Capítulo 14

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"Entra Rav, está abierto, tengo unas pizzas en el horno..." Clarke se pronunció desde la cocina a su amiga Raven que había golpeado en su puerta.

"¿Sí......? Ahhhhhh... ¡Eso se llama invitar a una amiga a cenar! Además, hace mil años que no como tus famosas pizzas Griffin."

Raven entró al departamento sacándose la chaqueta, su gorra de invierno, su bufanda y guantes, ante la atenta mirada de esos tres gatos desparramados por el livingroom. Ella sonrió al verlos, eran tan monos y siempre terminaba rodeada por esos ronroneos.

"Oigan vagos... ¿no piensan venir a saludar a la tía Raven que les ha traído regalitos de Navidad?"

Raven se agachó y la primera en acercarse fue Brenda, ronroneando y fregándose por sus piernas y manos. A los pocos minutos sus compañeros se unieron a la bienvenida, haciendo feliz a Raven que no le daban las manos para acariciarlos a todos. Enseguida sacó de sus bolsillos tres pequeños ratoncitos a los que les dió cuerda y los hizo andar haciendo que los gatos se enloquecieran tratando de atraparlos.

Clarke apareció en el livingroom con su delantal negro puesto, mirando la escena echándose a reír, es que siempre Raven y sus hijos felinos eran un caso especial de amor y entrega cuando se veían. Pero sabía que esos juguetes iban a ser lo peor de esta Navidad.

"¡Genial! Ahora van a matarse por atrapar esos bichos y me van a tirar las cosas de los muebles. Gracias, tía Raven... ¿Qué quieres tomar? Y no me digas cerveza, lo siento, pero no tengo..." Comentó a la ligera Clarke haciendo que Raven detuviera todo el juego con sus sobrinos y se diera vuela a mirarla con sus oscuros ojos bien abiertos, sin poder creer lo que acababa de escuchar.

"¡¿Disculpa... cómo has dicho?!" Raven se puso de pie acercándose a Clarke tratando de confirmar si había escuchado bien

"Lo que has escuchado. Y para tu información, he estado sobria desde el lunes."

Informó Clarke con una espátula en la mano aplaudiéndose a ella misma junto a una gran sonrisa llena de orgullo. Su amiga Raven estaba en estado de shock total. Si los milagros de Navidad existían estaba presenciando uno, pensó la latina con enorme alegría en su corazón.

"¡¿Por Dios rubia mía... estás enferma, o qué...?! Oye, espera un minuto... déjame verte un poco... es que estos cuties me tomaron toda la atención... Esos ojitos azules están chispeantes y sonrientes como hace mil años no los he visto.... Espera un momento... ¡No me digas que te han revivido la chichi...!" Raven se acercó a Clarke invadiendo su espacio personal, poniendo sus dedos bajo sus ojos, estirando su piel, haciendo que Clarke diera un paso hacia atrás sacándole las manos de su rostro mientras reía.

No podía creer que era tan obvio su regreso a la vida, que su amiga lo notara de inmediato. Pero era no otra que Raven, meditó, su mejor amiga de hacía muchos años. Era la única que podría conocerla tanto para darse cuenta, además de su hermana menor Harper.

"Rav no empieces... ¿vas a tomar algo o no? Tengo Coca-Cola, Tónica, Jugos..." Clarke ofreció dirigiéndose a la cocina, sabiendo que Raven comenzaría con el repertorio de preguntas que ella no deseaba contestar.

"No.... no, no... Griffin, detente allí rubia... A mi me dices qué cuernos te ha ocurrido en estos días que no te he visto, pero ya mismo... Esa cara denota sexo salvaje durante toda la noche... Pero... pero si este departamento huele a sexo puro ahora que mi nariz se..."

Dijo Raven sosteniendo con una mano a Clarke del brazo oliendo como un perro alrededor. Clarke comenzó a carcajear al tiempo que sus mejillas se tornaban rojas y se mordía sus labios. La latina podía ser tan exagerada a veces, ella estaba segura de que ventiló bien su departamento y además tiró un poco de ese desodorante de ambientes que compró recientemente.

Más que una mujer  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora