Capitulo VII: Besos en el Parque

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Luego de su sesión de dulces besos y risas cómplices en el estacionamiento, Juliana & Valentina decidieron irse a escondidas a la parte más apartada del inmenso jardín que bordeaba la casa diplomática, deseaban estar a solas sin miedo de que nadie las viera para poder disfrutar un poco más de su compañía. Querían sentirse, decirse todas aquellas cosas que llevaban dentro y hasta ese momento ninguna se atrevía a confesar con palabras, pero sus miradas y gestos las delataban.

Estaban sentadas junto al tronco de un gran árbol, miraban al cielo y conversaban de cosas bastantes triviales mientras sonreían de manera tonta por cualquier nimiedad. La castaña se ubicaba detrás abrazando a la pelinegra que estaba colocada entre sus piernas y tenían sus manos entrelazadas justo sobre el abdomen de ella. Solo se sentían, disfrutaban de la compañía mutua, señalaban las estrellas y vivían lo que para otros era una locura en toda regla, pero para ellas era el paraíso.

Cada instante se convencían más de que lo que sentían no era algo efímero, no era un capricho o rebeldía. Era otra cosa, era destino, ganas de estar juntas, era sentimiento en estado puro.

POV Valentina

Sentir a Juliana entre mis brazos es como tocar el cielo, nunca en mi vida me sentí de esta manera tan plena con ninguna otra persona. Todo de ella me enloquece: su mirada, el olor de su pelo, su perfume, su manera de caminar, los gestos en su cara, su sonrisa. Con ella no tengo voluntad ni control de mis impulsos, solo la quiero cerca.

Sé perfecto que tengo una misión, que estoy de infiltrada y que puedo perder mi carrera por esta locura, pero como le explico a mi corazón que debe parar de acelerarse cuando la tiene cerca o a mis pupilas que permanezcan intactas cuando se llenan de deseo al ver el movimiento de sus caderas al caminar o a mis ojos que no miren directo a sus labios cuando la tengo en frente.

Mientras descansaba mi cabeza sobre su hombro izquierdo, Juliana me miraba colocándose de medio lado y regalándome un beso tibio en los labios.

- ¿Sabes que esto es una locura no? - Me dijo con una enorme sonrisa y sus hermosos ojos marrones brillaban a la luz de la luna.

- Es la locura más hermosa de la vida. – Respondí abrazándola más fuerte, tratando que entendiera que solo importábamos nosotras y ese momento que estábamos viviendo. – No pienses en nada más, somos tu y yo, aquí y ahora. Esto que sentimos los demás no lo van a entender, de hecho, ni siquiera nosotras sabemos que es todo esto. Lo único claro es que quiero tenerte así en mis brazos mientras disfruto tu perfume y te digo lo hermosa que eres a la luz de la luna.

- ¿Solo a la luz de la luna? Mmm pensé que era hermosa siempre – Respondió haciendo un puchero con sus labios. Sonreí, regalándole un beso en la mejilla.

- Eres hermosa hasta cuando le rompes la cabeza a los desconocidos que intentan ayudarte en la playa o cuando huyes luego de besar a una chica y dejarla casi agonizando por volver a verte. – Pude escuchar sus carcajadas que se convertían en música para mis oídos, disfruto escucharla ser feliz y más aún ser yo la causante de esa felicidad.

- ¿No me vas a perdonar nunca, ¿verdad? - Negué con la cabeza solo para molestarla un poco porque después de todo me dejaría golpear una y mil veces para disfrutar de un beso de sus labios.

Seguimos así abrazadas en silencio un largo rato más, tanto que había olvidado mi cena con Sara. Perdí la noción del tiempo porque nada importaba, solo que mi arquitecta estaba entre mis brazos y que podía escuchar los latidos de mi corazón acelerado por ella.

Nos despedimos con un beso pausado, sentido e inocente; con muy pocas ganas de dejarnos ir una a la otra: - Sino te vas ahora vamos a levantar sospechas. – Dijo ella con voz suave y con sus labios sobre los míos.

Amor & PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora