Capítulo 36

11.8K 410 25
                                    


Dan colocó la taza humeante de chocolate caliente enfrente mía para después colocar una cápsula de café en la cafetera.

El oscuro líquido comenzó a salir de esta tras haber producido un ruidoso sonido antes.


Sabía que le gustaba tomarse un café negro todas las mañanas sin nada de azúcar para endulzarlo. Según él, yo ya estaba ahí para eso.

También sabía que odiaba madrugar y que a pesar de que se quejase de los constantes días lluviosos, le gustaban porque eran nuestro pequeño momento en donde nos evadíamos entre las sábanas blancas con un libro que acababa leyéndole mientras él me daba leves caricias.


Odiaba las películas románticas pero aún así las veía conmigo poniéndome como condición que después me tendría que poner ese conjunto de encaje que le encantaba.

Sin embargo, disfrutaba viendo una película de miedo porque al final acababa completamente abrazada a él durante la película y toda la noche.
Le gustaba protegerme y mucho, al igual que sus celos que cada día me hacían más gracia, porque a ver, teniéndole a él ¿por qué iba a querer a otro chico?


Y a pesar de todo, nunca lograba averiguar en qué estaba pensando.
Era como un libro con las paginas en blanco que por más que miras, no aparece ningún rastro de tinta negra, o azul, o de algún maldito color.


Fruncí el ceño volviendo a concentrar el la taza cuando él se dio la vuelta.


- Cuando Holly traiga a Zed, le llevaré a la clínica. - me informó.


Ayer a penas dormimos, fue una noche muy ... ¿intensa?

Definitivamente yo no estaba hecha para tantas emociones, me dejaban exhausta y lo único que quería hacer era volver a la acogedora y calentita cama.

- ¿Quieres que te acompañe? -pregunte, a lo que él negó.


Que Dan me hubiese dicho eso, ya era un paso y estaba muy contenta por eso.


- ¿Podemos ir a patinar sobre hielo? - desde pequeña me ha encantado en navidad hacer este tipo de cosas tan divertidas y aunque halla crecido, no iba ha dejar de hacerlo.


- No se patinar. - llevó su taza a sus rodados labios para dar otro sorbo al amargo café.


- Yo te puedo enseñar. - puse mi mejor sonrisa mientras en me observaba con el ceño fruncido.


- Bailee - me advirtió.

- Dan - Conteste sonriendo más.


Suspiró pesadamente rindiéndose.

- Te aprovechas de que no puedo decirte que no. - se quejó.


- ¡Gracias! - chille mientras me levantaba para prácticamente tirarme a sus brazos y besarle suavemente.


Pero como era de esperarse, su forma ruda y posesiva salió apretándome más hacia su cuerpo sin dejarme escapar.



La puerta en ese momento se abrió dejándonos ver a una Holly en chándal medio dormida.


- Que suerte que vosotros estéis tan despiertos. - dio un bostezo grande - Me voy a dormir a tu cama Dan. No me despertéis.


No pude contener la sonrisa que me salió. Es verdad que ninguno había dormido, pero nosotros por lo menos nos lo habíamos pasado bien al final, así que le debíamos esa siesta.


ListenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora