Prueba

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—Entonces si pones atención a los chilaquiles que hicimos la semana pasada, te darás cuenta de que saben diferente a los de ésta mañana ¿Y sabes por qué? —El más alto negó con una sonrisa cansada. — ¡Por el pinche queso! Éste cabron insiste en que da igual si el queso lo compramos en el Walmart o con Don Julio, dice que saben igual.

—Saben igual puñetas no andes chingando.

—¡El de Don Julio es mejor!

Ambos hermanos voltearon a ver a Brasil, el cual se encontraba sentado en medio de ambos. Escuchando otra de sus tantas peleas estupidas.

Esperaba a que su, por ahora, amiga, se apurara a terminar de arreglarse o a que él muriera.

Lo que llegará primero.

—¿Qué dices tu Brasil? Eres alguien confiable.

Tenía que serlo, porque si no lo fuera no dejarían a Centro a su cargo.

—Que tal comprar o que estava mais próximo de você? [¿Qué tal si compran el que les quedé más cerca?]

Ambos mexicanos se quedaron pensando ante tan sencilla respuesta.

¿Cómo es que lograron conquistar a potencias?

—Ah pos' si cierto ¿No?

—A la próxima irás tu.

—Pero-

Y justo cuando estaba preparándose para gastar otros 30 minutos de su vida, la azabache bajó de manera apresurada las escaleras.

—Lamentó hacerte esperar Brasil pero el mundo no puede brillar si no me pongo guapa.

Sonrió y concordó mentalmente con el comentario. — Não se preocupe, eu estava tendo uma conversa interessante com seus irmãos. [No te preocupes, estaba teniendo una charla interesante con tus hermanos]

Mentira, quería aventarse por la ventana.

—Chido ¿Nos vamos? España nos debe estar esperando.

Asintió casi eufóricamente, despidiéndose de manera educada de los mexicanos y saliendo con Centro de la casa.

—Realmente aprecio que te lleves bien con mis hermanos, la mayoría de los países no soportan estar más de quince minutos con ambos.

¿Por qué será?

—Nem um pouco, gosto muito deles. [Para nada, realmente me agradan.]

A veces.

—Entonces creo que te llevarás bien con España, son casi iguales aunque ninguno quiera admitirlo.

Iba a ser un día muy largo.

Pero estaba bien, ella lo valía.

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—A éste punto se nos van a acabar las ideas.

—Tiene huevos el cabron, lo admito.

—¿Hablabas en serio cuando dijiste que el queso del Walmart era mejor que el de Don Julio?

—Obvio que no puñetas, los de Julio son los más vergas. —Se recostó desganado en el sillón de la sala junto al castaño. — Esperemos que España se haga cargo.

—Si aún así sigue con Centro te juro que le doy mi bendición.

—Yo no.

Una Familia Mexicana AlvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora