Más que una mujer [Completa]

Capítulo 33

Clarke miró al horizonte, donde el enorme lago se perdía entre las montañas. El agua estaba en calma, apenas unos pequeños vaivenes por efectos de una suave brisa fresca que soplaba, mientras partículas titilantes del sol reflejado en las mismas capturaban sus azules ojos fascinados con el efecto. Algunos pájaros sobrevolaban el lago rodeado de una verde y florida vegetación , además de esos frondosos bosques. La temperatura era cálida y agradable, como si fuera en verano.

Clarke estaba sentada en ese muelle de madera bastante familiar, sintiendo la enorme paz del lugar. Era un sitio que ella conocía muy bien, pronto su mente pudo reconocerlo, era un lago al que a veces sus padres la llevaban junto a su hermana Harper en la época de verano para pasar unos días alejados de la locura de la vida cotidiana. Ella adoraba ese lugar, siempre se había sentido muy conectada al mismo, a esa libertad que experimentaba, en medio de la preciosa y magestuosa naturaleza.

Muchas memorias felices vinieron a su mente con su familia y en especial con su padre, con quien a veces jugaban carreras por ese muelle hasta saltar del mismo a las aguas frescas del lago, seguidos por Harper que siempre era más lenta, cuando los tres partían desde la cabaña en una velóz y risueña carrera, mientras su madre Abby se quedaba preparando el almuerzo o leyendo algún libro en una silla playera junto a la costa, riéndose siempre mientras los veía correr.

Eran esos poquísimos momentos en que la familia Griffin realmente se sentía unida, amada, en completa paz, disfrutando de todo aquello. Después era simplemente retornar a la vida cotidiana tan difícil a veces. Su padre Jake siempre en largos turnos en el trabajo al igual que Abby su madre en el hospital. Pero de alguna manera se las arreglaban para no dejarlas solas cuando ella y Harper volvían de la escuela. Aunque siempre estaba ese grado de tensión a la hora de la cena, y cada vez más discuciones entre sus padres, hasta que se habían separado, antes de que todo realmente se tornara demasiado feo.

De repente un hermoso colibrí comenzó a revolotear alrededor de Clarke, trayendo su mente de nuevo al presente. Ella se quedó fascinada observándolo mientras seguía girando alrededor de su cuerpo hasta que se detuvo frente a sus ojos suspendido en el aire. Era algo tan mágico y subrealista, que Clarke intentó tocarlo pero de inmediato al acercar su mano, el hermoso pequeño pájaro se hecho a volar pudiendo sentir la presencia de alguien sentándose a su lado. Sus azules ojos algo confundidos giraron en torno a aquella persona que se había sentado junto a ella. Su corazón se saltó un par de latidos al observar la figura de su padre sonriente, mirándola con ojos llenos de cariño...