Capitulo III: Te Encontré

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Mientras vivían ese beso intenso, Juliana & Valentina, habían olvidado que ni siquiera se conocían ni sabían sus nombres solo se sentían una a la otra y descubrían ese mundo de sensaciones que nunca habían disfrutado. La castaña abrazó a la morena con pertenencia, con ganas, con fuerza, así la quería en ese instante: entre sus brazos y colgada de su cuello. Separaron sus labios porque sus pulmones lo exigían, necesitaban oxígeno.

Al apartarse se miraron directo a los ojos como intentando leerse o descubrirse, buscar una explicación a lo que acababa de suceder, pero no la encontraron por lo que ninguna pudo emitir palabra alguna y Juliana solo salió corriendo en dirección a su hotel olvidando que su hermana aún permanecía en el bar a la espera de su regreso.

Valentina se quedo parada sin saber que hacer, si salir corriendo detrás de ella o dejarla ir y que ese beso quedara como lo que fue, una especie de sueño del cual despertó al recibir en su móvil la llamada de Sara.

- Hola, amor no me avisaste que terminaste de cenar. - Reclamo Sara con voz dulce.

- Es que no tenía cobertura en el móvil. - Se excusó Valentina y mientras lo decía se dio cuenta que debía ir tras la pelinegra y que no podía dejarla escapar, al menos no sin saber su nombre. Por lo que se excuso con su novia: "Me estoy quedando sin pila y debo colgar, pero apenas llegue a la habitación te marco". - Dicho esto, colgó la llamada y salió corriendo en la misma dirección que la chica, pero no pudo alcanzarla.

Al llegar a un punto muerto bufo frustrada porque sabía que no debió dejarla ir: "Eres una imbécil" se dijo a si misma mientras pasaba sus manos por su rostro y respiraba de manera agitada debido al esfuerzo de correr tras ella.

En unos minutos Juliana llego a su habitación en el hotel en un estado de completa confusión, ella no es de esas personas que se dejan llevar por sus instintos y se besan con desconocidos y menos con una mujer. Nunca en su vida se había imaginado de pareja con una chica, aunque siempre tuvo muy claro que el amor se trata de ser par, de complementarse y acompañarse y no de la orientación sexual de las personas.

Al encontrar un poco de calma interior envió un mensaje de texto a su hermana donde le comunicaba que ya se encontraba en su habitación y que se retiraría a descansar. Esto le resultó muy extraño a la menor de las Valdés sin embargo prefirió no comentarle nada y esperar a la mañana siguiente para hablarlo en persona.

Esa noche ni Juliana ni Valentina pudieron descansar, solo pensaban en sus dos encuentros de ese día y ese beso. Ese bendito beso que las había colmado de felicidad y pasión, que las había llevado a una especie de universo paralelo donde solo estaban ellas dos: la pelinegra y la castaña y nada más era importante.

.........

A primera hora de la mañana siguiente Juliana y Fernanda decidieron tomar el desayuno en la habitación de la mayor, quien lucía aparentemente contrariada y evidentemente no había descansado durante la noche anterior.

- Juli estás bien? Tienes mala cara. - Comentó Fernanda mientras su hermana tomaba un sorbo de café.

- ¡Por supuesto!! es solo que me ha costado un poco conciliar el sueño, pero nada más. Esta noche al llegar a casa la pediré a Angelita un te de tila y podre descansar y recuperar el sueño perdido anoche. - Respondió Juliana con una disimulada sonrisa que tenía la intención de tranquilizar a su hermana ante la inesperada desaparición que había realizado la noche anterior sin explicación alguna. ¿Bueno, tienes todo listo para nuestro retorno a casa? – Consulto buscando a toda costa cambiar el tema de conversación.

- ¡¡¡Si las maletas están listas, la que no quiere volver soy yo!!! Sera que nos podemos quedarnos a vivir en este paraíso? – Respondió Fernanda con sus manos unidas en señal de suplica dirigida a su hermana y Juliana se limitó a reír a carcajadas mientras negaba con la cabeza.

Amor & PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora