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Capítulo 37

Sujete con fuerza el enorme objeto que Holly me había dejado a cargo mientras ella se iba al baño.

Cuando se enteró de la pelea que tendría lugar esta noche, sin preguntar a nadie se apuntó enseguida. Según ella, esta sería su oportunidad perfecta para lograr capturar la realidad de la clandestinidad. Palabras suyas, no mias.

- ¡Ya estoy! - Holly se acercó a mi apresuradamente. - Que asco de baños, aquí la gente no sabe lo que es la higiene.

Me eche a reír negando con la cabeza. Esto precisamente no es un hotel de cinco estrellas que digamos. ¿Que se esperaba?

- Bien chicas, vamos con Dan. - tras escuchar la voz de Collin, le devolví la cámara a Holly para encaminarnos hacia esa pequeña sala que ya empezaba a conocer bien.

Había un montón de hombres enormes contando fajos de dinero mientras que otros muy ajenos a las apuestas, estaban abriendo esas bolsitas transparentes tan características.

Sinceramente me alegraba de que Collin estuviese con nosotras.

- Andas muy raro ¿lo sabias? - soltó Holly.

Él la fulminó con la mirada por unos segundos.

- Solo digo, Coll ... ¿Sabias que tu nombre se parece a Coliflor? - en ese momento, se paró abruptamente girándose en su dirección.

- No me toques los cojones Holly. - ella levantó los brazos en una forma infantil pero graciosa a la vez.

- Vale señor amargado. - replicó.

Cada vez se me hacía un poco más costoso el poder levantar las suelas de los zapatos del suelo pegajoso que dios sabe que sustancia.
Mejor no pensar en eso.

Collin alargó la mano, una vez que estuvimos en frente de la puerta del camerino, para abrirla. Aunque hubiese preferido por unos segundos que no lo hiciera.

Dan estaba ahí de pie en todo su esplendor como buen dios griego que era, mientras que sujetaba de los brazos a una chica con demasiada poco ropa para mi gusto.

Él la empujó hacia atrás con el ceño fruncido, sin percatarse de nuestra presencia.

En un acto de bastante valentía, que no se ni yo de dónde mierda la saque la verdad porque seamos honestos, me asusto de todo, pase por delante de Collin acercándome a dónde estaba la chica que ya me caía bastante mal.

- Lárgate. - le dije firmemente.

Dan la soltó de una manera un poco brusca, al verme.

- ¿Y tú quien mierda eres? - Mira que mi voz  es aguda, pero es que la suya ya era otro nivel. Pena me daba del tío que la tuviese que aguantar cuando se acostase con ella.

- Soy su novia. - mi obviedad hizo que que su expresión se tornara en una de confusión.

Dan paso su brazo por encima de mis hombros, sonriendo con arrogancia.

No te alegres mucho que ahora la charla te la voy a echar a ti.

La chica pelinegra sin decir nada más, salió por la puerta esquivando a Collin.

Me gire observando seriamente cómo había restos de pinta labios rojo en su comisura izquierda.

Estire mi mano para con mi dedo pulgar, comenzar a limpiárselo.
Él frunció en ceño sin saber bien lo que estaba haciendo, hasta que le mostré sin decir nada, la pigmentación roja que tenía ahora impregnada en mi dedo.