Una Familia Mexicana Alv

Relacion

—¿Qué haces?

Sur miró algo curioso como Centro espiaba desde una distancia considerable al mexicano mayor. Norte se encontraba de brazos cruzados con la mirada pegada en el techo, quieto como una roca.

—Lleva así una hora y no se que es lo que le pasa.

Sur asintió en señal de haber entendido.

—Tal vez sea otro de sus bajones.

—Ve a preguntarle tu.

—A chinga' ¿Por qué?

—La última vez fui yo la que le pregunto y termino emperrado conmigo, te toca.

Es verdad.

Recordó con gracia la ocasión, historia para otro día.

Ante la mirada inquisitoria de su hermana se acerco al azabache con resignación. Movimiento ligeramente su hombro.

—Hey joto ¿'Tas bien?

Le sorprendió ver como éste se exaltaba ante el toque, su hermano siempre estaba alerta.

—Pendejo me asustaste. —Frunció el ceño, golpeando con suavidad el estómago del contrario.

—Estamos preocupados por ti. No has hablado mucho desde que llegaste de tu reunión.

Aunque era normalmente Sur quién asistía a las reuniones de vez en cuando sus hermanos le daban un descanso y se turnaban para ir ellos.

—El gobierno de Trece, como siempre. —Norte susurró sin más, expectantes ante la reacción de sus hermanos.

La sonrisa de Sur se volvió algo forzada y Centro apartó su mirada al suelo inconscientemente.

Ambas representaciones compartían una relación muy complicada.

Demasiado.

Es algo en lo que Sur y Centro prefieren no interferir pues sólo Norte sabe el porque sigue esa "relación" con el estadounidense.

Si a eso se le puede llamar una relación pues no tenía etiqueta ni nombre.

Nadie lo sabía a decir verdad, era una especie de relación tóxica donde ambos salían dañados.

Pero no era así.

¿Cómo podrían dañarse entre ellos? Se apreciaban entre si como seres independientes. Se amaban por quienes eran y se respetaban.

El problema eran sus gobiernos. El rubio no podía evitar cada ataque hacia el Norteño, ya sea hacía su persona o hacía su gente, y Norte, siendo consiente de ello se dejaba ser. Para luego recibir disculpas del de rayas, aún si no tenía nada que ver.

Norte no era estupido. Él sabía que si se presentaba al mundo como la pareja de la primera potencia mundial el sufrimiento hacía su gente y hacía él no pararía.

Si ya se aprovechaban de sus tierras no quería imaginar que es lo que pasaría si estuviesen juntos.

Además de que sería el blanco principal de otros países que quisiesen dañar al de lentes.

Después de todo, no era un país de la talla Alemania ni mucho menos de Rusia. No era alguien digno de estar con USA a lo ojos del mundo, no tenía poder, no podía protegerse, no podía luchar.

Por eso, en lo más profundo de su corazón envidiaba a su hermano, él podía estar con el eslavo sin problemas.

El gobierno mexicano no perdió la oportunidad de tener al país frío con ellos y al gobierno ruso le daba igual con quien saliese siempre que lo mantuviesen en secreto.

—Ellos piensan que soy mujer. —Mordió su lengua con fuerza al haber hablado en voz alta. Sur sonreía con calidez. —No te preocupes, es algo que tuvimos que hacer.

Norte sonrió sin ganas. Al menos él podía fingir, el prestigio no es algo que se pueda fingir, ni la riqueza.

Centro tenía la mano apoyada en la espalda del mayor con algo de incomodidad. Pues ella no había tenido ningún problema al querer estar con el Suramericano y no se sentía con el derecho de hablar en esos momentos.

En un acuerdo silencioso ambos abrazaron al más alto, rezando desde sus corazones que algún día su hermano sea feliz con el estadounidense.

Una promesa de la cual sólo ellos y la oscuridad de la noche fueron testigos.

Unos comentarios de Twitter me hicieron pensar que no había profundizado en la relación de estos dos weyes. En fin, se me ocurrió ahorita recién levantada y dije. Why not?

Ahora sí, hasta que se me ocurra otra cosa