Capítulo 24

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Leo's POV

–¿Crees que deba llevar el de moras o el de café? A todo mundo le gustan las moras pero el café en pastel es como, tú sabes...

–Leo, sólo es un pastel pero el de café.Mi novia y yo pasamos a la pastelería antes de ir a la casa de sus padres. Me había zafado de algunos pendientes en la empresa pero siempre cumplía y Jin había estado de acuerdo.

Me da el de café, por favor, ¿o llevo los dos?–Dije.

El joven que atendía el local miró a Jennie.–Perdón, sólo el de café.Dijo.–Tranquilo, mis padres son agradables, ya sabes que mi papá olvida todo pero trata de ser paciente con tus respuestas.–Jennie se abrazó a mi brazo.

–Está bien. Muchas gracias.–Le dije al joven y salimos del local.

Jennie y yo cantamos canciones de Frank Ocean en todo el camino. Adoraba verla feliz y divertirse con cosas tan simples. Abrí la boca para que Jennie metiera una de las galletas de mantequilla que tenía.

–Uh, está deliciosa.–Dije.–¿Tú las hiciste?–Ella asintió.–Eres una cajita de sorpresas.

–¿Por saber cocinar unas galletas de mantequilla?

–¿Cómo puedes no valorar esto?–Dije tomando una galleta.–Me comería todo lo que tú hicieras aunque llevara bichos.–Jennie comenzó a reír.

–Es ahí.–Ella apuntó a la casa que estaba en la esquina del vecindario. Parecía bastante elegante con los colores blancos y cafés mezclados. Me estacioné frente a la casa y tomé el pastel del asiento trasero.

–Pasa.–Jennie abrió la puerta y pasé tras de ella con el pastel.

La casa se veía bastante agradable. Estaba muy bien diseñada por dentro y habían cientos de fotos de Jennie colgadas por la pared.

–Hola, hija y tú debes ser el famoso Leo.

–Una mujer adulta con cabello corto y negro entró a la sala. Se parecía bastante a Jennie, los ojos, las mejillas, el cabello. Me acerqué a ella estrechando su mano.

–Mucho gusto, ¿cómo se encuentra?–Pregunté sonriendo.

–Eres bastante alto.–Dijo.–Estoy bien, Jennie me dijo que tus costillas se recuperaron muy bien.

–Si, ya puedo bailar y hacer ejercicios, estoy perfecto. Por cierto, trajimos pastel de café.

–No hacía falta pero gracias, déjalo en el frigorífico. Pasen, vamos a almorzar.–Caminé hasta la cocina dejando el pastel dentro del congelador. Estaba algo nervioso pero la mamá de Jennie era muy extrovertida y me hacía sentir en casa.

–¿Dónde está mi papá?–Preguntó Jennie quien entró a la habitación de la casa.

–Ha de estar arriba, llámalo para que venga a conocer a Leo.–Jennie subió las escaleras dejándome con su mamá.

Comenzamos a platicar de mi casa en Tailandia y me agradeció por el elefante artesanal que le había mandado. Jennie bajó con un hombre mayor, no se parecía mucho a ella y lucía confuso.

–Papá, este es Leo.–El hombre me miró de reojo, estaba algo nervioso hasta que estiró su mano y me sonrió.

–Así que eres el novio de mi hija.–Dijo.

–Sí, así es, señor.–Miré a Jennie quien se estaba riendo y no entendía porqué.

–Jamás había venido un chico a pedir su mano pero si has tenido el valor...

call me Leo [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora