndome morir de la vergüenza.



- Enserio pensé que las tetas todavía no te habían crecido, como siempre llevas esos jerséis tan gordos y grandes encima de los vestidos. - apreté los dientes intentando no pegarla un grito para que se callara de una vez. ¡Joder que estaba Dan a mi lado!



- Puedo asegurarla señora, que tiene y son perfectas. De la medida exacta. - agrande los ojos atragantándome con mi propia saliva. Gire la cabeza rápidamente como si me fuera la vida en ello.


¡No me podía creer lo que acababa de decir Dan a mi tía delante de la familia!

Daba gracias a quien fuese que esta ahí arriba por haber sacado esta conversación justo cuando mis padres estaban en la cocina.


Todos comenzaron a reír menos yo. Esto no me gustaba nada.

En ese momento, sentí como su mano se posó en mi desnudo muslo dando un leve apretón.


Por favor, que no sigan hablando de mis tetas.


Mis súplicas se cortaron en cuanto su mano comenzó a subir por mi pierna hasta llegar a rozar la punta de sus dedos con el comienzo de mis braguitas de encaje.


Alce mi mano bruscamente para agarrar la suya evitando que siguiera con su cometido.

Dan frunció el ceño haciendo un poco de presión hasta que logró alcanzar mi centro, comenzando a frotar por encima de la fina tela.

Su expresión cambió a una de satisfacción al notar lo mojada que ya estaba con tan solo una caricia suya.



Dan se inclinó un poco hacia mi rozado sus tentadores labios con mi oreja, dando un leve mordisquito.


- Abre las piernas cariño. - su ronca voz hizo que me excitara más. ¿Pero como era posible esto?

Mire a mis tíos los cuales se encontraban teniendo una conversación al margen nuestro en donde yo no era la protagonista de sus chismes, mientras mis primeros estaban con sus móviles sin importarles lo que estaba pasando en ella sala.


Así que le hice caso haciéndole más fácil el acceso. Con su mano, hizo a un lado mis braguitas provocando que un escalofrío me recorriese el cuerpo al sentir el aire frío.

Dan comenzó a pasar lentamente sus dedos de arriba a bajo por mi zona desnuda. ¡Necesito que me los meta ya!

Empuje un poco mis cadera hacia sus dedos intentando que estos se hundieran dentro mío, pero el muy idiota los apartó sonriendo.

Me quede mirándole con súplica hasta que volvió a colocarlos, pero esta vez se centró solo en mi clitoris.

Con la yema de sus dedos comenzó a hacer círculos encima de mi pequeña protuberancia. Yo tan solo podía agarrar con fuerza la mesa intentando no gemir.


En un momento sentí una fuerte penetración. Ya esta, iba a morir antes de que llegase el maldito postre.

Empezó a mover sus dedos de una forma rápida y dura. Sabía que me encantaba que me lo hiciera así, además no teníamos mucho tiempo.

Giró sus dedos en mi interior alcanzando mi punto g, llevándome al mismísimo infierno.

A pesar de que mi vista se había nublado un poco a causa de la excitación, pude llegar a ver su enorme bulto en los pantalones. Él pasó su mano por encima de este recolocándose los pantanos los cuales sabía que le estaban apretando mucho.

No lo pensé dos veces al desabrocharle la cremallera y meter mi mano por dentro de sus boxers agarrando su palpitante miembro. Le pegue un pequeño apretón provocando que el se tensase y comenzara a hacer la embestidas más profundas y duras.


Joder iba correrme.


Moví mi mano por todo su erecto pene de arriba a bajo siguiendo el compás del ritmo que él marcaba.

Un par de empujones más y acabe en sus dedos, Dan se corrió unos minutos después.

Nos recolocamos la ropa comprobando que nadie se había dado cuenta.



- El postre ya está aquí. - todos aplaudieron a excepción nuestra ya que aún estábamos recuperándonos de nuestros orgasmos.




Espero que os haya gustado!
Comentad y votad, yo estaré encantada de responder a vuestros comentarios.

Feliz año nuevo!

E.S

ListenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora