Omegaverse

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Chingada madre contigo Norte, levantate que se nos hace tarde. —Centró le hecho un cubetazo de agua al mayor.

—Valió madres el celular. —Contestó desde el baño Sur, riendo para si mismo y viéndose al espejo. Intentó acomodar lo mejor que pudo su siempre desordenado cabello, consiguiéndolo sólo a medías ya que algunos mechones rebeldes se posaban en su rostro. Suspiró derrotado para finalmente aplicarse su loción favorita para ocultar su olor verdadero.

A veces envidiaba el no tener un olor tan masculino como el de su hermano, ya que el tenía un aroma similar al de la tierra mojada, tequila y madera fresca.

Con un ligero toque a sangre.

Detalles.

También le gustaba el aroma tan dulzón de su hermana, que tenía una fragancia de cacao, vainilla y dalias.

El cuál empezaba a sentir algo amargo por el enojo que tenía en ese momento por el retraso de ambos hombres.

A pesar de ser solo un beta, Sur tenía sus instintos muy bien desarrollados, producto del entrenamiento que pasó en su infancia y las guerras que ha tenido que vivir.

Esto también forjó en él un instinto de supervivencia y protección hacía sus seres queridos. Por lo cual era común que lo confundieran con un alfa.

Su olor tampoco ayudaba en ello, no es que odiase su esencia, pero en muchas ocasiones le a ocasionado algunos inconvenientes.

Él poseía una penetrante y extraña fragancia a Pimiento Rojo, Damiana y Lirio azul de agua.

Era básicamente una droga afrodisíaca andante.

Más de una vez Norte y Centró le tuvieron que salvar de un alfa con ansias de marcarlo o un omega con deseos de ser marcado.

La envidia de todo alfa, o si.

Salió del baño de su hermano, pues es donde llegaba mejor el agua caliente, para apreciar como el de barba miraba con total interés una chancla al mismo tiempo que Centro rebuscaba entre su ropa soltando insultos.

— ¡Ni se te ocurra usar esa pinche camisa del PRI para la reunión, cabrón! —Le gritó sin siquiera haberlo visto.

— ¿Por qué no? Me da personalidad.

— Personalidad mis huevos. — Le aventó un conjunto de ropa donde los colores más presentes eran el beige y el negro. — Ponte ésto ¡Y tú apurate carajo! ¡Aquí no es hotel putos, ya ni la friegen!

Luego de varios regaños y uno que otro chanclazo por parte de Centro fueron llevados hacía el lugar donde daría origen aquella reunión.

En Estados Unidos ni para que la hago de pedo.

Centro tocaba algunos mechones de cabello de forma inconsciente, estaba algo nerviosa por ser una de las pocas omegas que existen entre todos los Contry, siendo éstos mayormente tercermundistas.

Habiendo excepciones tales como Irán, Argentina, Irak, Brasil, Arabia Saudita y su propio hermano, que eran alfas.

No temía exactamente por sí misma, sino por sus hermanos, si algún alfa o beta se le ocurriese tener que pretenderla sabe lo imprudente que puede llegar a ser Norte y lo amenazante que puede ser Sur. No quería ocasionar una pelea por algo tan trivial como su seguridad.

— Deja de pensar en eso, sólo pasó una vez y fue porque Austria te estaba intimidando con su aroma. — Habló Norte, codeandola ligeramente para que saliese de su trance.

— ¿Apoco hable en voz alta?.

— No, pero sueles hacer sonidos raros con tu boca cuando piensas en algo que te preocupa.

Una Familia Mexicana AlvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora