Capítulo 58

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El sonido del refinado tacón de punta fina apenas resonaba en aquel tétrico pasillo de luces artificiales, que parpadeaban a cada minuto produciendo que la estancia se tornase incolora en algunos momentos, asfixiado por los numerosos gritos de personas que se encontraban bajo los efectos de los estupefacientes que se pasaban de mano en mano como si de un juego de niños se tardase, intercambiando sus cartas más preciadas por otras con mayor utilidad, inmersos en la codicia del convertirse victoriosos.

Mi respiración se entrecortaba ya no solo por la angustia, sino también por el constante humo disperso en el aire haciéndome costoso el realizar la función vital que mi cuerpo pedía a gritos. Seguía aferrándome con fuerza a su mano esperando no perderme entre las personas agrupadas contando el dinero con sus sucios dedos, entregándoselo a los trabajadores de Kaled. Podía apreciar desde aquí cómo las apuestas estaban bastante reñidas sin dejar visible el predilecto de los protagonistas de la función que hoy pagarían por ver como si estuviesen en un teatro, uno sangrientamente y cruel.

En mi cabeza no podía parar de recordar como esas pistolas se enfundaban encajando a la perfección en las cinturas de aquellos enormes hombres tan aterradores, y era de ese modo el que me preguntaba si haría honor a su palabra y nos dejaría salir de este edificio tras la pelea.

El camino se me hizo más largo de lo habitual hasta conseguir encerrarnos otra vez en aquel camerino que a comparación del exterior, le había cogido aprecio a pesar de lo sucio que siempre estaba.

- Ni se te ocurra a separarte de Collin, Bailee - su voz me frenó antes incluso de que la puerta se cerrase fuertemente. - No me fio de él - su puño vendado fue directamente a estrellarse con la acartonada pared haciendo que esta se rompiese un poco - ¡Joder, no te debería de haber traído aquí! - su enfurecimiento fue en aumento en cuanto Collin intento calmarle poniéndole una mano encima de su hombro. Su comportamiento tan errático me recordó a aquella noche en la que un chico intentó hablar conmigo.


Había sido un día demasiado largo, la venda en mi brazo no paraba de molestarme, produciéndome una irritable sensación cada vez que intentaba por todos los medios aliviar la zona que me estaba picando como si no hubiese un mañana. Y todo por culpa del exnovio de Holly. ¡Él debería de estar sintiendo estos picores!

Cuando Dan mi llamo con el pretexto de ir a un bar, no lo dude en ningún momento, asintiendo reiteradamente pensando que así me evadiría de los pensamientos que la dichosa venda me estaba ocupando.

El local era pequeño adornado con unas tenues luces junto a una música un poco alta para mi gusto ya que eso produciría que tuviésemos que elevar la voz cada vez que quisiésemos conversar. Esta vez, Destiny había accedido a venir con nosotros al oír que Collin también nos acompañaría. Para la desgracia de ella, resultó ser que más que gustarse parecían hermanos. Poseían hasta el mismo pensamiento a nivel ideológico y eso ya era extraño, lo bueno era que en ningún momento se acababa la conversación manteniéndose en un constante flujo de palabras que ni Dan ni yo queríamos intervenir. Pero si que me había alegrado mucho de que al menos uno de mis amigos pudiese estar conversando tranquilamente con nosotros sin tener que sacar los temas casi innombrables que habían tenido en un ensombrecimiento, por tanto tiempo, a la familia de mi tatuado.

Las bebidas parecían vasos de agua ya que eran bebidos como tal, la camarera casi se había pasado todo su turno en nuestra mesa trayéndonos diversos alcoholes con unos nombres tan ratos, que ni había oído hablar de ellos. El bar, a medida que iban pasando las horas, se iba vaciando a cuenta gotas. Por suerte mi decisión de no beber había sido firme y llevada a la práctica, no podía decir mucho de Destiny, aunque bueno si que se estaba riendo mucho intentando buscar a algún chico que estuviese bien a su gusto, mientras que Collin siempre los echaba a todos a la basura asegurando que de lo borrachos que estaban seguro que ni se les iba a levantar.

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