Yuuji

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El destino es algo extraño, pero así también es emocionante. Una vez que nubla el sentido de un individuo para tratar de obtener una respuesta se vuelve algo que te envuelve y no te suelta a la ligera. Sin embargo, el destino también es caprichoso. Como alguna vez descartes lo planeó, pareciese que hay un genio maligno que se encarga de poner todo en contra de una persona.

Una familia volvía de un consultorio médico. La visita resultó tener un efecto agridulce por decir lo menos. Los Midoriya no podían llorar o reír, el menor poseía un Quirk, pero no se sabía lo que hacía o como se manifestaba. Lo único diferente dentro del peliverde tras pasar todos estos años sería la estatura. Sus pecas, su cabello, su timidez o sus ojos esmeralda; nada había cambiado. No se podía hacer nada. Inko ya tenía un plan de contingencia si su menor hijo no manifestaba un Quirk, era mejor prevenir que lamentar.

Inko.- volvamos a casa, hoy tu hermana y tu cenaran Katsudon, así que levanta ese ánimo ¿sí?

El menor de los peliverdes levanto la mirada lentamente antes de asentir con ferocidad. Llegaron tarde a casa debido a la lejanía del consultorio y su hogar. Inko era muy buena cocinera y sus hijos nunca la paraban de elogiar diciéndole que su comida era de las mejores. Había veces en que comentaba de lo excelente que cocinaba su mamá a Kacchan. Cuando comprobó de primera mano la culinaria de la señora Midoriya se dedicó a llamarla tía sorprendiendo incluso a su madre la cual solo podia reír a carcajadas poniendo nerviosa a Inko.

Inko.- ya regresamos

Niñera.- ¿Es usted señora Midoriya?

Inko.- si, ya puedes regresar, gracias por cuidar de mi hija

Niñera.- descuide, se ha portado bien, además me puede pagar la semana que viene, estaré fuera por unos días y no me quiero arriesgar a perder ese dinero

Inko.- no se preocupe

La señorita salió e Inko busco con su mirada a su querida hija. Recuerda claramente cuando los doctores le dijeron que tendría gemelos. Tanto ella como su esposo se sorprendieron de la noticia. Fue en esa época cuando Hizashi decidió tomar un nuevo trabajo para poder solventar los gastos de los gemelos que venían en camino. Sin embargo, nunca dio detalles de qué tipo de trabajo realizaba. Solo se dedicaba a mandar el dinero para poder sustentar a su familia. Además del recordaba a su desaparecido suegro. No tenía una imagen mental de él hasta que Izuku habló.

Izuku.- Mamá, ¿Cómo era el papá?

Izumi.- yo también quiero saber

Inko.- haber... era una persona muy amable y cariñosa. Lo conocí cuando era joven. De él heredaron esos mechones desordenados

La madre con cariño empezó a revolver los cabellos de sus hijos haciéndolos reír por las cosquillas. Cuando se dispuso a comer, sus hijos volvieron a hablar

Izuku.- ¿Era fuerte?

Inko.- si escupir fuego de la boca es fuerte, entonces si lo era

Izumi.- ¿y el abuelo?

Inko.- ¿El abuelo? No sé -seguido miro una foto que colgaba en una repisa mostrando al abuelo en sus días de juventud junto a algunos jóvenes, era la única foto que tenían de él- su padre conto que lo llamaban joker. Supongo que su Quirk tenía que ver con la suerte o algo así

Izumi.- apuesto que era capaz de superarte en la cocina

La inocencia con la que dijo eso se sintió como una daga profunda en el corazón de la peliverde mientras se decaía por creer ser insuficiente para sus hijos. Cuando la menor se dio cuenta de lo que dijo, se acercó a su madre y la abrazó susurrando a su oído. "pero, el katsudon más rico solo lo haces tú". El secreto a voces subió la moral de la madre la cual dejó su faceta de emoción explosiva mientras sus hijos continuaban de comer.

Boku no PersonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora