Amor & Peligro

Epílogo II: La Llegada de Sofia & Miranda Parte II

- Ya falta muy poco para terminarla y está quedando muy hermosa, ¿verdad Jime? – preguntó Valentina a su hijita que estaba abrazada a ella mientras recibía tiernas caricias en la espalda de parte de su madre. La ojiazul mayor se encontraba con su cabeza colocada en el regazo de su esposa y, como era costumbre cada noche después de la cena, "conversaba" con sus bebés aun en el vientre de su otra madre. Les contaba sobre el avance de la casa del árbol y el grandioso trabajo que hacía su hermana mayor como su asistente. En definitiva aquel sofá era el lugar favorito de todas para acurrucarse y compartir momentos familiares.

- ¡Si mami, está muy hermosa! – respondió la pequeña provocando una enorme sonrisa en Juliana que fungía de espectadora en aquella dulce y tierna interacción.

- Sofi, Mir, su hermana y yo esperamos que les guste mucho porque lo estamos haciendo con mucho amor y cariño para ustedes – dejo un beso en el abultado vientre de su esposa – Solo nos quedan algunos detalles y elegir los colores para pintarla.

- Yo digo que a mis helmanitas les gustala el rosa, como a mi. ¿Tu que piensa mamá? – dijo levantando ligeramente su rostro para ver a su madre pelinegra.

- Estoy segura de que les gustara el rosa – sonrió – Todo lo que elijan para ellas lo van a adorar porque lo hacen con mucho amor y eso es lo más importante.

- Es que amamos mucho a nuestlas chicas – dijo la pequeña con ingenuidad recordando la expresión que siempre usaba su mami Valentina al referirse a ellas. Sus madres se carcajearon ligeramente y buscaron sus ojos mutuamente en un intento por creerse toda aquella felicidad que vivían y que antes parecía imposible de alcanzar. Era maravilloso, perfecto.

- Tienes razón amor, las amamos mucho – respondió Valentina – Y a mamá también, no podemos vivir sin ellas – la morena le lanzó un beso y susurró un "te amo" desde su posición pues su avanzado estado de embarazo había hecho casi nula su movilidad.

- ¿Mami que cuento le contalemos hoy a mis helmanitas? – preguntó la pequeña con curiosidad.

- ¿Cuál quieres que les contemos? – respondió la castaña.

- El de Bella y Bestia – dijo con emoción – Es nuestlo favorito – sus madres volvieron a reír pues la respuesta de Jimena siempre era la misma, si por ella fuera cada día leerían el mismo cuento pues parecía no cansarse de escucharlo. En ese instante la morena sintió una ligera molestia en la parte baja de su vientre, pero no quiso asustar a su esposa por lo que no dijo nada. Su obstetra le había informado en su última visita que empezaría a sentir cosas como esa pues tenía más de ocho meses de gestación, que estuviera atenta a cualquier síntoma y que le avisara si surgía alguna duda.

Por algún rato más la familia Carvajal Valdés continuó hablando y riendo hasta que la pequeña se quedó dormida en brazos de Valentina y ella decidió que era momento de llevarla a su habitación para que pudiera descansar. Juliana aprovechó para encaminarse al baño y luego al cuarto que compartía con su esposa, se sentó en la cama durante algunos segundos y volvió a sentir el ligero pinchazo en su bajo vientre. Fue bastante fugaz, pero molestoso por demás. Regresó al cuarto de baño para intentar refrescarse un poco, tomó algo de agua del grifo en sus manos y empezó mojar su cara y su cuello.

- Amor, ¿estás aquí? – preguntó Valentina ingresando a la habitación.

- Estoy en el baño amor, ya salgo – respondió mientras secaba su rostro con una toalla.

- ¿Qué te pasa, tienes mala cara? ¿Te sientes bien? – preguntó la castaña al verla ingresar a la habitación.

- Hace algunos minutos me empezaron algunas molestias en la espalda y el bajo vientre, pero creo que ya estoy mejor – caminó hacia la cama.