Amor & Peligro

Capitulo IV: Volvemos a Empezar

Juliana había regresado a sus actividades laborales en el estudio de Arquitectos Valdés & Argudo que dirigía junto a Alex, su mejor amigo y eterno compañero. Amaba su trabajo y sentía pasión por lo que hacía, así que volver a sus ocupaciones era su mejor distracción. No deseaba pensar más en aquella hermosa chica que le besó en la playa, esa que le había salvado dos veces en un día y cuyos ojos le robaron la cordura desde el primer instante. Se preguntaba a si misma si le volvería a ver; a momentos se reclama por haber huído y no enfrentar la situación y luego se auto convencía de que fue la mejor decisión porque al final de cuentas no tenia nada de que decir ni sabia cómo actuar ante aquel arrebato de pasión. Se desconocía y no podía descifrar en qué momento se dio licencia para actuar de esa manera tan arrebatada, tan poco propia de ella que siempre fue comedida, centrada e incapaz de actuar sin antes analizar las consecuencias de sus actos.

Mientras estaba sumida en sus pensamientos escuchó un suave toque en la entrada de su oficina;  se trataba de Alex quién con una enorme sonrisa abrió la puerta, dejo ver su rostro varonil y preguntó: - Puedo pasar?-  Juliana de manera inmediata asintió y se puso de pie bordeando su escritorio y recibiéndole con un fuerte abrazo. - Cómo estás? Te eché mucho de menos!! - dijo la chica de manera sonriente mientras el joven solo se limitaba a vivir el abrazo, perdiéndose en su perfume y disfrutando ese momento de cercanía e intimidad entre amigos, aunque moría de ganas porque fuera algo más.

Durante más de dos horas conversaron de aspectos personales y profesionales. Compartieron un par de tazas de café mientras ella le relataba cómo estuvieron sus vacaciones junto a su hermana y él le ponía al tanto del estatus de los proyectos que tenían vigentes en el estudio, de los requerimientos de los nuevos clientes y de los avances que habian tenido en el proceso de licitación para el diseño del nuevo complejo deportivo de la ciudad.

Alex y Juliana se habían conocido mientras realizaban sus estudios de grado en arquitectura en la Universidad de Alcalá hace algunos años. Ambos fueron los mejores de su generación, se graduaron con los más altos honores otorgados por la institución y fueron invitados de manera inmediata a forma parte del cuerpo de Profesores de la Universidad, pero declinaron la oferta ya que deseaban abrir su propio estudio y establecerse como los mejores de la industria del diseño en España.

Alex era inteligente, centrado, responsable y, sobre todo, divertido. Su físico era envidiable, alto, de pelo negro azabache, ojos en color miel, cuerpo tornado y musculoso sin embargo Juliana nunca lo pudo ver como algo más que un amigo. En secreto él sentía un inmenso amor por ella y daría su vida por una oportunidad de pretenderla, sin embargo, aceptaba el hecho de que ella le amaba de otra manera por lo que nunca le había dejado saber sus verdaderos sentimientos.

Al finalizar la jornada de ese día todos se habían marchado del estudio, pero Juliana decidió permanecer un poco más de tiempo para ponerse al día con todos sus pendientes. Envió un mensaje de texto a Fernanda para que avisara a su padre que llegaría a casa más tarde que de costumbre y continuó con las actividades que se había propuesto avanzar.

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Eran pasadas las 21hras y Valentina se encontraba aun en las instalaciones del CNI cuando Pepe se acercó a su puesto y le invito a ir por unas cañas, en un principio pensó en declinar la oferta porque era lunes, pero luego se dio cuenta de que lo necesitaba para poder procesar todo lo que estaba a punto de suceder con este nuevo operativo secreto.

El chico conocía perfectamente a la joven y una vez que se encontraban en el bar ubicado cerca del departamento que ambos compartían, le preguntó: - Ya me vas a contar que te pasa? ¿Por qué has estado tan distante y callada todo el día? – Miraba directamente a Valentina mientras ella tomaba un largo trago de cerveza.