Capítulo 15

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Por supuesto, Clarke y Lexa tuvieron que quedarse en el cumpleaños de Raven. Luego del acalorado y excepcional baile, se habían separado tratando de aparentar un poco, aunque la cumpleañera ya lo tenía muy claro. Raven no dudó en hablarlo con Clarke en privado, en cuanto se acercó de nuevo a la mesa, llevándola lejos del resto.

La detective no pudo negarle lo que ya era muy obvio, pero le suplicó que actuara como lo estaban haciendo ellas, ya que Lexa no deseaba que sus amigas se dieran cuenta de que se conocían y mucho menos de que estaban teniendo algo. Raven realmente no entendía el por qué de tanto misterio y secreto, pero respetó el deseo de ambas y siguió el juego de actuación. Asimismo, le dejó saber a Clarke que no podía haber sido más afortunada ya que Lexa en verdad le quitaba la respiración a cualquiera. Clarke solo rio algo orgullosa por aquella afirmación de su mejor amiga, ya que ella lo sabía bien.

La noche fue muy divertida y amena. Charlaron bastante en la mesa todas juntas, aunque Lexa y Clarke trataban de no interactuar o mirarse demasiado. Clarke conoció a las amigas de la castaña, que eran también profesoras en esa academia de baile, un lugar que se dijo visitar algún día. Estaba algo sorprendida por el trabajo que Lexa tenía durante el día, pero al mismo tiempo, luego de verla bailar como lo hizo a su lado, no dudó de por qué daba clases de baile.

Fue el preciso momento en que vino a su mente esa primera pregunta. ¿Por qué Lexa se desnudaba en un club nocturno, cuando de día tenía un trabajo normal? Porque estaba segura de que la castaña disfrutaba más dar clases de baile, que quitarse la ropa delante de un grupo de calentones durante la noche. En primera instancia imaginó que era una cuestión de dinero, quizás tendría alguna deuda que cubrir o necesitaría una mayor entrada para otra cosa.

Podía especular miles de motivos hasta el cansancio. Para su desgracia, esa era una pregunta que aún no podía hacerle, luego de haber aceptado el trato de su relación con Lexa, de no preguntas acerca de su vida, cuestiones personales o siquiera qué hacía durante el día.

Clarke entendía por qué la castaña no deseaba esas preguntas, sabía que no deseaba intimidar con ella, hacer esa conexión más allá de lo sexual. Enseguida dedujo que Lexa tenía pánico a las relaciones sentimentales por alguna razón que con el tiempo lo averiguaría. De momento respetaría el trato que había firmado verbalmente, de otra manera estaba segura de que Lexa se alejaría. Necesitaba ir despacio y con mucho cuidado con ella, casi como si fuera una porcelana china. Darle espacio y tiempo para acostumbrarse a su presencia y que le tomara confianza. A Clarke ya le excitaba la idea de descubrirla y finalmente conquistarla. Sin dudarlo se había convertido en un muy interesante reto interno, en el cual estaba dispuesta a hacer lo que fuera para lograrlo.

Clarke congenió muy bien con las amigas de Lexa, Luna y su esposa Gaia, eran muy agradables en la charla, bailaban y charlaban mucho. Además, cada tanto hacían alguna broma con Lexa, quien se prendía a ellas sin problemas. Para Clarke ver a la castaña con sus amigas era una fase nueva, ya que Lexa era bastante distinta con ellas. Era definitivamente la otra cara de Lexa y se preguntó si sus amigas sabían de su otro trabajo, pero recordando que la castaña le había pedido que no dijera nada, se imaginaba que quizás Luna y Gaia no tenían idea.

Se recordó claramente que se estaba metiendo en terreno que no le correspondía. Lexa no era su pareja y no tenía por qué comenzar con todos esos cuestionamientos en su cabeza, aunque le costaba no hacerlo, ya que era parte de ella de alguna manera. Averiguar, investigar, llegar a las respuestas que su mente perseguía. Aún así se obligó a detener su cabeza detectivesca y saber esperar a que la misma Lexa se sintiera más en confianza, para que le explicara algunas cosas de su doble vida.

Durante la noche, cada vez que se acercaba un hombre a pretender bailar con Lexa, Clarke no podía evitar tensarse completamente. Se aclaraba la garganta y su rostro se transfiguraba a uno muy detective Griffin de la novena. Era más fuerte que ella, mirar a esos pobres tíos intentando coquetear un poco con su chica, para que saliera a bailar, de una manera muy intimidatoria.

Más que una mujer  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora