A la mañana siguiente, el sol está en su máximo esplendor, esas aquellas aves volando con rumbo desconocido y con su canto peculiar. Ahí está el campesino arando la tierra, riega la cosecha y algunas plantas que tiene, de la misma manera alimenta al ganado que cuenta, entre ellos, gallinas, algunas vacas, toros y cerdos.
Se despierta James, estira los brazos junto con un bostezo, le gruñe el estómago. Se levanta del catre y empieza a temblar de lo frío que tiene, busca desesperadamente en la vista de una ventana, la ve y en ella observa al campesino en sus actividades diarias y en él, le entra una emoción de ternura por unos segundos y en un instante cierra la ventana.
Sale de la casa y se va directo al ganado, y en el trayecto ve detenidamente que el humilde campesino les pone maíz a las gallinas, mientras que ellas se mueven por todas partes. En ese instante James le hace una pregunta mientras que se recarga en una pared del granero:
- ¿Cada cuándo hace usted eso?
-Cada cuando sea necesario. Normalmente se debe de alimentar estas gallinas 2 veces por día, pero hay ocasiones que cuando tú le dejas el alimento, ellas las viene a buscar -Responde el campesino con un tono agripado.
De repente el campesino tose varias veces y James reacciona ante eso, por lo que se mete directamente a la cocina del señor, le mete leña al horno, la prende y pone encima en el comal una jarra con agua para que se pueda calentar. Busca el refrigerador, pero se lleva la sorpresa que no cuenta con uno, por lo que desesperadamente busca algo en la cocina y se topa con una cubeta llena con sal de grano. Se pregunta en su cabeza por qué tiene una cubeta con sal, pero segundos después recordó que años atrás, las personas no contaban con suficiente estabilidad económica para poder comprarse un refrigerador, de la misma manera que no llegaba la tecnología hacia algunos lugares recónditos.
En esa cubeta nota que hay pañuelos cubiertos con carne, esto se debía para que la carne no se fuera echar a perder y durara más tiempo. Quita varias piezas de carne, la desenvuelve y toca las piezas. Busca algunos condimentos para que preparar la comida, mientras la lumbre del horno está en su punto para usarse.
Saca las herramientas que va a ocupar. Corta la carne una por una con un cuchillo en una forma delgada, le pone especias y sal al gusto. Agarra un sartén, le agrega un poco de aceite y pone a cocer los pedazos de carne. La saca y lo pone en un plato. Al igual elabora una jarra de agua de sabor, con ello exprime las naranjas que están en una canasta, le agrega azúcar y agua.
Con lo cansado que está el campesino de trabajar en sus tierras y su cosecha, este camina y entra a su casa y para su sorpresa ve una mesa puesta con la comida y refresco que James hizo. Hasta platos acomodados con cubiertos y unos vasos de plástico.
-Venga a comer- Le dijo.
- ¿Tú lo hiciste? - Responde con asombro y sin palabras.
-Realmente no es mucho. Espero que le guste
- ¡Gracias!
-No es necesario que me agradezca, sino un gesto de mi parte – Saca una sonrisa inesperada -Venga a comer.
Deja el campesino sus herramientas de trabajo al lado de una vieja silla y se dirige a la mesa. Se sienta los dos.
Comen y platican de cosas interesantes; incluyendo de que el campesino se la pasa todos los días en alimentar a su ganado, de vez en cuando siembra maíz o ajonjolí. Sacan varias sonrisas inesperadas en el trayecto de la plática hasta que pasa algo interesante, que pone pálido a James.
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¿Él?
RomanceJames es un chico que será el próximo heredero de una corporación más grande e importante en el mundo. Se enamora de un chico tierno y adorable de clase media. Pero el problema no es eso. Sino que la trama gira en el amor trágico y provocan que el...