Boku no Persona

Una calida ¿bienvenida?

El joven estuvo esperando por casi una semana y a pesar de eso se sentía muy presionado. Era de esperarse conociendo su puntuación. Unos quince puntos no podían hacer mucho contra los casi cuarenta puntos que se requieren para ser aceptados en el curso de héroes. Sin embargo, el solo se preocupó por las vidas que debía salvar en ese momento. Simplemente no le importó el resultado final en ese momento. En su espera por recibir la carta se encontraba leyendo sobre el "persona" de su hermana. Encontró varios resultados que no iban acorde a la personalidad que este desprendía según su hermana.

Izumi.- es ese, el de rasgos finos - empezó a señalar a una imagen de la computadora

Izuku.- ¿el que parece mujer? - tras estas palabras recibió un coscorrón por parte de su hermana - ¿por qué fue eso?

Izumi.- no le digas así o ¿es que te lo tengo que recordar? - reprochó Izumi a su hermano - si lo ofendes a él también a mi

Izuku.- ya lo sé, ese golpe no era necesario - antes de continuar con sus investigaciones su madre empezó a llamarlos para cenar de una vez

La madre espera en el comedor a que sus hijos llegaran mientras terminaba de colocar el refresco en la mesa. Por otro lado, los hermanos salieron de su cuarto esperando que su nerviosismo no sea notado por su madre que esperaba en el comedor. Sin embargo, lo único que Izumi vio factible fue apoyarse en su hermano cogiéndolo del brazo derecho a lo cual este trato de calmar acariciando sus cabellos desordenados por la falta de atención hacia los mismos.

Al llegar al comedor uno se sentiría un poco tenso por la presencia de la madre que se encontraba ahí con la mirada fulminante para con su menor hija. Izumi lo sabía muy bien, si quería una oportunidad con su hermano tenía que luchar contra viento y marea. Siempre lo supo y aun así no le importaba. Se le pegaba a Izuku como una rémora a un tiburón. Prosiguieron caminando juntos hasta llegar al comedor y preguntar acerca de la carta de admisión

Inko.- todavía no ha llegado - el tono irritado se podía ver en la madre - y ustedes dos ¿no están muy juntos?

Izuku.- no me molesta en absoluto - la voz indiferente de Izuku por los reclamos de su madre no se hizo esperar.

La madre era muy consciente de lo que esta relación podía causar. Sin embargo, al mayor de sus hijos le daba los mismo como lo vieran. Después de todo, sufrió desde temprana edad de maltratos y rumores que lo carcomían desde dentro. Se "acostumbró" a ser visto como eso, un ser poco valorado cuyo Quirk era portar una máscara la cual no le daba nada en particular. Lo que pocos sabían era el poder latente que dormía en esa máscara. Un poder tan lleno de rabia y muerte suficiente como para matar a un demonio.

Tras acabar la cena la madre se dispuso a salir para reabastecer la nevera y la sorpresa que se llevó al ver en umbral de la puerta era sin duda enorme. La tan esperada carta de UA había llegado. Se apresuró a cogerla y llevársela a sus hijos los cuales al ver la carta, cogieron la mostrada y fueron a ver su contenido en su cuarto.

Izumi.- ¿estás listo? - mirando a su hermano

Izuku.- creo que no podría estarlo más que ahora

Cuidadosamente abrieron el sobre dejando ver el contenido. Era una base circular con una zona circular vidriosa en la parte central. Izuku tenía una idea de lo que era y coloco el aparato en el escritorio. Seguido, una luz empezaba a ser emitida por el dispositivo el cual mostro un holograma.

All Migth.- ESTOY EN UN HOLOGRAMA

Las caras de los Midoriya tenían precio. All Migth estaba en el holograma con su resplandeciente sonrisa. La conversación se vio interrumpida por una mano que hacia ademanes confundiendo no solo a los jóvenes, sino también a el héroe profesional. Al terminar de comunicarse con ademanes prosiguió con el show.

All Migth.- como ya sabrán, se necesitan un número de puntos aceptables para poder ingresar a esta academia. Señorita Izumi, hizo un excelente trabajo obteniendo 45 puntos - All Migth vio a sus espaldas mientras sacaba un control de su saco - Midoriya shounen, su historia fue diferente - una tabla apareció mostrando las puntuaciones por puntos de villanos - como verá, solo realizo dieciocho puntos en el examen práctico, por lo que no paso la prueba

Izumi volteo a ver a su hermano el cual mostraba una sonrisa falsa mientras. En el fondo estaba molesta con él por haberle mentido, pero al ver esa sonrisa serena demostrando su reconocimiento de derrota no pudo dirigirle palabra alguna. Por un momento creía que sintió un nudo en la garganta. Sin embargo, la muchacha dirigió su vista al holograma cuando creía haber escuchado algunas palabras de su héroe favorito.

All Migth.- no obstante... - este presionó el mismo botón que tenía y las tablas mostraron una contraparte azul que mostraba a simple vista que el Izuku supero de manera aplastante a su hermana - tus puntos de rescate han hablado mucho de ti.

El joven Midoriya estaba sin palabras al ver ese número, ochenta y tres puntos de rescate compitiendo contra quince de su hermana. La aplastante cifra hizo que el joven y modesto Izuku después de tantos años soltara lágrimas de felicidad mientras su rostro mantenía la misma mirada que en un principio dio a la carta.

All Migth.- bienvenidos jóvenes Midoriya... esta es su academia de héroes

Izumi vio a su hermano llorando con la misma cara y una ligera sonrisa en su rostro se asomó al ver como volteaba a mirarla a ella. Por un momento se congelaron mirándose hasta que Izuku estallo en llanto apoyándose en su hermana. "Lo lograste" es lo último que dijo Izumi en esa noche antes que su hermano cayera dormido, presa de las fuertes emociones que tubo. Estando en su regazo, la joven solo pudo acariciar su alborotado cabello verde mientras lo miraba con ternura.

Inko, tras no escuchar nada proveniente de la habitación de sus hijos, le vino los recuerdos de su hijo tras recibir muchos de sus maltratos y se preocupó al recordarlo en frente de su computador viendo un video de All Migth. Se apresuró en entrar y se llevó la sorpresa de que su usualmente violenta hija estaba desprendiendo un aura amorosa con su hermano en su regazo. Antes de decirle algo, Izumi hizo una señal de silencio y señaló a su escritorio en el cual se encontraba la tabla de puntos del cual. Los números hablaban por sí mismos. Su hijo, al que alguna vez vio tan frágil y delicado por su comportamiento tímido, estaba superando a su hermana por una aplastante suma de puntos en un cuadro azul. Las lágrimas de la madre no tardaron en brotar. Seguido, ella cayo de rodillas mientras veía aquel tablero. Estaba muy feliz por este acontecimiento. Rápido fue a abrazar a sus hijos que habían logrado enorgullecerla de gran manera.